Hace dos semanas, el impacto del coronavirus provocó la mayor corrección en los mercados bursátiles de los últimos 30 años. Los bancos centrales de los países desarrollados se están moviendo para frenar las pérdidas e inyectar liquidez, pero les queda poca munición, mientras que los inversores “están buscando refugio”. El director de inversiones de NN Investment Partners, Valentijn van Nieuwenhuijzen, analiza en un podcast los niveles de temor de los inversores que impulsan las ventas masivas de acciones, las posibles oportunidades en crédito y renta variable, y hacia dónde podrían dirigirse los mercados.
“En los mercados financieros, todos estamos bien capacitados para hacer frente a los riesgos y evaluar los escenarios probables y construir así nuestras carteras. Pero la incertidumbre incuantificable siempre ha sido el mayor temor del mercado, y eso es claramente lo que estamos viendo ahora con el brote global de coronavirus”, asegura en una grabación publicada en la página web de la gestora. A su juicio, es muy difícil pronosticar el impacto que tendrá este “cisne negro” en el contexto económico y financiero global, lo que se evidenció hace unos días con una de las mayores correcciones en la historia.
Van Nieuwenhuijzen considera que esa reacción tan fuerte fue un reflejo del impacto de la pandemia en la economía, pero también del miedo de los inversores, que están luchando por comprender cuáles podrían ser las consecuencias y prefieren mantener la seguridad. En su opinión, se trata de una “disrupción temporal”, lo que significa que, mirando a largo plazo, los inversores deberían huir de la parálisis y guiar su asignación estratégica por los datos demográficos, de productividad y rentabilidad empresarial subyacentes.
Aun así, admite que “digerir” este shock en términos de gestión del riesgo de las carteras e identificar oportunidades no es sencillo y, por ello, los inversores deben ser más tácticos para poder evaluar cuándo será el momento de regresar a los mercados. “Porque detrás de toda esta disrupción, se está creando un conjunto fascinante de oportunidades”, asegura.
Qué activos resisten
Al abordar las distintas clases de activos, Van Nieuwenhuijzen recuerda que, en renta fija, los rendimientos de los bonos gubernamentales llevan un tiempo deprimidos e, incluso, en terreno negativo. Debido al incremento de la relajación monetaria con las medidas tomadas por los bancos centrales para aumentar la liquidez, esta tendencia solo se va a consolidar. Mientras, en renta variable y crédito, advierte de que es importante mantener la cautela a corto plazo, ya que este tipo de entornos favorecen la huida hacia el efectivo o los bonos soberanos. “Va a haber mucha presión sobre estos activos, pero hay que prestar atención a las áreas donde se van a generar oportunidades”, añade.
En concreto, admite que, en estos momentos, es complicado encontrar espacios que generen grandes retornos, pero cree que hay que prestar atención a aquellos activos que son “escasos y relativamente seguros”. Por ello, además de los bonos gubernamentales, anima a tener en cuenta aquellos sectores de la renta variable que se están manteniendo mejor gracias a que giran en torno a temáticas estratégicas, como la sostenibilidad, la salud, la digitalización u otros beneficios sociales.
“Se trata de modelos de negocio que, además de estar más orientados hacia el crecimiento, son menos golpeados por las consecuencias directas de una menor globalización, la reducción del uso de fuentes de energía tradicionales u otros aspectos negativos de la economía global”, resultado del impacto el coronavirus, afirma Van Nieuwenhuijzen.
Aun así, advierte de que, si este shock en el sentimiento del mercado y el apetito de riesgo se mantiene, el impacto del coronavirus terminará genrando consecuencias de un escenario de recesión.