El contexto para los bonos de titulización hipotecaria (MBS) ha variado de forma significativa desde la crisis de las hipotecas de alto riesgo, lo que está generando interesantes oportunidades para los inversores. En esta entrevista Tom Mansley y Gary Singleterry, gestores especializados en MBS de GAM Investments, analizan las perspectivas del mercado de cara a 2019.
Ya ha pasado una década desde el fin de la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime) y muchos de los problemas a los que se enfrentaban los bonos de titulización hipotecaria (MBS, por sus iniciales en inglés) estadounidenses han quedado resueltos. Creemos que el mercado de MBS puede ofrecer oportunidades interesantes a aquellos inversores que busquen una estrategia de renta fija verdaderamente diversificada.
El mercado de MBS estuvo en el punto de mira durante la crisis mundial de 2007-2009 y su recuerdo ha provocado que algunos inversores sigan mostrándose cautos ante esta clase de activos. No obstante, creemos firmemente que el mercado de MBS no solo ha evolucionado desde entonces, sino que ofrece a los inversores una forma óptima de abordar uno de los principales problemas en la actualidad: un contexto en el que los rendimientos de los títulos de renta fija tradicionales son mínimos o incluso negativos.
La clase de activos está extremadamente diversificada y brinda un amplio abanico de instrumentos que responden a los distintos niveles de predisposición al riesgo y contextos de mercado. Algunos tipos de MBS incluso albergan el potencial de proteger una cartera de renta fija de la subida de los tipos de interés: esta protección no siempre se encuentra en los bonos tradicionales. El mercado de MBS en EE. UU. es ernorme: con un tamaño de 8 billones de dólares, constituye el 23% del mercado de renta fija del país y el 15% del mercado mundial de renta fija, por detrás solo de los bonos del Tesoro estadounidense. No obstante, algo ha cambiado: ahora el mercado hace gala de una solidez muy superior a la de hace una década y presenta un riesgo sistemático considerablemente inferior que antes.
¿Cómo creen que se comportará el mercado de MBS en 2019?
Mantenemos unas perspectivas positivas respecto de los MBS de cara a 2019. Los antiguos problemas (anteriores a la crisis) se están revelando favorables o se están resolviendo de forma muy predecible y estas inversiones han demostrado ser muy rentables y estables en términos relativos durante los últimos años. Debido a los elevados requisitos de suscripción, las hipotecas emitidas después de la crisis son de elevada calidad. Esperamos un aumento del volumen de emisión en 2019, la continuidad de las emisiones de gran calidad y un sólido desempeño crediticio.
Como resultado de la reducida tasa de desempleo, el descenso de la relación endeudamiento/rentas de los consumidores y la subida de los precios de la vivienda, la tasa de morosidad ha caído hasta niveles no registrados desde la década de 1990 (Gráfico 1).
¿Qué piensan sobre los precios de la vivienda en EE. UU. y qué tendencia creen que seguirá esta variable este año?
Los precios de la vivienda en EE. UU. se han recuperado desde el punto mínimo alcanzado en 2011. El contexto de exceso de oferta y reducida demanda vivido en el periodo de 2007-2010 se ha corregido y ahora observamos una relación favorable entre la oferta y la demanda en el mercado de la vivienda. La oferta actual de viviendas en la venta es reducida, la tasa de construcción de nuevas viviendas sigue situándose por debajo de su media histórica y existe una demanda favorable impulsada por la creciente constitución de hogares y la tendencia de los nuevos hogares a comprar en vez de alquilar desde 2015.
Los precios de la vivienda vienen aumentando a una tasa anual media de alrededor del 6 % por año desde 2015 y ahora han regresado a su tendencia a largo plazo. La tasa de aumento de los precios ha empezado a ralentizarse, algo previsible a medida que la vivienda vuelve a registrar un equilibrio entre la oferta y la demanda y que la accesibilidad de la vivienda se estabiliza. Esperamos que la tasa de aumento de los precios siga ralentizándose en EE. UU. y alcance una media de cerca del 3 % anual en un futuro próximo. El mercado de la vivienda estadounidense también sigue mejorando en términos de solvencia. Los niveles de morosidad siguen descendiendo, los precios de la vivienda continúan estando bien apuntalados y sigue existiendo una sólida demanda de títulos MBS.
El crecimiento se está ralentizando en muchas de las principales economías a escala mundial. Se ha producido un importante cambio en las perspectivas económicas durante el primer trimestre de 2019, especialmente desde la reunión de marzo del Comité de Operaciones de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC), en previsión de una ralentización o incluso una recesión en EE. UU. Si bien nosotros esperamos una ralentización de la economía estadounidense, creemos que el mercado de la vivienda se encuentra en una posición sólida para capear tal situación. De hecho, según un reciente estudio de CoreLogic (The MarketPulse March 2019), los precios de la vivienda aumentaron en tres de las últimas cinco recesiones que vivió el país norteamericano.
¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta el mercado de MBS este año?
No identificamos ningún reto de gran calado al que deba hacer frente el mercado de MBS en 2019. Tenemos un par de preocupaciones menores: una de ellas es la posibilidad de que se produzca una ralentización económica a finales de 2019. Ello ejercería cierta presión sobre el empleo y los precios de la vivienda, pero no creemos que esta situación afectaría a las rentas esperadas de nuestras inversiones.
¿En qué segmentos del mercado de MBS creen que residen las oportunidades clave en 2019?
En el mercado hipotecario del segmento residencial, seguimos priorizando los bonos privados (non-agency) frente a aquellos públicos garantizados por los Gobiernos (agency). En el segmento comercial, priorizamos los complejos de apartamentos y los préstamos comerciales con un balance reducido.
En general, consideramos que existen tres factores que debemos destacar: rendimientos favorables, volatilidad reducida y escasa correlación con otras clases de activos.
Información importante:
Las inversiones en el producto mencionado en este artículo son especulativas y entrañan un alto grado de riesgo.
Los inversores no deberían realizar inversiones a menos que estén preparados para perder todo o una parte importante del capital invertido.
Las comisiones y gastos cargados en relación con este producto pueden ser más altos que los aplicados en otras alternativas de inversión y podrían anular las plusvalías generadas.
Los valores con garantía hipotecaria y respaldados por activos pueden ser sensibles a las variaciones de los tipos de interés y estar expuestos al riesgo de amortización anticipada, y su valor puede fluctuar en función de la percepción del mercado sobre la solvencia del emisor; aunque por lo general cuentan con la garantía de algún tipo de aval gubernamental o privado, no puede asegurarse que los avalistas privados atenderán sus obligaciones.
Las oportunidades de liquidación y transmisibilidad de participaciones son limitadas, de modo que los inversores podrían no tener acceso al capital cuando lo necesiten.
No existe un mercado secundario para las participaciones y no se espera que se constituya ninguno. El Fondo podría no presentar una elevada diversificación, y ello podría resultar en un mayor riesgo.
Los derivados pueden entrañar ciertos costes y riesgos, entre ellos el riesgo de liquidez, de tipos de interés, de mercado, de crédito y de gestión, así como el riesgo de que una posición no pueda cerrarse en el momento que sería más rentable. Al invertir en derivados, las pérdidas podrían ser mayores que el capital invertido.
El recurso al apalancamiento podría provocar la liquidación de posiciones en una cartera cuando no resulte conveniente hacerlo con el objeto de satisfacer sus obligaciones o cumplir los requisitos de separación. Las técnicas de apalancamiento, incluidos los préstamos, podrían causar que una cartera sea más volátil de lo que lo sería sin apalancarse.