2020 nos hizo perder muchas libertades como individuos y dejó una cicatriz económica que probablemente lleve mucho tiempo curar. En ese sentido, Clyde Rossouw, co-responsable del equipo Quality y gestor de la estrategia Global Franchise en Ninety One, señaló que, a pesar de haber sido un año con sobresaltos, el equipo gestor ha sido capaz de añadir un valor razonable en las carteras de los clientes.
2020: un año en tres actos
Cuando repasa el rendimiento de la cartera a lo largo de 2020, la primera parte del año estuvo centrada en la supervivencia a un nuevo régimen en el que por primera vez las economías se veían inducidas al letargo con las medidas de confinamiento impuestas para intentar detener la expansión de la pandemia. Durante los primeros meses del año, en la oleada de ventas, la estrategia Ninety Global Franchise consiguió una menor caída que su índice de referencia, el MSCI ACWI.
En la segunda fase, con la intervención masiva por parte de los bancos centrales ,se pudo ver en el mercado una cierta recuperación bastante equilibrada y amplía. En este periodo, la estrategia participó de forma significativa en la recuperación y a finales de octubre. En la última parte del año, se ha podido observar que el mercado ha estado buscando nuevos factores de impulsos y tendencias. Lo que se denominó coloquialmente como “la gran rotación hacia el value” hizo que los valores más cíclicos tuvieran un desempeño muy fuerte a final de año. Tanto así, que el desempeño del índice fue superior que el de la estrategia en este último trimestre. En conjunto, la estrategia consiguió superar el mercado, pero claramente las tendencias que se vieron en noviembre y diciembre, que se trasladaron hasta el mes de enero están causando algo de introspección.
¿Debería haber preocupación por las valoraciones de las empresas de calidad?
El dinero que entró en los activos de estilo value y cíclicos provenía de la inversión en empresas de calidad y crecimiento, así como en activos defensivos. La estrategia Global Franchise tiene una cierta exposición a negocios con características cíclicas y de calidad. Entre ellos, Rossouw destacó empresas como Booking, que claramente necesita de un entorno mucho más favorable. El equipo gestor sigue pensando que estos activos defensivos siguen teniendo un papel importante que desarrollar. Muchos de estos negocios altamente defensivos, como Johnson and Johnson, muestran unas valoraciones extremadamente atractivas en relación al conjunto del mercado y sus beneficios son mucho más convincentes que los de cualquier empresa que pertenezca a un índice value. A su juicio, es importante tener en cuenta que el rally de las acciones value ha sido tan fuerte que no queda mucho más recorrido de valor para estos activos.
Se necesitaría que el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años fuera cercano al 2% a finales de año para que haya una oportunidad significativa de que los sectores value -bancos, energía, minería, materias primas- continúen experimentando un rally. Si la tasa de rendimiento del bono a 10 años del Tesoro estadounidense permanece en los niveles actuales, cercanos al 1%, estos sectores podrían experimentar un riesgo a la baja. Según el gestor, esto requiere tener una visión muy clara a nivel macroeconómico y el fortalecimiento de la economía es absolutamente crítico.
Al final del día, el factor que impulsa los rendimientos en el largo plazo es el crecimiento que proporcionan las empresas. Este crecimiento lleva asociado una cierta estabilidad. Por ejemplo, la cartera invierte en Microsoft, Moody´s e Intuit, que el año pasado reportaron un crecimiento en los beneficios del 27%, 23% y 22% respectivamente.
Algunos analistas creen que el crecimiento de este tipo de acciones puede ser más lento en 2021 que en 2020, pero Rossouw no ve ninguna razón por la que esto pueda suceder. Estos negocios basan su crecimiento en las ventajas competitivas que mantienen en sus respectivas industrias y este debería seguir siendo el motor de su crecimiento en el largo plazo.
La contribución de las posiciones
En la gestión de la estrategia Global Franchise es tan importante tener en cuenta las posiciones con mayor peso en la catera – un equilibrio entre empresas con una ventaja competitiva en industrias de crecimiento estructural y acciones defensivas-, como aquellas que se excluyeron de la misma -acciones con demasiado apalancamiento o ciclicidad en sus balances-.
Quizá, la empresa más vulnerable de las diez principales posiciones sea Booking. La firma fue una de las más golpeadas con la llegada de la pandemia. Antes de la irrupción del coronavirus, Boooking era una agencia de viajes online que gradualmente ganaba cuota de mercado en la venta de estancias en hoteles a través de una plataforma de distribución muy amplia.
El ecosistema que Booking ha creado es robusto, con un factor de crecimiento estructural que respalda su crecimiento. Aunque todavía es difícil saber cuándo se normalizará el mercado de contratación de viajes a través de internet, ya se ha registrado un incremento de los viajes domésticos. En consecuencia, señaló que cabría suponer que el apetito por continuar experimentando nuevas experiencias no va a desaparecer. Su valor intrínseco no solo depende de las predicciones del volumen de pasajeros. Por ello, aprovecharon para aumentar su exposición en la oleada de ventas del primer semestre.
En el lado de las acciones que no forman parte de la cartera está Tesla. El equipo gestor se preguntó qué sería necesario que sucediera para que el caso de inversión en la firma fabricante de vehículos eléctricos cobrara sentido. Con un enfoque a diez años, en un primer escenario Tesla podría alcanzar una cuota de mercado del 60% y sus vehículos se desplazarían con hidrógeno verde, permitiendo alcanzar a nivel global los objetivos en emisiones de dióxido de carbono. Pero ¿puede hacerlo realmente?
Tesla cuenta con un modelo de negocio muy atractivo, pero carece de un modelo financiero definido. El primer factor de acumulación de rendimientos es la emisión de nuevas acciones para financiar la firma sin un claro flujo de ingresos que lo respalde. Los inversores siguen comprando acciones con la idea de que el precio será más elevado en el futuro. En consecuencia, su precio sobre ventas alcanza múltiplos de 27x. El segundo factor, es el posible impacto que la demanda en materias primas como aluminio, litio, cobre y níquel pueda afectar en los países productores, por lo que existe un riesgo latente en materia de sostenibilidad.