Claramente, 2016 ha sido un año de transición para la renta variable europea. Una verdadera montaña rusa con noticias de vértigo y un inesperado final de repuntes gracias a la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos. La recuperación de la confianza de los inversores con la que hemos comenzado el año va a dar paso sin embargo a múltiples incertidumbres y riesgos geopolíticos.
Para Fiona English, client portfolio manager de Pioneer Investments con responsabilidades en renta variable europea, los mercados llevan mucho tiempo esperando un punto de inflexión en el crecimiento y los beneficios de Europa. Pero en los 3 o 4 últimos años hemos sufrido una decepción una y otra vez. Este año será distinto, explica.
“Aunque el riesgo político se ha incrementado, es probable que finalmente el crecimiento vaya a repuntar en 2017 y creo que también veremos un aumento en los beneficios empresariales de las compañías de Europa. Además, el consumo se está acelerando y las cifras en muchas otras áreas de la economía han demostrado ser resistentes”, explica la gestora.
Otro argumento a favor de la renta variable europea de cara a 2017 es que, a consecuencia de los riesgos políticos a los que se enfrenta Europa, las autoridades del Viejo Continente han empezado a cambiar su postura y están ahora más a favor de adoptar medidas que estimulen el crecimiento frente a la austeridad imperante de los últimos años. Y esto, igual que ha sucedido en Estados Unidos, es bueno para las bolsas, explica Fiona English.
Rentabilidades positivas
Además, las empresas europeas están muy expuestas globalmente. Al menos el 50% de los ingresos llegan desde fuera de Europa y para Pioneer esto significa que una vez que el crecimiento global mejore, las empresas europeas deberían mejorar sus resultados también. «Es un escenario positivo que nos hace ser modestamente optimistas sobre lo que la renta variable europea puede hacer este año. De cara al futuro, creo que este año las bolsas europeas van a registrar una mejora en su dinámica y van a generar rentabilidades positivas”, afirma English.
Para la client portfolio manager de Pioneer Investments ese convencimiento no significa que todo vaya a ser un camino de rosas. Los riesgos políticos a los que se enfrenta Europa son grandes y no van a desaparecer, lo que hará que “las bolsas registren periodos de volatilidad y que se produzcan oleadas de ventas en ciertos momentos”. Sin ir más lejos, tras el repunte del último trimestre, como consecuencia del efecto Trump, es probable que “en las próximas 3 o 4 semanas las bolsas atraviesen por un periodo de consolidación. A corto plazo los inversores van a querer recoger beneficios”.
La corrección podrá venir por alguno de los acontecimientos geopolíticos que tenemos a la vista para los próximos meses, o quizás por algún otro acontecimiento que se le escapa al mercado (por ejemplo China lleva mucho tiempo sin dar guerra). Esas caídas pueden ser definitivamente buenos puntos de entrada en el mercado. La gestora de Pioneer cita también la salida generalizada de los inversores del mercado de bonos, que en rasgos generales podría traducirse en una entrada en renta variable, lo que respaldaría esta clase de activo.
Growth o value: ¿qué triunfará este año?
“Hemos tenido 6 o 7 años en los que las estrategias growth lo han hecho mejor que el mercado en general sobre todo debido a que el crecimiento del PIB en Europa era tan débil que para que un potfolio lo hiciera bien, había que estar en áreas del mercado en las que hubiera visibilidad de los beneficios. Los mercados emergentes eran una de estas áreas, y Estados Unidos otra”, cuenta English.
Pero lo que hemos empezado a ver durante los 6 últimos meses es una rotación en la que las valoraciones en esos mercados han caído, y por otra parte, las expectativas de inflación han repuntado. En este sentido, la gestora de Pioneer cree que, efectivamente, las partes value del mercado están empezando a parecer más atractivas.
“Lo que no vemos desde Pioneer es que éste vaya a ser un escenario excluyente tipo ‘o growth o value’. No. Creemos que hay que estar en títulos de calidad del mercado y en títulos con buenos fundamentales. El mejor ejemplo de esto es el sector financiero. Debería hacerlo bien este año, pero eso no significa que vayamos a entrar en cualquier título de este sector. Hay que tener en cartera las entidades que vayan a soportar bien los desafíos políticos y regulatorios que tenemos en el horizonte”, concluye.
En definitiva, una cartera equilibrada con ambos estilos de gestión es lo que ayudará a los inversores a atravesar los numerosos baches que se prevén en el camino.