Graemer Baker, gestor junto con Deirdre Cooper de la estrategia Ninety One Global Environment Fund, cree que existe una necesidad urgente a nivel global por realizar una transición a una economía baja en emisiones de carbono y que ésta ofrece una oportunidad de crecimiento estructural a largo plazo muy interesante para los inversores. Esta transición apenas ha comenzado, todavía hay un largo camino por recorrer, a nivel de economía global y como planeta.
El riesgo del cambio climático está ya aquí
El impacto del cambio climático comienza a sentirse físicamente en la vida de todos y en la economía global y, por supuesto, se necesita hacer mucho más de lo que ya está haciendo. En el informe anual sobre los riesgos de las fracturas sociales “The Global Risk Report 2021” elaborado por el Foro Económico Mundial, se identifica el “fracaso en la acción climática” como el mayor riesgo por impacto y probabilidad. Mientras tanto, el informe provisional de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático comunica la falta de progreso por parte de los países a la hora de cumplir con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global en 2 o C -idealmente, en 1,5 o C- a finales de siglo.
Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional representan los compromisos asumidos por los países para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación al cambio climático. El dato actualizado de los compromisos asumidos reduce las emisiones proyectadas para 2030 en tan solo un 2,8%, con respecto a los anteriores compromisos, esto equivale a una reducción del 0,5% con respecto a los niveles de 2010 que debería ser en realidad próxima al 45% para poder cumplir con el objetivo de objetivo de 1,5 o C o de cero emisiones netas.
Conforme nos acercamos a la celebración en noviembre de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, también conocida como COP26, en Ninety One esperan ver nuevos compromisos y anuncios positivos por parte de los países participantes.
La transición apenas acaba de empezar
Según los datos publicados en el informe especial de la Agencia Internacional de la Energía, “Net Zero by 2050: A Roadmap for the Global Energy Sector”, en el que se detallan sector por sector los cambios que serían necesarios durante los próximos 30 años, incluyendo hitos específicos de tecnología y políticas, así como implicaciones más amplias para las economías y la sociedad, la transición a una economía baja en emisiones de carbono apenas acaba de empezar.
En 2030, la capacidad en energía solar y eólica debería cuatriplicarse con respecto al nivel actual. Las ventas de coches eléctricos deberían experimentar un aumento de dieciocho veces y la producción anual de baterías para vehículos eléctricos debería incrementarse cuarenta y una veces. Esto requiere un mínimo de 4 billones de dólares de inversión anual únicamente en el sistema de energía para alcanzar la meta de cero emisiones netas. Es una inversión considerable teniendo en cuenta la cifra actual de inversión anual de 1 billón, por lo que el requerimiento en incremento de capital es muy significativo.
Mientras que, en 2050, el incremento en energía solar y eólica debería ser de diez a veinte veces, el 85% de los edificios deberían cumplir con las cero emisiones netas de carbono y debería reducirse la demanda mundial de energía en un 8%, teniendo que abastecer a 2.000 millones de personas más que en la actualidad.
En Ninety One consideran que estas cifras son correctas para alcanzar un escenario de cero emisiones netas, por ello, creen que proporcionan una oportunidad potencial de crecimiento estructural para los inversores en el largo plazo.
Uno de los puntos más importantes a señalar es que este informe solo se enfoca en el sistema de energía global, es decir dos tercios de las emisiones globales de dióxido de carbono, existen otras áreas en las que también es necesario poner el foco.
Las oportunidades en la cadena de valor
La estrategia Ninety One Global Environment se centra en tres tem: energías renovables, electrificación
Si bien las energías renovables son una clara fuente de oportunidades en la transición a una economía con bajas emisiones de carbono con temáticas como la energía solar, eólica y las redes inteligentes de distribución de energía, también lo son el proceso de electrificación y de eficiencia de los recursos.
En el proceso de electrificación, los vehículos eléctricos y los vehículos autónomos son dos grandes áreas, así como el proceso de la electrificación industrial, la economía del hidrógeno y los procesos de calefacción y refrigeración.
Por otro lado, en la eficiencia de los recursos habría que destacar la gestión de los residuos, la construcción de viviendas y otros edificios, así como la agricultura, la producción de bienes de consumo y las fábricas.
La agricultura y la cadena de suministros merecen una mención especial, pues producen cerca del 20% de las emisiones globales de carbono. En consecuencia, el equipo gestor de Ninety One considera importante incluir empresas como Novozymes, especializada en soluciones biológicas, y Croda, dedicada a la obtención de soluciones bioquímicas, que han desarrollados productos naturales que ayudan al proceso de descarbonización el proceso de producción de alimentos y sus cadenas de suministros.
Novozymes, líder en la producción de encimas, tiene un 50% de la cuota de mercado de la producción de alternativas a la carne generadas a partir de plantas y células. Mientras, Croda contribuye a la sustitución de productos petroquímicos en varias empresas diferentes. Un ejemplo interesante es el uso de sus productos naturales para mejorar el rendimiento de las cosechas y la eficiencia de los recursos a la hora de cultivar vegetales para su consumo.
El nivel de research en el área de eficiencia de los recursos es cada vez mayor conforme el equipo gestor percibe la magnitud de su crecimiento estructural.
La descarbonización de la carne
En el equipo gestor de la estrategia Ninety One Global Environment Fund creen que existen razones para considerar la carne de vacuno como el nuevo carbón: un 45% de la tierra habitable se utiliza con fines agrícolas, más del 20% del consumo de agua dulce es utilizado en ganadería, un 18% de las emisiones globales están causadas por las granjas de ganado y subproductos.
Alrededor del 20% de las emisiones de carbono son producidas por la producción de alimentos, de origen animal o vegetal. Comienza a estar muy claro que la agricultura, el ganado y su cadena de suministros son factores que contribuyen de forma significativa al cambio climático y que se debe tener una mayor actuación para descarbonizar los sectores alimenticios y el consumo alrededor del mundo.
Una gran parte del enfoque de Ninety One en esta área se centra en analizar diferentes escenarios buscando el potencial de alternativas a la carne mediante proteínas vegetales o cultivo celular con el objetivo de que la industria de alimentación alcance las cero emisiones netas en 2050.
Las alternativas a la carne creadas a partir de proteínas vegetales son las que más tiempo llevan en el mercado y producen una huella de carbono mucho menor que la producción de carne de vacuno. Conforme la población mundial crece, también incrementa la necesidad de proporcionar alimento a miles de millones de personas. Esto debe suceder de una forma eficiente con respecto a la generación de carbono.
Ninety One espera ver un crecimiento significativo en las empresas de producción de alimentos producidos con proteínas vegetales. De los 10.000 millones de dólares que el mercado representa en estos momentos, esperan que la cifra se incremente hasta los 300.000 millones, en 2035. Un contexto de oportunidades en el largo plazo en un área que necesita experimentar un proceso de descarbonización agresivo.