Las encuestas previas a las elecciones generales del 10 de noviembre en España sugieren la posibilidad de formar una coalición de izquierdas liderada por el PSOE e integrada por Podemos y Más País, con el apoyo de los partidos nacionalistas. Si bien este resultado no sería una gran sorpresa para el mercado, es probable que exista margen a corto plazo para una rentabilidad inferior de los activos españoles en términos relativos o absolutos. Así lo apunta un informe de Barclays.
El próximo 10 de noviembre, España celebrará sus cuartas elecciones generales en cuatro años y las segundas en 2019. Este es el resultado de las infructuosas negociaciones entre los principales líderes políticos para formar una mayoría de gobierno en el parlamento. Fracaso que obligó al presidente en funciones, Pedro Sánchez, a convocar nuevas elecciones. Sin embargo, tal y como muestran las encuestas, la intención de voto está aún más fragmentada que en las elecciones de abril y, con los partidos de la derecha fortaleciéndose a expensas de la izquierda, la incertidumbre de cara al resultado final no hace sino aumentar.
Dados los actuales niveles de votación, Barclays apunta a que el escenario más viable será un gobierno liderado por el PSOE junto a Unidas Podemos (UP) y Más País, siempre que las fuerzas nacionalistas se abstengan o voten a favor. Si bien este resultado no sería una gran sorpresa, podría conducir al bajo rendimiento de los activos españoles en el corto plazo, ya que UP estaría en posición de exigir más concesiones a cambio de su apoyo al PSOE como socio activo de la coalición.
Además, advierten, una coalición de este tipo podría ser percibida como hostil hacia el mercado en el plazo medio dados los riesgos de políticas fiscales más bajas y la eliminación de reformas estructurales, incluidas las reformas del mercado laboral favorables al crecimiento aprobadas por gobiernos anteriores (tal y como lo indican sus programas electorales). Un gobierno como éste podría adoptar también una mayor confrontación a las instituciones europeas. Si bien la posibilidad de unas terceras elecciones es muy improbable, un panorama político tan fragmentado implica que el riesgo de volver a las urnas por quinta vez no puede ser completamente descartado, señala el informe.
Para elegir a los 350 diputados, España utiliza un sistema de representación proporcional del voto. Cuando el recuento de votos concluye, es necesaria la mayoría absoluta (176 votos a favor) para formar gobierno en la primera votación de investidura en el Congreso. En la segunda votación, sin embargo, sólo es necesaria la mayoría simple (más votos a favor que en contra). De acuerdo con las encuestas más recientes y los análisis publicados por varios medios de comunicación (El País, El Mundo, Electrocacia), Barclays diferencia los escenarios más probables que pueden tener lugar tras el 10N.
Escenario 1: PSOE + Podemos (UP) + Más País (MP) + Partidos nacionalistas
Las encuestas apuntan a que el PSOE obtendrá un 27,4% de los votos (entre 121 y 125 diputados), UP un 12,1% (entre 30 y 34 diputados) y MP un 5% (entre 7 y 11 diputados) lo que sumaría un total de 160 asientos. Como tal, el apoyo activo, mediante voto a favor, o pasivo, si se abstienen, de los nacionalistas sería necesario para la conformación de un gobierno de izquierdas liderado por el PSOE. Basándose en recientes encuestas, Barclays apunta que este será el resultado más probable.
Sin embargo, la formación de gobierno no está asegurada. El resultado final dependerá en gran medida de cómo se desarrollen las conversaciones entre el PSOE y UP, lo que ya se ha demostrado complicado en el pasado cuando, en septiembre, las negociaciones entre ellos fallaron a la hora de alcanzar resultados productivos.
Sin embargo, desde Barclays esperan que los incentivos para colaborar hayan aumentado, especialmente para el PSOE. El informe no encuentra ninguna razón en particular por la que el líder de UP, Pablo Iglesias, deba renunciar a su propuesta de representación en el gobierno. Sin embargo, mientras que pedro Sánchez está contra la idea, parece la única alternativa para que un gobierno liderado por el PSOE que no dependa directamente de partidos de la oposición como el Partido Popular o Ciudadanos sea posible.
Destacan también la importancia de que esta consideración tenga un lugar destacado en la estrategia del PSOE ya que la brecha de popularidad entre ellos se ha reducido notablemente desde que el PSOE convocase elecciones anticipadas en septiembre, tras desechar la posibilidad de un gobierno de coalición con UP. En ese momento, el PSOE se beneficiaba de una popularidad creciente de forma consistente y su brecha con el PP era la más alta.
De los tres escenarios posibles esta es la única alternativa de gobierno (asumiendo el apoyo activo de los nacionalistas) que podrían conseguir mayoría absoluta para pasar la primera votación de investidura. Sin embargo, Barclays apunta a que los nacionalistas se inclinan más a abstenerse que a apoyar de forma directa, por lo que que una segunda votación será lo más probable, dicen en Barclays.
