Los datos del mercado confirman que el atractivo de los bonos verdes para los inversores está aumentando. Tras analizar el rendimiento del índice de los últimos cuatro años, NN Investment Partners (NN IP) está convencido de que este activo merece ser evaluado en un contexto más amplio del mercado de bonos. En un artículo reciente, asegura que los retornos y la volatilidad, sobre todo de los bonos verdes corporativos, los convierten en un sustituto idóneo de los bonos tradicionales en una cartera de crédito.
Los inversores están incluyendo cada vez más los bonos verdes en sus carteras, normalmente con el objetivo de dejar claro que están haciendo sus inversiones más sostenibles. Sin embargo, NN IP considera que una gama más amplia de inversores podría considerar la posibilidad de sustituir partes de su cartera de bonos por asignaciones a bonos verdes, debido a su atractivo perfil de riesgo-retorno.
Rendimiento y volatilidad
La gestora analizó cómo han rendido los índices de bonos verdes frente a los tradicionales de bonos corporativos y soberanos denominados en euros en los últimos cuatro años. En concreto, tras fijarse en el Bloomberg Barclays MSCI Euro Green Bond Index y el Bloomberg Barclays MSCI Euro Aggregate Index, descubrió que los bonos verdes registraron mayor volatilidad y mejores rendimientos en tres de los cuatro años (un 0,70% más de media anualmente). “Esto significa que los retornos más elevados fueron, sobre todo, resultado del riesgo más elevado”, apunta.
Asimismo, la duración del índice de bonos verdes se incrementó significativamente a principios del 2017, lo que evidencia que “los bonos verdes son más sensibles a los cambios en los tipos de interés”, asegura NN IP. De ahí que, como los tipos de interés siguieron cayendo el año pasado, el Bloomberg Barclays MSCI Euro Green Bond Index registró mejores rendimientos que el Bloomberg Barclays Euro Aggregate Index en 2019.
Bonos verdes corporativos
“Aunque el mercado de bonos verdes en su conjunto ha crecido significativamente en los últimos años, el segmento corporativo ha experimentado un crecimiento especialmente fuerte”. Según la gestora, este crecimiento también se refleja en la amplitud del mercado, en el que cada vez hay un mayor de segmentos de la industria representados.
Al comparar el Bloomberg Barclays MSCI Euro Green Bond Index: Corporate con el Bloomberg Barclays MSCI Euro Aggregate Corporate Index, descubrió que, en 2019, los bonos verdes corporativos registraron un rendimiento del 6,4% frente al 6,2% de los tradicionales, y superaron los retornos de estos últimos en tres de los cuatro años. La volatilidad anual también fue mayor en los cuatro años, pero en el caso de los bonos corporativos esta brecha se ha ido reduciendo cada año.
Dada la fuerte divergencia en la volatilidad anual, NN IP también comparó la volatilidad diaria de estos dos índices en los últimos cuatro años. La línea azul del gráfico refleja que la diferencia tiende de forma consistente a la baja, lo que significa que, en términos de volatilidad, los índices verdes y no verdes están convergiendo. NN IP cree que esto se debe al crecimiento (en el eje derecho) y la mayor diversificación del mercado de bonos verdes corporativos. La duración de ambos índices es ahora prácticamente idéntica.
«Este análisis refuerza nuestra creencia de que invertir en bonos verdes es una forma fácil de invertir en renta fija de manera más sostenible sin tener que sacrificar el rendimiento”, asegura Bram Bos, gestor principal de bonos verdes en NN IP. Por ello, la gestora ha lanzado recientemente lanza el fondo NN (L) Corporate Green Bond, una estrategia que sigue la que plantea el NN (L) Green Bond, pero con un enfoque específico en bonos verdes corporativos y con la incorporación de una variante de corta duración para los inversores que desean proteger su cartera.
Asimismo, destaca que los bonos verdes suelen ser emitidos por entidades innovadoras y con visión de futuro, cuyas actividades se adaptan a la urgencia del cambio climático. “Como resultado, estas empresas están menos expuestas a los riesgos climáticos y son más transparentes en sus actividades”. El “rendimiento superior constante” de los índices de bonos verdes lo confirma.
Mientras, ese diferencial de volatilidad cada vez menor significa que también han disminuido los obstáculos para sustituir una cartera de bonos corporativos tradicionales por una cartera de bonos verdes. Para Bos, todos los argumentos se inclinan a favor de estos últimos.
Por otro lado, hace hincapié en que una cartera de bonos verdes gestionada de forma activa puede ofrecer beneficios adicionales. De ahí que la estrategia de NN IP aplique un “riguroso proceso de selección para hallar bonos que financien proyectos que realicen una contribución positiva medible” y que sean emitidos por empresas que estén verdaderamente comprometidas con abordar la sostenibilidad.
«Una vez que hemos definido nuestro universo, podemos ser selectivos y tomar una visión de alta convicción sobre los candidatos individuales desde una perspectiva fundamental. Esto nos permite construir carteras más diversificadas y menos concentradas y centrarnos en los bonos con los mejores perfiles de riesgo-retorno», revela Bos.