Nueva cita en la agenda para el Banco Central Europeo (BCE). El mercado espera que, en la reunión de hoy, el BCE no haga cambios sustanciales en su política monetaria ni en su orientación a futuro, ni para mostrarse más laxo ni para endurecer sus medidas.
En opinión de Franck Dixmier, director de renta fija de Allianz Global Investors, hay varias razones para que la institución bancaria mantenga la situación actual. “Las últimas cifras económicas y encuestas empresariales fuera de la Unión Europea (UE) han sido menos optimistas que las publicadas a principios de año. Además, la inflación general de la zona euro es moderada, hasta el 1,4% anual en marzo, y la inflación subyacente se ha mantenido en niveles bajos, un 1% por ciento en marzo por tercer mes consecutivo. En total, estos factores deberían reforzar el enfoque conservador del BCE para la normalización gradual de su política monetaria”, apunta.
Además, existe una creciente preocupación por la incertidumbre provocada por las tendencias cada vez más proteccionistas de Estados Unidos. Benoît Coeuré, miembro de la Junta Ejecutiva del BCE, destacó recientemente el impacto potencialmente negativo del proteccionismo estadounidense en el crecimiento global a largo plazo. “Esta es otra señal de que es menos probable que el BCE haga cambios en este momento”, señala Dixmier.
Una opinión que también comparten en Nomura, cuyos analistas mantienen que no esperan cambios respecto a la futura política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Piensan que Mario Draghi optará por mantener su tono más prudente con respecto a la normalización monetaria y la política de subidas de tipos de interés.
“Los datos de ayer con la información del PMI de Abril en Francia y Alemania, al igual que en Japón, demuestran que nuestra visión de que no se deben exagerar los riesgos a la baja de las perspectivas de crecimiento regional y global. En cuanto a la política monetaria, se espera que Draghi sea preguntado sobre la duración del programa de compra de deuda (QE) así como a cerca del calendario y tamaño de las futuras subidas de tipos”, explican desde Nomura, que consideran que hasta junio el BCE no dará mucha más información al respecto.
En concreto, desde Nomura esperan un anuncio en junio de una reducción gradual de las compras de deuda desde 30.000 millones en septiembre a 15.000 millones en octubre, y luego a cero en noviembre. “Luego barajan una primera alza de 15 puntos básicos en los tipos de interés en marzo de 2019 seguida de más aumentos acumulados de 50 puntos básicos en todas las tasas de interés entre el segundo y el cuarto trimestre de 2019”, afirman.
Para Adrian Hilton, director de divisas de Columbia Threadneedle Investments, lo más interesante de hoy será la conferencia de prensa posterior a la reunión. “Será una oportunidad para que Mario Draghi aborde la reciente desaceleración de los datos económicos europeos. Después del sólido desempeño del año pasado, parece que la actividad puede haberse desacelerado en el primer trimestre. Esto se debe en parte al ciclo de inventario, pero también a las interrupciones causadas por el mal tiempo en el norte de Europa y las disputas industriales en Alemania”, señala.
Euro fuerte y sin inflación
Para el equipo de inversiones de imdi funds, el gran objetivo de Draghi mañana será contener el euro. Según afirman, “creemos que en la rueda de prensa posterior a la reunión Mario Draghi se afanará en enfriar las expectativas de los inversores respecto a los movimientos futuros del BCE”.
En su opinión, a la sombra de una incómoda fortaleza del euro, “su máximo objetivo será contener la evolución de la divisa comunitaria y, en esta línea, el presidente de la autoridad monetaria hablará de sobre reacción del mercado ante ciertas informaciones conocidas. Los mensajes lanzados desde el BCE, junto al acuerdo político alcanzado en Estados Unidos, deberían servir para contener la cotización del euro frente al dólar durante los próximos días”, explican desde imdi funds.
El segundo elemento sobre el que se escudará el BCE para argumentar que se mantiene igual es la inflación y unos datos económicos algo más flojos de lo esperado. Según explica Hervé Chatot, gestor de multiactivos de La Française, “las condiciones financieras se han endurecido, los riesgos políticos se han incrementado derivados de las preocupaciones de una guerra comercial. Sin embargo, las previsiones del BCE sobre la inflación son bajas y los miembros del BCE podrían tener más confianza sobre la trayectoria de la inflación. La normalización de la política monetaria debería ser gradual. Esperamos ver el final del programa QE para finales de año y la primera subida de la tipo de depósito en el segundo trimestre”.
Ante este panorama, para Adrien Pichoud, economista jefe de SYZ AM, lo bueno es que los mercados podrían disipar cualquier tentación del BCE por forzar o apresurar la normalización de la política monetaria. Sobre todo cuando “la inflación de la zona euro tiende a la baja, y que otros bancos centrales europeos tendrán que aguardar un poco más para retirar sus políticas ultra acomodaticia”, matiza Pichoud.
Otras gestoras, como UBS WM esperan con ganas que suban los tipos por las oportunidades que también podrían tarer. “Creemos que las primas de riesgo de la deuda de España, Italia y Portugal reflejan adecuadamente los estados respectivos de sus finanzas públicas, de su evolución económica y sus riesgos políticos. Pero el previsto final de la expansión monetaria del BCE podría provocar un incremento moderado de las rentabilidades de la deuda en los próximos seis a doce meses, con los bonos italianos probablemente comportándose mejor que sus otros dos vecinos del sur. Las primas de riesgo volverán a evolucionar en sintonía con las dinámicas económicas y fiscales de cada país una vez que acabe la expansión cuantitativa”, señalan desde la firma.