El IEB, centro de estudios de referencia en formación financiera y jurídica en Iberoamérica, ha presentado el informe Perspectivas Macroeconómicas de 2021, elaborado por Aurelio García del Barrio, doctor en CC. Económicas y director del Global MBA del IEB. El estudio destaca la visión global y de las principales economías del mundo, además de hacer hincapié en los riesgos y desafíos de la economía española el próximo año.
Según las conclusiones del documento, después de un año 2020 que supuso, debido a la pandemia del COVID-19, una profunda recesión, la economía mundial se encamina en 2021 a registrar su mayor crecimiento en más de medio siglo, sin embargo, las diferencias entre países se amplían y puede provocar desequilibrios. La solidez de la recuperación mundial a corto plazo se puede atribuir en gran medida a unas pocas economías importantes, como Estados Unidos y China, según sus consideraciones. Y afirma que la economía mundial crecerá en 2021 en torno a un 5,6% debido a varios factores. Por un lado, el ritmo de vacunación que ha contribuido a mejorar las previsiones en muchos países; sin embargo, esto se concentra principalmente en las economías avanzadas. A fecha de octubre de 2021, un 35% de la población mundial ha sido vacunada con la pauta completa. El otro factor importante que ha contribuido al crecimiento es la política económica, tanto en su vertiente fiscal como monetaria.
“Miramos hacia un 2022 con un ritmo de actividad mundial aun históricamente elevado, pero ya no con las oscilaciones de 2020 y 2021. En ese sentido, el crecimiento de la economía a nivel mundial será de un 4,8%. También se espera que las disrupciones de oferta, en particular las disrupciones en las cadenas globales de aprovisionamiento, que están presionando con intensidad a la inflación en prácticamente todas las economías, vayan remitiendo y se confirme que el shock de precios tiene un carácter temporal”, indica el informe.
Asimismo, el informe resalta que las recientes presiones sobre los precios en gran parte reflejan la inusual evolución relacionada con la pandemia y los desajustes transitorios entre la oferta y la demanda. Se prevé que la inflación regrese a los rangos que se registraban antes de la pandemia en la mayoría de los países en 2022 una vez que estas perturbaciones vayan quedando reflejadas en los precios, pero persiste una gran incertidumbre. También se prevé que la inflación sea elevada en algunas economías emergentes y en desarrollo, debido en parte al alto nivel de los precios de los alimentos.
García del Barrio explica que, “aunque, no puede esperarse que la recuperación continúe a tasas similares a las observadas durante el rebote tras las profundas caídas de 2020, la visión a corto plazo es que el crecimiento en 2021 y 2022 en EE.UU. y Europa se sitúe por encima de su potencial”. En términos regionales el crecimiento será desigual. La recuperación en la mayoría de las regiones de mercados emergentes y economías en desarrollo no será suficiente para revertir el daño provocado por la pandemia. Para 2022, se espera que la producción en todas las regiones continúe por debajo de la situación anterior a la pandemia, bajo la presión de la pandemia en curso y sus consecuencias, entre ellas, cargas de endeudamiento más altas y daños provocados a muchos de los factores impulsores de la posible producción.
Respecto al comercio mundial, señalan que veremos un crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías del 10,8% en 2021, seguido de un aumento del 4,7% en 2022. En principio el crecimiento se moderará según el comercio de mercancías se vaya ajustando a su tendencia a largo plazo anterior a la pandemia.
Las dificultades relacionadas con la oferta, como la escasez de semiconductores y los retrasos en los puertos, pueden someter a tensiones a las cadenas de suministro y afectar al comercio en determinadas esferas, pero es poco probable que tengan repercusiones importantes en los agregados mundiales. Los mayores riesgos de deterioro provienen de la propia pandemia.
