“La sequía en África tiene consecuencias excepto para los leones y cocodrilos. Es lo que pasa ahora en los mercados: vivimos en un mundo con rentabilidades escasas y los inversores tiene que salir de su zona de confort y eso va asociado a riesgos”.
De esta forma explica Pierre Lepicard, senior client portfolio manager de NN Investment Partners, cuál es su visión del contexto de mercado ahora mismo y dónde está la clave para obtener retornos. Para él, no hay duda de que hay que buscar en activos que van más allá de los tradicionales, que sean más versátiles.
Para empezar porque es muy probable que las rentabilidades vistas en la renta fija en los cinco últimos años no vuelvan a repetirse en los próximos cinco. El problema es que los activos de riesgo son increíblemente volátiles. “Lo hemos visto recientemente en la renta variable y en la deuda high yield. Los inversores van a tener que lidiar con esto también y como resultado van a tener que encontrar una manera inteligente de incluir estos activos en sus portafolios”, dice.
“Los convertibles son una forma de asumir riesgo de forma inteligente porque permiten acceder a nuevas fuentes de rentabilidad con menos riesgo que estos dos activos”, explica Lepicard durante la entrevista.
Laboratorio de pruebas
“Muchos dicen que estamos dejando atrás un tiempo extraordinario para la industria refiriéndose a que con las actuales políticas monetarias estamos en un territorio inexplorado. Pero nosotros no pensamos así. Este no es un terreno inexplorado porque ya lo hemos visto en Japón en los últimos 10 años y si comparamos cómo lo hizo Japón en este periodo la renta variable, la renta fija o los bonos convertibles, estos últimos fueron los mejores activos para tener en cartera, pero también los más robustos”, argumenta el gestor.
Según el análisis realizado por NN Investment Partners, los convertibles captaron el 75% del rally bursátil registrado entre 1973 y 1999. Y en el periodo comprendido entre 1999 y 2004, brillaron con fuerza también en el repunte de la renta fija.
Y es que un bono de estas características participará de las subidas de mercado, a la vez que estará protegido contra las caídas (suelo del bono). La convexidad resultante permite a los inversores beneficiarse de dos terceras partes del potencial alcista de la acción subyacente y exponerse a una tercera parte del riesgo de caída. “Cuando las cosas van bien, podemos captar una buena porción de las subidas. Si van mal, siempre tenemos protección opcional”, resume Lepicard.
“Los bonos convertibles que incluimos en nuestra cartera no son muy numerosos y esto se debe algunos problemas de valoración. Nuestro fuerte es la selección y en este punto tenemos un proceso que es completamente distinto al de nuestros competidores”. Porque una de las partes más importantes a la hora de seleccionar el bono es que el alto nivel de deuda sin calificación crediticia que hay en el mercado, exige un cuidadoso escrutinio de los emisores.
Se estima que del mercado de bonos convertibles, el 21% tienen una calificación de deuda high yield. Otro 21% ostenta la categoría de investment grade, mientras que el 58% restante no ha sido analizado y no cuenta con rating.
“En nuestro fondo NN (L) Global Convertible Opportunities, lo que intentamos es elegir entre 25 y 35 de los 1.500 bonos convertibles que hay en el mercado en función de las rentabilidades asimétricas que pueden proporcionar y la preservación del capital. Tras esto, nos fijamos en aquellos bonos que tiene detrás una acción con una temática fuerte que pueda darnos potencial en las subidas”.
¿Cómo ayudan a diversificar?
“Funcionan muy bien en un entorno de tipos bajos que van a ir al alza”, cuenta. Por ejemplo, los bonos convertibles presentan una correlación negativa o muy baja con los valores de deuda pública y con los bonos con grado de inversión. Su correlación con la deuda high yield es del 60% y con las acciones del 92%. De este modo, los bonos convertibles equilibrados ofrecen a los inversores una rentabilidad ajustada al riesgo mejor que otras clases de activos tradicionales.
Es el caso claro de Europa. “La política monetaria del BCE respalda tanto la renta fija como la renta variable y por eso es una zona geográfica que nos gusta mucho”. Una opción que contrasta fuertemente con los mercados emergentes, donde la estrategia –calificada con cinco estrellas Morgningstar- no tiene posiciones.
Actualmente, los dos temas de mayor peso en la cartera son la computación en la nube y el gasto en atención sanitaria. NN IP cree que los recursos informáticos y datos compartidos bajo demanda seguirá experimentando un crecimiento exponencial, dadas las eficiencias en términos de costes y velocidad que apoirtan. De manera similar, el equipo de bonos convertibles de la firma estima que el crecimiento del gasto en atención sanitaria continuará siendo mayor que el crecimiento del PIB en las economías desarrolladas, habida cuenta de las crecientes demandas de una población en proceso de envejecimiento.