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En el primer trimestre de 2020, con el impacto del brote del coronavirus en la economía, la actividad en los mercados financieros se ha caracterizado por la rapidez y severidad en la caída sufrida por los precios de todos los activos. También merece ser señalado que los activos que tradicionalmente se consideran como activos refugio han fallado en proporcionar la diversificación que debían haber ofrecido.
Con este contexto. Jason Borbora-Sheen, cogestor de la estrategia Global Multi-Asset Income de Ninety One, gestora internacional de origen sudafricano que anteriormente operaba con el nombre de Investec AM, afirma que es un buen momento para aquellos inversores que estén buscando oportunidades de inversión con un sesgo hacia la obtención de rentas.
En un momento en el que los índices de renta variable global superado en algunos casos bajadas del 30% y en el que las caídas experimentadas por determinadas clases de activo como los bonos de corta duración han barrido los rendimientos que se habían obtenido en los últimos años, la estrategia Global Multi-Asset Income se presenta como una opción atractiva. Se trata de una estrategia que busca producir rendimientos totales defensivos que estén fundamentalmente impulsados por la obtención de rentas, implementa un proceso de selección de títulos ascendente, un análisis del comportamiento de cada activo para asegurar una diversificación estructural y una gestión del riesgo que hace uso de un programa de coberturas en mercados bajistas.
Si bien la estrategia comenzó el año con una visión constructiva con respecto a los activos de crecimiento, el equipo gestor comenzó a incrementar sus posiciones de cobertura a medida que la expansión del virus llegó a Europa y Estados Unidos. Su exposición neta a renta variable disminuyó desde casi un 20% en enero a menos de un 10% a mediados de marzo. Desde el punto de vista de la atribución del rendimiento, esta actuación mitigó aproximadamente la mitad de las pérdidas de la exposición en renta variable de la cartera.
Aquellos activos que históricamente han mostrado una menor beta de mercado con respecto a movimientos en las bolsas y oleadas de ventas, como los bonos de grado de inversión de alta calidad han tenido un comportamiento similar al de los activos de riesgo a medida que los inversores han intentado liquidar sus carteras rápidamente, enfrentándose a una salida masiva de flujos.
Renta fija:
El diferencial de crédito entre los bonos corporativos con calificación A o superior y los bonos del Tesoro estadounidense se ha aumentado hasta niveles que no se habían visto desde 2011, durante la crisis europea de la deuda. Este movimiento se ha dado en el transcurso de unos días, por eso, en Ninety One creen que se trata de una dislocación extrema del mercado, impulsada por el pánico de los inversores en lugar de por unos fundamentales que justifiquen la no viabilidad de los modelos de negocio de los emisores de bonos de alta calidad, considerando que es muy poco probable que sufran una disrupción por los cierres temporales.
Los mercados están cuestionando la habilidad de las políticas monetarias para estimular la economía y un estímulo fiscal significativo a nivel global parece crucial. En términos generales, hay una clara falta de liquidez y esto puede llevar a unos movimientos exagerados en los mercados. Sin embargo, existen oportunidades de inversión convincentes en la deuda corporativa de grado de inversión de alta calidad, donde los diferenciales se han ampliado ofreciendo un rango significativo para comprimirse, pero se debe ser muy selectivo. En la actualidad, hay un universo más fructífero para seleccionar los títulos, siguiendo un enfoque ascendente y esto establece las bases para el rendimiento futuro de la cartera del Global Multi-Asset Income, con las rentas obtenidas actuando como motor y obteniendo la apreciación de capital cuando los diferenciales se normalicen.
Renta variable:
Tras la sacudida experimentada por las bolsas, muchos inversores se ven tentados a añadir renta variable en sus carteras. No obstante, desde Ninety One avisan que existe todavía una falta de claridad en las perspectivas y las valoraciones son menos convincentes de lo que pudieran parecer por el ruido de los titulares. Las valoraciones de los mercados desarrollados de renta variable todavía muestran unos ratios precio-beneficio por encima de los valores mínimos alcanzados durante otras crisis anteriores. Por ahora, el entorno de riesgo sigue siendo altamente desafiante, pero es posible que en el horizonte a medio plazo se presenten oportunidades aisladas. Una recuperación sobre una caída del 30%, requiere una recuperación del 50% para llegar a los niveles anteriores a la caída.
Conclusión:
Desde un punto fundamental, una recesión parece inevitable. Ninety One asigna un 35% de probabilidad a la posibilidad de que se desarrolle un caso de recuperación débil. Un escenario en el que el confinamiento con consigue cercenar el crecimiento del virus y las condiciones financieras se contraen de forma significativa, anulando la respuesta de las medidas políticas tomadas por unos bancos centrales que cada vez cuentan con menos munición. Una recuperación en forma de V se ha dado muy pocas veces en la historia, siendo más común en anteriores ocasiones que al mercado le tome unos trimestres alcanzar la recuperación.