Hace un año, Paul Read, uno de los responsables de Renta Fija de Invesco, se declaraba a la renta variable y explicaba que, en el actual entorno de mercado, era más positivo con activos que él no gestionaba. Doce meses más tarde, también con ocasión de una reunión con periodistas en la sede de la gestora en Henley, el gestor insiste en esa idea.
“Cuando mis mercados de renta fija estaban muy baratos, me sentía muy contento, pero ya no es el caso. Siento una gran responsabilidad por ganar dinero para mis clientes y reconozco que hay valor en algunos segmentos de la renta fija, ya sea de forma absoluta o relativa, como por ejemplo en el sector financiero, algunas partes de high yield europeo, los híbridos (de empresas como Total, Tesco o Telefónica) o el mercado de crédito estadounidense con grado de inversión. Pero la situación dista mucho de la de 2009 o la de la crisis del euro de 2012: las empresas no pagan lo suficiente por asumir el riesgo de default si compras sus bonos. Por eso creemos que la renta variable europea lo hará mejor que la deuda: en un mundo que busca ingresos, la renta variable será clave y la europea tiene ahora un valor razonable”, asegura Read.
De hecho, la preocupación por las rentabilidades negativas que ofrecen muchos segmentos de la renta fija fue una de las tres reflexiones sobre las que Read estructuró su discurso, junto a las consecuencias en el mercado de crédito de la intervención del BCE y de las subidas de tipos por parte de la Fed; y, en tercer lugar, explicó la estrategia Barbell en su cartera de crédito europeo (que aglutina apuestas de riesgo, como las arriba mencionadas junto a una gran cantidad de liquidez).
“El mercado ofrece rentabilidades muy bajas, que muchas veces no compensan por el riesgo asumido”, dice, y recuerda que ni siquiera asumiendo altas duraciones suben mucho los retornos… y en algunos casos, tampoco asumiendo más riesgo de crédito. Read asegura que tratan de hacer un buen trabajo pero teniendo en cuenta los riesgos que hay ahora en renta fija y mostró preferencia por activos como el sector financiero europeo, el high yield o los bonos híbridos. Con respecto a la duración, la cubren en su fondo de crédito europeo, aunque aún no ha ocurrido nada malo y esta estrategia aún no ha funcionado: “El mercado puede estar irracional más tiempo del que tú puedes permanecer solvente”, defendió. Así, buscan oportunidades con duraciones muy cortas. “Los bancos centrales se están dando cuenta de que los bajos tipos son un gran problema para las financieras”, asegura, algo que podría llevar a un cambio de políticas.
Las consecuencias de los bancos centrales
Entre sus motivos de preocupación, Read destaca la intervención del BCE: “En Europa es muy proactivo y está empezando a convertirse en un jugador del mercado de crédito y de emisiones primarias de deuda corporativa. Es un competidor directo de los gestores y eso puede tener un gran impacto en los precios”, explica, dando lugar a distorsiones. Porque el BCE no será un comprador sensible al precio, recuerda. Por eso, aunque por un lado es una buena noticia que podría apoyar al mercado, el gestor advierte de que puede crear distorsiones y encarecer algunos segmentos. E incluso atraer a emisores de otros lugares, como EE.UU. “Ha de tomar su propio veneno”, dice, en referencia al programa de compra de crédito del BCE.
Sobre su gestión, cree que la autoridad ha hecho un gran trabajo en muchos sentidos pero también cree que lo que se espera de ella es injusto: “Ha hecho un gran trabajo en una crisis enorme, creando más confianza en el proyecto europeo. John Greenwood, el economista jefe, critica que no se haya creado liquidez en los no-bancos y tiene razón pero no puedes culpar al BCE por desastres como el de los bancos italianos”, añade.
Por otro lado, advierte de que la Fed está empezando a subir tipos y podría hacer más subidas en el año, posiblemente dos o tres más (frente a las expectativas de principios de año de que solo habría una), lo que puede presionar a los mercados. Detrás de todo ello, dice, está la idea de que en algún momento estaremos en un escenario reflacionario… y no hay que perderlo de vista.
Sobre el tema político, menciona el Brexit y las elecciones en España y el peligro del auge del populismo, también en EE.UU.
Una estrategia Barbell
Así las cosas, en su cartera tiene una estrategia Barbell, de extremos, con activos de riesgo pero también gran cantidad de liquidez y valores con vencimiento muy cercano, que en algunos fondos llega al 15%. “Es importante tener liquidez para hacer frente a los reembolsos pero es más que eso; ahora queremos esperar también a que surjan mejores oportunidades en los mercados”.