Principales economías
El impacto de la pandemia en Estados Unidos ha sido muy severo, pero igual que su caída en la economía tuvo un impacto grandísimo, su recuperación ha sido rápida también; la recuperación en “V”, donde la economía sufre un período agudo pero breve de declive económico con una depresión claramente definida, seguida de una fuerte recuperación. La previsión de crecimiento del PIB en 2021 es de un 5,9% y para 2022 es de un 4,6%. El aumento de la inflación será una característica del desequilibrio transitorio de la oferta y la demanda, pero no se prevé un recalentamiento de la economía. A medida que las condiciones de salud mejoran y la economía se reabre, el generoso estímulo fiscal, el repunte del empleo y el aumento del optimismo impulsarán el crecimiento del consumo en un orden de magnitud de dos cifras.
La economía de la UE y de la zona del euro crecerá un 4,8 % en 2021 y un 4,5 % en 2022. Se prevé que el PIB real vuelva a su nivel anterior a la crisis en el último trimestre de 2021, tanto en la UE como en la zona del euro. Se espera que el crecimiento se fortalezca debido a varios factores. En primer lugar, la actividad económica en el primer trimestre del año superó las expectativas. En segundo lugar, una estrategia eficaz de contención del virus y los avances en la vacunación provocaron una disminución del número de nuevos contagios y hospitalizaciones, lo que, a su vez, permitió a los Estados miembros de la UE reabrir sus economías durante el trimestre siguiente.
La economía alemana todavía se encuentra por debajo de su nivel anterior a la crisis y es posible que las nuevas restricciones tomadas para contrarrestar las nuevas oleadas del coronavirus provoquen una pérdida de tracción económica a corto plazo. Esperamos que la economía se recupere gradualmente en los próximos años y alcance su nivel precrisis a finales de 2022. El crecimiento del PIB se cifra en un 2,5% en 2021, y un rebote hasta el 5,1% en 2022.
El éxito del programa de vacunación y la reapertura de la economía son un buen augurio para la recuperación de la pandemia en el Reino Unido. El país está disfrutando de un impulso que tendrá que mantenerse a través de los desafíos políticos y económicos a largo plazo provocados por el Brexit y las relaciones con sus principales socios comerciales. La economía británica se expandirá un 7,25% en 2021, con un máximo de desempleo del 5,4%, y el crecimiento de 2022 será del 5,75%.
Sobre Japón, el informe indica que el crecimiento económico se cifra en un 2,4% para 2021 y una expansión económica del 1,8% en 2022. La ratio Deuda/PIB será de un 264% en 2021 y se reducirá en 2022, para situarse en un 263%. La consolidación presupuestaria seguirá siendo un tema clave para el país mientras trata de controlar sus niveles de deuda. Los problemas demográficos que debe afrontar Japón son cada vez más complejos. El envejecimiento de la población representa un gran desafío para el país, ya que el gobierno prevé que el gasto en pensiones y salud irá en aumento. Además, la baja tasa de natalidad genera una disminución de la población, y por lo mismo decae el número de contribuyentes. Y sobre China, la otra gran protagonista del año, considera que el país priorizará la estabilidad financiera sobre el crecimiento en 2021. La economía resurgió con fuerza de la pandemia y espera crecer por encima del 8% en 2021. El robusto crecimiento da margen para políticas fiscales y monetarias menos expansivas, que buscan asentar la estabilidad financiera de una China que quiere ser un actor de primer orden en la economía global. La economía china crecerá un 8,5% en 2021 y un 5,2% en 2022.
«Las economías emergentes van a experimentar una recuperación del crecimiento clara en 2021 y 2022. El grupo de emergentes principales experimentó una caída del PIB del 5,1% en 2020 (Turquía, Rusia, Sudáfrica, Polonia, Hungría, India, Indonesia, Malasia, Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia). Esta recesión dará paso a un crecimiento del 4,8% en 2021 y del 3,8% en 2022. Sin embargo, la auténtica clave del momento de los emergentes no es la recuperación en sí, sino lo desigual que va a ser. Esta asimetría va a comportar economías emergentes ganadoras y otras perdedoras, y, entre estas últimas, un grupo de países que, además de perder pie en materia de crecimiento, van a ver sus desequilibrios macroeconómicos tensionados», concluye el documento en su repaso geográfico.