Mucho se ha escrito sobre los beneficios de invertir en bonos convertibles. Estos híbridos de bonos y acciones ofrecen lo mejor de ambos mundos: dan exposición a la subida de los precios de las acciones, mientras que las características de sus bonos proporcionan una mitigación de los precios a la baja en caso de que las acciones subyacentes caigan. Según NN Investment Partners, estas características fueron muy evidentes durante la montaña rusa del mercado de las últimas semanas.
Muchos inversores aprecian los méritos de esta clase de activo única y la reconocen como una forma «más segura» de invertir en acciones. “Sin embargo, a algunos inversores institucionales les puede resultar difícil determinar el mejor hogar para sus convertibles en su asignación estratégica de activos”, apunta en un artículo la gestora, para quien hay “más de una solución” ante este desafío.
¿Cuál es el problema?
La reciente corrección a gran escala de los mercados financieros en respuesta a la pandemia de COVID-19 evidenció una de las principales características que hacen que los bonos convertibles sean atractivos para los inversores preocupados por la protección frente a las caídas y los rendimientos ajustados al riesgo. Desde el pico del 19 de febrero hasta el punto más bajo del mercado del 23 de marzo, el índice de acciones MSCI World perdió un 33%, mientras que el de bonos convertibles Refinitiv Global Focus registró un descenso mucho más limitado del 13%.
“Los convertibles han suavizado los picos y las caídas de los mercados de valores y, en lo que va de año, han superado el rendimiento de las acciones. A 12 de mayo, el índice de bonos convertibles Refinitiv Global Focus bajó un 1% mientras que el MSCI World había perdido un 12%”, destaca NN IP.
Este perfil de rendimiento asimétrico es el que da a los convertibles un conjunto único de características de riesgo-retorno a lo largo de un ciclo de mercado. Sin embargo, la gestora advierte de que no siempre es captado por los modelos de asignación de activos de los inversores institucionales. Por ello, un inversor puede estar buscando un «cubo» en el que colocar los convertibles. La pregunta, entonces, es: ¿qué cubo?
Para algunos tipos de inversores y en algunas jurisdicciones, los convertibles pueden entrar en una categoría de activos específicamente definida. Pero, para la mayoría de los inversores, depende de la filosofía, las políticas y los procesos de asignación de activos de cada empresa.
En una asignación de renta variable
“A largo plazo, los convertibles han mostrado una correlación histórica de alrededor del 85% con el rendimiento de la renta variable”, destaca la gestora. Mientras, en mercados débiles, muestran menores caídas que las acciones, debido a la promesa de reembolso de capital a su vencimiento para los convertibles que no se conviertan.
Por ello, hace hincapié en que son similares a la renta variable en sus rendimientos a largo plazo y pueden situarse razonablemente dentro de un cubo de acciones como una alternativa relativamente defensiva a una asignación de renta variable pura.
En una asignación de renta fija
Los convertibles son un tipo de bono: en el momento de su emisión y durante toda su vida, un bono convertible existe como una obligación de deuda de la empresa emisora. Como cualquier bono, tiene un precio de emisión, vencimiento, cupón y precio de reembolso y, si las acciones subyacentes no rinden lo suficiente, el convertible se amortizará por efectivo al vencimiento.
“De este modo, un convertible cae claramente en una asignación de bonos para muchos inversores, pero como un instrumento de renta fija con la capacidad de cosechar la prima de riesgo de las acciones”, apunta NN IP.
En una asignación de alternativos
Asimismo, señala que el riesgo-retorno asimétrico de los convertibles y su naturaleza “aparentemente exótica” llevan a algunos inversores a considerarlos inversiones alternativas. Los hedge funds son participantes activos en el mercado de bonos convertibles, aunque emplean estrategias comerciales diferentes a un enfoque clásico de solo largo plazo. Por ello, de vez en cuando se adopta un enfoque general de colocar bonos convertibles en un cubo de alternativos.
Como una asignación distintiva
Con todo, los convertibles pueden merecer legítimamente un lugar en una variedad de cubos de asignación de activos. Según NN IP, esto subraya su conjunto de características únicas y distintivas y, en última instancia, simplifica el debate sobre dónde deben residir los convertibles en la cartera. “La cuestión se convierte entonces en el peso relativo de la asignación estratégica frente a la táctica a esta clase de activo”, apunta. Por ello, en la mayoría de los casos, no hay una respuesta correcta o incorrecta a la pregunta «¿qué cubo?”
A su juicio, la decisión de añadir convertibles como una clase de activo separada no debe tomarse a la ligera, sino que debe reflejar de la mejor forma posible sus características, a menudo mal entendidas. Para aquellos inversores que no lo vean como una solución práctica, la gestora recomienda el diálogo abierto para “encontrar fácilmente un lugar para los bonos convertibles en su asignación estratégica de activos”.