Hasta cinco bancos coordinarán la OPV de BR Distribuidora, una compañía brasileña propiedad de Petrobras a la que el gigante petrolero ha puesto el cartel de venta como uno de los primeros pasos de su plan de desinversiones. Según diversos medios, el conglomerado estatal se ha hecho con los servicios de Citi, Banco do Brasil, Bradesco BBI, Itaú BBA e BTG Pactual.
Petrobras se ha comprometido a deshacerse de activos por valor de 13.700 millones de dólares entre este año y el próximo para reducir su deuda y proteger su caja. Entre los activos que no ha considerado estratégicos se encuentran participaciones en yacimientos, inversiones en electricidad o como en este caso, estaciones de servicio.
BR Distribuidora es dueño de más de 7.500 estaciones y suministra a 10.000 grandes clientes entre los que se encuentran industrias, centrales eléctricas, empresas de aviación y flotas de vehículos.
El diario Folha publicó que Itaú BBA ha sido contratado para ayudar a Petrobras a desinvertir total o parcialmente en el sector de distribución de gas natural y en la venta de de cientos de estaciones de servicio que la petrolera brasileña posee en Argentina, Colombia, Paraguay y Uruguay. Mientras que la colocación de 21 plantas termoeléctricas queda a cargo de los expertos de Bradesco BBI.
Citi, dijeron varias fuentes a Reuters, dirigirá la coordinación de la OPV, destinada a conseguir liquidez con la que afrontar distintos proyectos de extracción de petroleo y gas, el negocio core de la brasileña.
La compañía colocó 2.500 millones de dólares en deuda a 100 años. Con esta emisión, Petrobras volvía a los mercados internacionales tras la investigación iniciada en marzo de 2014 por la Fiscalía, la Policía y el Congreso. Las autoridades destaparon entonces una red de corrupción, vinculada con importantes constructoras, que habría estado pagando sobornos y sobrevalorando contratos para beneficiar a altos cargos de la política brasileña, algunos incluso, muy conectados con la presidenta Dilma Roussef. Según los cálculos, Petrobras llegó a desviar unos 2.000 millones de dólares.