China arrancó el Año Nuevo de forma estrepitosa con una caída de sus bolsas del 7% en las primeras horas de contratación el pasado lunes. Los mecanismos de protección introducidos recientemente se activaron y se suspendió la negociación durante toda la jornada, creando una onda expansiva que afectó a los mercados de todo el mundo. Lo mismo sucedía el jueves.
El efecto que se observó en las bolsas mundiales probablemente fue un acto reflejo de inversores nerviosos y preocupados por el crecimiento en China. Para Fidelity, este hecho pone de relieve la importancia de adoptar un enfoque riguroso, sosegado y a largo plazo a la hora de invertir, especialmente en China, donde la firma internacional espera que la volatilidad continúe durante todo 2016.
“Este enfoque ha demostrado su valía en el pasado y nos ha sido útil como inversores en la bolsa china”, dicen los expertos de Fidelity que apuestan por mantener el rumbo en China.
La ralentización de la economía china está perjudicando al crecimiento mundial, pero al mismo tiempo también está creando excelentes oportunidades para que las empresas se adapten y prosperen. Como inversores bursátiles, la gestora estadounidense recomienda ver más allá del ruido que rodea ahora permanentemente la coyuntura macroeconómica china e identificar esas empresas.
“Desde el punto de vista de los fundamentales, nada ha cambiado en China desde finales del año pasado y comienzos de este. Naturalmente, la situación dista mucho de ser idílica y recuerda a las fases de caídas continuadas del crecimiento del PIB que ocurrieron en 1993/1994 y 1998. Entonces, el crecimiento se redujo desde un máximo del 15% a menos del 7%, en torno a la cifra anunciada el año pasado”, explican los expertos de Fidelity en un informe de mercado.
Y es que, merece la pena volver la vista al hundimiento que se produjo en 1998 y recordar qué ocurría por aquel entonces en una modesta vivienda de la ciudad de Hangzhou: Jack Ma, un profesor de inglés, compartía casa con cuatro o cinco estudiantes de programación que habían comenzado a ensamblar el código de lo que pronto se convertiría en Alibaba. Fue también por aquel entonces cuando Fidelity llamó a su puerta y pronto se convirtió en uno de los primeros accionistas significativos de su negocio.
A veces, las cosas llevan su tiempo en China: dieciséis años después, Alibaba salió a bolsa en Nueva York y protagonizó la OPV más grande de la historia. Jack Ma se convirtió de pronto en uno de los hombres más ricos del mundo y el apoyo de Fidelity a la compañía le permitió ser uno de los mayores inversores individuales en la salida a bolsa.
Calidad del crecimiento chino
“Algunas de las mejores empresas nacen en momentos de tensiones macroeconómicas. Ofrecen productos que satisfacen las necesidades cambiantes de los inversores adoptando las últimas tecnologías; dos excelentes ejemplos son IBM y Ford, al igual que Alibaba. Resulta esencial ver más allá del ruido y ser rigurosos cuando se buscan negocios como estos”, cuenta el informe de mercado.
Pero volviendo al presente, China se enfrenta a importantes obstáculos en su crecimiento. Sin embargo, dicen, lo que debería preocuparnos hoy en día es la calidad de ese crecimiento (es decir, más consumo y menos inversión a base de deuda). Esa calidad está empezando a aparecer, sobre todo en áreas de la nueva economía donde se concentra la agenda de reformas del país. Los salarios están subiendo en muchos sectores de la nueva economía en respuesta al mayor valor añadido y la mayor capacitación de la mano de obra a medida que pasa de la fabricación de camisetas y juguetes (un trabajo que ya se ha trasladado a los mercados «frontera» de Asia) a eslabones superiores de la cadena de valor donde hay un menor componente de manufacturas baratas y un mayor peso de los servicios y el consumo.
Los enormes avances en educación y el número de estudiantes universitarios que acceden al mercado laboral, combinado con los conocimientos y experiencia adquiridos tras haber sido durante muchos años la fábrica del mundo para los coches, los aparatos electrónicos y prácticamente todo lo demás, están permitiendo a las marcas chinas innovar y escalar por la cadena de valor junto con sus empleados, cree Fidelity. Esto supone una gran ventaja para las empresas que están dando sus primeros pasos en China o que van a ser capaces de prosperar en las condiciones actuales.
El caso de Alibaba no es único. China está repleta de emprendedores que han convertido buenas ideas en excelentes negocios con fundamentales sólidos y perspectivas positivas para los próximos años. Tencent y Baidu ocupan junto a Alibaba un lugar en la clasificación de las diez mayores empresas de Internet del mundo. Los medios occidentales a menudo nos hacen creer que son simplemente copias de empresas occidentales como Google, Facebook o Amazon, y no lo son. Han innovado de la mano de emprendedores chinos y trabajan con modelos de negocio completamente diferentes para audiencias completamente diferentes.
“Tal vez una de las mejores cosas que ofrece China a los inversores bursátiles es que sus mercados son enormes, amplios y diversificados, lo que nos permite encontrar excelentes ideas de inversión con nuestro análisis ascendente, con independencia del entorno macroeconómico. Aunque hemos visto un aumento de la volatilidad, consideramos que es algo positivo y que crea oportunidades. A la vista de las bajas valoraciones actuales, es un buen momento para que nuestro equipo de inversión busque estas oportunidades”, dice la firma.
“Si los inversores no mantienen el rumbo en China, corren el riesgo de perderse lo que perfectamente podrían ser algunas de las mayores historias de éxito del mundo durante los próximos años”, concluye.