Por tercer año consecutivo, La Financière de l’Echiquier (LFDE) y el instituto de investigación MiddleNext analizan el panorama europeo de los valores de pequeña y mediana capitalización, así como las grandes tendencias del ecosistema bursátil europeo y sus dinámicas y dificultades.
La edición de 2017 confirma las tendencias a largo plazo que vienen observándose desde hace varios años: en primer lugar, los segmentos de pequeña y mediana capitalización exhiben una significativa rentabilidad superior económica y bursátil con respecto a los valores de gran capitalización, y la inversión tendencial de los niveles de volatilidad en la pequeña/mediana capitalización y la gran capitalización se acrecienta año tras año.
Tras dos años de paréntesis, el descenso en el número de empresas cotizadas se ha pronunciado: entre 2007 y 2016, 851 empresas dejaron de cotizar.
En concreto, los valores de pequeña capitalización prosiguen su declive en términos de ponderación y volumen (-20% en este último decenio), lo que resulta un dato inquietante para el futuro del ecosistema en su conjunto.
Las tendencias observadas a escala mundial se concentran en su mayoría en los países europeos, en especial en los de mayor tamaño: Francia, el Reino Unido y Alemania registran un empobrecimiento de su universo por falta de renovación en la base.
Las iniciativas a escala local demuestran que existen dispositivos que permiten respaldar los valores de menor capitalización. Un país ejemplar es Suecia, donde el número de empresas se ha incrementado en un 74% entre 2006 y 2016.
La entrada en vigor de la normativa MiFID II debería contribuir a reforzar aún más la concentración de los flujos hacia un limitado número de actores mundiales.
«El debilitamiento de la bolsa europea desde la raíz constituye un verdadero problema que se ha de abordar de inmediato con absoluta determinación. Existen numerosas soluciones, como pone de manifiesto el éxito de diversas iniciativas nacionales extraordinarias: Suecia e Italia, por ejemplo, han hecho gala de creatividad para promover la orientación del ahorro hacia la economía local. De manera más general, la creación de un marco reglamentario y fiscal europeo destinado específicamente a la inversión en las empresas cotizadas resultaría beneficioso tanto para los inversores como para el ecosistema económico europeo en su conjunto», subraya Didier Le Menestrel, presidente y director general de La Financière de l’Echiquier.
«La implementación de MIFID II debería traducirse principalmente en la drástica reducción de la oferta de análisis en los valores de pequeña capitalización, lo que pondría en peligro los modelos económicos de nuestras sociedades cotizadas locales. Sin una actividad investigadora que lo impulse, el vivero de pequeñas empresas europeas corre el riesgo de deteriorarse aún más rápido», agrega Caroline Weber, directora de MiddleNext. «Este desafío cobra vital importancia para las nuevas empresas francesas, sobre las que reposa el futuro de todo el ecosistema. Estabilizar la normativa y orientarla a su favor reviste una relevancia crucial», apostilla.