La emisión de bonos verdes ha alcanzado nuevos máximos mensuales en marzo, con 48.000 millones de euros registrados unos días antes de que acabara el mes, por encima del récord anterior de 44.000 millones de euros que se estableció en septiembre de 2020.
Esta cifra inédita se ve reforzada por la fuerte emisión soberana a medida que los gobiernos invierten en una recuperación verde. Por ello, desde NN Investment Partners (NN IP) creen que los bonos verdes seguirán alcanzando nuevos máximos este año, dado su atractivo para los emisores y la fuerte rentabilidad financiera que ofrecen.
Como resultado de esta emisión de bonos verdes en lo que va de 2021, superior a la prevista, NN IP eleva su proyección para la emisión de todo el año a 400.000 millones de euros (véase gráfico). Esto haría que el mercado mundial de bonos verdes superara con creces el billón de euros a finales de año.
«Gran parte de esta emisión récord representa la emisión prevista para 2020 que se pospuso como consecuencia de la pandemia», comenta Bram Bos, gestor principal de la cartera de bonos verdes de NN IP. «Ahora que estamos en la senda de la estabilidad, los emisores vuelven a centrarse en el futuro y en la actual crisis climática».
El papel de los estados
Las emisiones soberanas representan una gran parte de las nuevas emisiones, ya que Italia entró en el mercado de bonos verdes por primera vez en marzo, mientras que Francia emitió su segundo bono verde durante el mes. Se espera que otros países, como España y el Reino Unido, acudan al mercado por primera vez a lo largo de este año.
«Muchos gobiernos quieren participar en la recuperación verde», añade Bos. «La emisión de bonos verdes puede ayudarlos a conseguir capital para poner en marcha sus planes de infraestructuras y, al mismo tiempo, acercarlos a la consecución de sus objetivos en el marco del Acuerdo de París».
Todo apunta a que los bonos verdes seguirán siendo atractivos para los emisores en un futuro próximo, dada la dinámica actual del mercado. Las emisiones verdes cotizan cada vez más dentro de las curvas de rendimiento de los bonos habituales, lo que demuestra su atractivo para los inversores, que están dispuestos a pagar el llamado greenium (o prima en el precio) para acceder a ellos. Esto, a su vez, hace que el mercado de bonos verdes sea más atractivo para los emisores, ya que baja los costes de financiamiento.
Además, los bonos verdes deberían mantener su atractivo para los inversores porque siguen proporcionando una mayor rentabilidad financiera que los normales. «Desde 2014, el Bloomberg MSCI Euro Green Bond Index ha superado al Bloomberg Euro Aggregate Index en aproximadamente un 0,30% anual», explica Bos. «Así que, aunque los bonos verdes coticen unos pocos puntos básicos por debajo de las curvas de rendimiento regulares, siguen superando a los bonos regulares, además de contribuir a un futuro más verde».
Nuevo fondo de NN IP
En el marco de esta tendencia, NN Investment Partners anunció el lanzamiento del fondo NN (L) Sovereign Green Bond, una nueva estrategia que invierte en bonos soberanos y con la que amplía su gama de fondos de bonos verdes.
Según explica la gestora, es el primer fondo de bonos soberanos que “pretende tener un impacto medioambiental positivo a través de los proyectos que financia”. Este nuevo vehículo de inversión complementa la gama ya existente de fondos de bonos verdes de NN IP, aplicando el mismo enfoque de inversión que el fondo NN (L) Green Bond, pero centrado específicamente en bonos del tesoro y deuda relacionados con el gobierno.
Este fondo llega al mercado cinco años después de que NN IP lanzase su primer fondo de bonos verdes específico y solo un año después de lanzar su estrategia de bonos verdes corporativos. Actualmente, la gestora cuenta con una completa gama de fondos de bonos verdes que incluye bonos agregados, corporativos, soberanos y una estrategia de duración corta también centrada en esta clase de activo. Desde NN IP explican que gracias a la configuración de su oferta, ofreciendo fondos de bonos verdes soberanos y corporativos por separado, los inversores disponen de una mayor flexibilidad para que sus asignaciones de renta fija tengan un impacto medible y positivo.