¿Qué tienen en común Grecia, Italia, Portugal y España, además de pertenecer al dudosamente honroso club de los PIGS? Según las estadísticas de la OCDE sobre Fertilidad, estos cuatro países tienen unas de las tasas de fertilidad más bajas del mundo, junto a Austria, Polonia, y por descontado China (tasa del 1,6 según el Banco Mundial).
De hecho, solo hay tres países que alcanzan o superan la tasa de reposición poblacional, que la OCDE cifra en 2,1 hijos por pareja. Uno de ellos es EE.UU. (México y Turquía son los otros dos).
El gráfico aparece en una entretenida compilación visual sobre 27 gráficos para enorgullecerse de ser americano de Business Insider que se publicó con motivo del 4 de julio, pero lo que llama la atención es que si se compara con otro gráfico publicado también recientemente, sobre el PER ajustado cíclicamente a cierre de junio, en The Big Picture, podemos apreciar como los mercados estructuralmente baratos son los europeos, donde la fertilidad es menor, mientras que los que gozan de PERs más altos son mayoritariamente mercados de países con tasas de fertilidad más elevadas.
Por supuesto hay excepciones, como Japón, que a pesar de tener una tasa de fertilidad inferior a 1,5 disfrutaba al cierre de junio de uno de los ratios CAPE (Cyclically Adjusted PE Ratio), más altos de la tabla (cercano a las 20x). O bien Irlanda, que sigue fiel a su tradición católica siendo uno de los países con tasas de fertilidad más elevadas (aunque no consigue llegar a la tasa de reposición), y cotiza a un CAPE de 5,6x el tercero más bajo de la tabla. Quizás sus ratios de mercado deban corregir dramáticamente.
Sin embargo, es difícil decir qué viene primero, si la decisión de tener menos hijos o la ralentización del crecimiento económico y como consecuencia, el descenso de los ratios bursátiles.