Un gobierno de izquierdas apoyado por los nacionalistas será, probablemente, algo hostil frente al mercado en el corto plazo, advierte el informe. Si bien es cierto que este resultado no sorprendería al mercado, podría implicar bajo rendimiento de los activos españoles en términos relativos o absolutos.
La forma en que el mercado no es favorable para las perspectivas a medio plazo debería ser una función del amplio entorno macro, el grado en que se relaja la gestión pública y si las reformas estructurales anteriores (especialmente las aprobadas en 2010 y 2012) se revierten. Estos riesgos aumentarían si los partidos nacionalistas se unen a la coalición ya que podría verse como un aumento de las probabilidades de que el nuevo gobierno cumpliese su mandato. Además, la actitud confrontacional de Podemos frente a la UE también podría actuar como un lastre.
Escenario 2: PSOE- gobierno de minoría con abstención del PP y CS
Los datos de las encuestan dan al PP un 20,7% de los votos (entre 91 y 95 diputados) y un 10,9% a Cs (de 29 a 33 diputados), lo que sumaría un total de 120 asientos. Si estos se abstuvieran en la segunda votación, Sánchez podría ser investido presidente del gobierno. Si bien es una posibilidad, desde Barclays creen que es menos probable que el primer escenario. Si ocurriese, podrían darse dos resultados:
Pacto: Un gobierno en minoría del PSOE sería posible con un pacto entre este y el PP y Cs que implique la implementación de reformas favorables al crecimiento de la oferta y/o un acuerdo sobre la gestión de las finanzas públicas, indeterminable en este momento.
No deal: un gobierno en minoría del PSOE que se forme, pero sin el acuerdo del PP y Cs en una agenda común. Este supuesto, subrayan desde el informe, podría ser parte de una estrategia política mediante la cual PP y Cs, en un entrono de enorme consenso para una coalición de la derecha, se beneficiaría en el corto y medio plazo: desbloquean el impasse político dejando al PSOE formar gobierno, pero obstaculizan sus políticas en el parlamento en un intento de impulsar su popularidad hasta provocar otras elecciones anticipadas podría convertirse en una opción válida para ellos.
En cuanto a las reacciones potenciales del mercado, se pueden distinguir dos de acuerdo con los dos posibles escenarios, explica el informe. En primer lugar, gobierno del PSOE minoritario con pacto: este escenario se percibe como favorable al mercado en el corto plazo ya que traería consigo reformas orientadas al mercado. Además, es posible que el mercado vea como un desarrollo positivo que Podemos no consiga tener poder, señala Barclays. Sin embargo, en el medio plazo, «creemos que el mercado se mantendrá en una postura más neutral, en actitud expectante ya que la estabilidad del gobierno no estaría asegurada. Dependiendo de los detalles del acuerdo que se estableciera, desde el informe subrayan que los riesgos de su implementación serían muy altas, probablemente llevando a la inestabilidad del gobierno o incluso acabando con la coalición».
El segundo escenario es un gobierno del PSOE en minoría sin pacto: según el informe, este escenario sería aceptable para el mercado en el corto plazo y potencialmente negativo en el medio. Mientras que permitiría a Sánchez convertirse en presidente sin el apoyo de UP (un desarrollo positivo en el corto plazo para el mercado), la falta de un pacto podría verse como un incentivo para el PP y Cs de actuar de manera oportunista. Esto podría, potencialmente, obstaculizar la formación de políticas del PSOE, incrementando el riesgo de una crisis de gobierno que podría conducir a otras elecciones anticipadas si la popularidad de los partidos de centroderecha continúa aumentando, advierte Barclays.
Escenario 3: PP + Cs + Vox
Los datos de las encuestan dan al PP un 20,7% de los votos (entre 91 y 95 diputados), un 10,9% a Cs (de 29 a 33 diputados) y un 10% a Vox (entre 22 y 26 diputados). Con estas cifras, una coalición de las derechas se quedaría a 28 escaños de los 176 necesarios para la mayoría absoluta. Pese a la visible popularidad de estos partidos, desde Barclays preveen que este escenario el menos probable de los tres, a menos que el resultado de la votación para los partidos de centroderecha sorprenda decisivamente al alza.
Una mayoría conservativa sería bienvenida en los mercados tanto en el corto como en el medio plazo, ya que traería reformas más predecibles y una postura fiscal conservativa.
El informe también destaca pocas posibilidades de otras elecciones generales, aunque no descarta completamente el supuesto ya que el telón de fondo político no parece favorecer a la formación de gobierno más de lo que ya se vio en abril. Sin embargo, desde Barclays esperan que la frustración de los votantes, así como el coste de otras elecciones, actúen como suficientes motivaciones para los líderes políticos, en particular al PSOE, y adopten posturas más abiertas en las conversaciones y estén dispuestos a hacer más concesiones con tal de formar gobierno. Sin embargo, una investidura en primera votación (que tendría lugar a mediados de diciembre) desplazaría la fecha para unas posibles terceras elecciones a marzo o abril del 2020, si ambas votaciones de investidura fallan y el periodo de negociaciones terminase sin acuerdos.