Termina el segundo trimestre y pasamos el ecuador de 2020 con una importante recuperación de las bolsas. Los outlooks de las gestoras lanzan un mensaje prudente y con ciertos matices sobre cómo será la recuperación, y si ya ha pasado lo peor de la pandemia para los mercados, las economías y las sociedades.
“Esta recuperación de las bolsas continúa apoyada en los estímulos monetarios y en la confirmación de la desescalda de las medidas de confinamiento, pero no está exenta de riesgos dado que los datos de nuevos contagios continuaron empeorando”, apuntan desde BancaMarch. En este sentido, los analistas de la entidad dan las palabras claves que todas las gestoras están analizando: los estímulos monetarios, la recuperación de la normalidad y el medio a una segunda oleada de contagios.
Vamos por partes. Desde AXA Investments Managers, por ejemplo, sostienen que aún serán necesarios estímulos masivos de cara a la evolución económica mundial del segundo semestre. La última previsión de la gestora AXA IM pasa porque la economía mundial se contraiga este año un 2,9% y las economías avanzadas caigan un 6,1%; con una caída del PIB del 4,5% en Estados Unidos y del 7,1% en la eurozona. En contraste, para el año 2021, la última previsión es de un crecimiento del 6,1% a nivel mundial, un 5,5% en las economías avanzadas; un 4,6% en EE UU y un 5,9% en la eurozona.
“El destino de la economía mundial en la segunda mitad del año 2020 depende de la dinámica de la pandemia. En nuestro escenario base, las condiciones del lado de la oferta se normalizarán este verano, ya que los cierres se relajarán, lo que provocará un espectacular, aunque mecánico, rebote del PIB en el tercer trimestre. Sin embargo, la demanda seguiría deteriorada, ya que el ahorro preventivo, en reacción al deterioro de las perspectivas de empleo, compensaría en parte la liberación del ahorro forzoso acumulado en el segundo trimestre. La inversión se vería restringida por la incertidumbre y las exportaciones de las naciones desarrolladas se verían frenadas por la escasa tracción de los mercados emergentes Esperamos que el crecimiento se modere en el cuarto trimestre. Aún será necesario un estímulo masivo. En el aspecto fiscal, Europa está haciendo mucho pero aún menos que en EE.UU., a pesar de la fuerte cobertura del BCE. Sin embargo, al menos Europa parece haber controlado la primera ola de la pandemia mejor que los Estados Unidos”, explica Gilles Moëc; economista jefe, AXA IM.
En opinión de Esty Dwek, responsable de estrategia global Natixis IM Solutions (Natixis Investment Managers) «lo peor de la crisis ya ha pasado», aunque indica que «la recuperación será lenta y escalonada y llevará mucho tiempo volver a los niveles anteriores a la crisis», hasta el punto de que en la mayoría de las principales economías «el PIB podría no alcanzar los niveles de 2019 hasta 2022 como muy pronto».
La experta advierte que el riesgo de nuevos brotes permanece y eso «podría generar turbulencias en los mercados y hacer aumentar la volatilidad», aunque señala que, probablemente, las caídas serán suaves. «Creemos que los temores de una segunda ola son exagerados y no creemos probable que se produzcan nuevos bloqueos renovados, por lo que no esperamos que la recuperación naciente descarrile», añade. Además, Dwek indica que «el rally se ha ido ampliando y extendiéndose no solo a los obvios ganadores, como podrían ser salud y tecnología, por lo que mantenemos una visión constructiva sobre las Bolsas en el plazo medio».
