Aunque las perspectivas a corto plazo no son muy halagüeñas, desde PIMCO apuestan por los mercados emergentes en un horizonte de medio plazo. Así, en su último comentario de mercado, Joachim Fels, asesor económico global de la gestora, habla de estos mercados, en lugar de centrarse en lo que va a pasar en EE.UU.
“Podríamos hablar de los buenos números del empleo en Estados Unidos publicados el pasado viernes con algún comentario sobre la estrategia de la Fed de cara al futuro. Sin embargo, poco tengo que decir al respecto: pienso que un aumento de tipos en septiembre sigue siendo poco probable habiendo elecciones el 8 de noviembre”, explica.
Los mercados parecen estar de acuerdo: a pesar de tener 255.000 empleados más en julio, la probabilidad implícita en los mercados de una subida de tipos es de un 20% en septiembre y de un 50% en diciembre, unos números que al experto le parecen justos.
Precisamente, esa política monetaria podría apoyar al mundo emergente. “El foco de los inversores se ha volcado hacia los mercados emergentes, un tema al que le he estado dando vueltas últimamente. Durante estos últimos cuatro años, visto desde los fundamentales, siempre me pareció un mercado frágil con poco valor”.
Y añade: “Se desvelan ahora profundas deficiencias estructurales: el modelo de crecimiento tradicional de los países emergentes se ha roto y la transición a uno nuevo –un reequilibrio de las economías emergentes– no parece llevar a ninguna parte. La política monetaria expansiva que están llevando a cabo bancos centrales y gobiernos posiblemente aliviará el problema durante un tiempo, pero únicamente a corto plazo. Medidas estructurales serias y profundas son necesarias para transformar el modelo productivo. Peligra el crecimiento de estos países y el crecimiento global si los dirigentes no reconocen la necesidad de cambio”, dice.
Sin embargo, considerando un horizonte de cuatro años, la opinón es más positiva. “El argumento es una pincelada imprecisa, generalizada, siendo consciente de la heterogeneidad del sector con grandes diferencias entre países. Sin embargo, aunque las reformas estructurales no estén completa, comparados con muchos países desarrollados, los mercados emergentes parecen cada vez más atractivos”, dice, y ofrece cuatro razones.
En primer lugar, la tendencia sigue siendo de mayores reformas y políticas pro-negocios, como por ejemplo en países como Brasil, Argentina o India, mientras que el populismo y las políticas proteccionistas van en aumento en muchos países desarrollados.
En segundo lugar, con el dólar y el precio de las materias primas relativamente estables, el entorno es menos hostil para los mercados emergentes, lo que permite a los bancos centrales llevar a cabo políticas más expansionistas.
En tercer lugar, al contrario de los países desarrollados, una gran parte de los bancos centrales en los países emergentes pueden cómodamente bajar sus tipos de interés, estando la inflación debajo de sus respectivos objetivos.
En último lugar, la mayoría de activos en los países desarrollados están sobrevalorados y los inversores tienen que acostumbrarse a menos rendimiento durante más tiempo. Esto, acoplado a mejores fundamentales en los países emergentes, apunta a un incremento en precios y rendimiento de los activos en dichos mercados en desarrollo en el futuro, apostilla el experto de PIMCO.