La pregunta es inevitable. Entonces, ¿hay un exceso de optimismo? Según el último informe de Bert Flossbach, cofundador de Flossbach von Storch, y Tobias Schafföner, analista de la gestora, el COVID-19 sigue ejerciendo una influencia considerable sobre los mercados. “El aumento de las cotizaciones combinado con la caída de los beneficios corporativos ha generado valoraciones a niveles inéditos, que se justificarían si los beneficios se recuperaran rápidamente y los tipos de interés se mantuvieran permanentemente bajos. Esto significa que el bienestar de los mercados financieros dependerá en el futuro aún más de una política monetaria expansiva. Las ayudas masivas para paliarlos efectos de la crisis representan una forma temprana de dinero de helicóptero, repartida por los estados y financiada indirectamente por los bancos centrales”, señala.
En la actualización de su outlook para 2020, Union Bancaire Privée (UBP) hace una muchos analistas están recordando: “No obstante, la recuperación parece no estar sincronizada entre países y sectores; el repunte estará impulsado principalmente por un aumento de la demanda interna”. Además, considera que habrá que estar atento a las nuevas presiones sobre el comercio mundial porque deberían provocar una reorientación de la actividad a gran escala y un aumento del regionalismo tras una década de globalización.
Impacto en las inversiones
Con este escenario de fondo, Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA IM, advierte de que “el punto de partida del tercer trimestre no es el mismo que en el periodo anterior, en el que las valoraciones baratas y la política monetaria masivamente expansiva impulsaron a los activos de riesgo”. En su opinión, al entrar el nuevo trimestre, las tasas de infección todavía están subiendo. De acuerdo con los datos de Woldometers, la tasa diaria de infección está cerca de los 10.000 casos. “Los profesionales médicos continúan advirtiendo de que el virus no está bajo control. Sin embargo, el foco ha cambiado en los últimos tres meses, desde priorizar la salud a la economía. Los dos objetivos permanecen inextricablemente unidos y serán los principales catalizadores del sentimiento y de los retornos del mercado en el tercer trimestre”, añade.
Para Stephen Surpless, gestor en Edmond de Rothschild, los inversores tendrán que tener en cuenta el debate sobre inflación o deflación de cara a sus inversiones durante la próxima década . “Aunque las estimaciones de inflación en Estados Unidos y Europa siguen siendo muy moderadas, vale la pena identificar los activos que pueden protegerse contra un mayor aumento del nivel de precios a largo plazo. Con los acontecimientos que afectan al mundo y a los mercados en 2020, la importancia de invertir a largo plazo se ha hecho aún más evidente. En toda decisión con este horizonte están implícitas variables clave como los tipos de interés y el valor del dinero. Los resultados de las inversiones a largo plazo estarán muy influidos por el impacto de las tendencias inflacionistas ya sean ascendentes o descendentes”, argumenta.
Lo que está claro es que los mercados continuarán viéndose afectados por la pandemia durante el segundo semestre del año. Por esta razón, según Suzanne Hutchins, gestora de Newton (parte de BNY Mellon IM), tanto a corto como a largo plazo, «los inversores deberían centrarse en los sectores menos sensibles a las medidas de confinamiento y al ciclo económico». Según su valoración, un grupo de empresas que se ha visto particularmente beneficiado por la crisis es el de las grandes tecnológicas estadounidenses (las FAANG), cuya capitalización de mercado a finales de mayo de 2020 duplicaba la totalidad del FTSE 100. «Estas empresas suelen contar con elevados niveles de efectivo, por lo que no se enfrentan a problemas de balance, y la naturaleza de su negocio las ha ayudado a ganarle cuota de mercado a los modelos empresariales más tradicionales. Por eso, no solo han capeado la tormenta relativamente bien, sino que también han liderado el rally posterior», explica.
Por último, el informe de Flossbach von Storch reconoce que la economía vive un momento poco convencional. “Como es improbable que la recuperación del statu quo de la economía real se produzca tan rápido como se espera actualmente, seguimos cubriendo parte de nuestra exposición a renta variable. Nos centramos en empresas con beneficios altamente seguros, balances sólidos y potencial de crecimiento a largo plazo. Al enfocarnos en títulos de empresas de calidad, nuestras carteras están “a prueba de crisis”, independientemente de la exposición a renta variable”, explican.