Pese haber finalizado 2019 mejor de lo esperado, este año, la renta fija sigue siendo el gran reto para las gestoras. “Las cosas no son particularmente emocionantes en el mercado de renta fija ahora mismo y creemos que tampoco habrá rentabilidades extraordinarias en 2020, pero sí hay activos y estrategias atractivas para navegar en un entorno de tipos bajos y ralentización del crecimiento global”, apunta Brad Tank, jefe de inversiones y responsable de renta fija de Neuberger Berman.
La gestora advierte que los inversores se siguen viendo obligados a coger algo más de riesgo para lograr rentabilidades atractivas, en particular en Europa. Por eso defiende que la gestión del riesgo en las estrategias de renta fija será la gran clave del éxito para este año. “Creemos la gestión activa va a ser imprescindible para controlar ya no solo el riesgo, sino un entorno de bajos tipos de interés y alta correlación entre unas economías y otras, así como entre los activos”, afirma Patrick Barbe, responsable de renta fija europea y gestor senior de carteras de Neuberger Berman.
En opinión de Barbe, a la hora de mirar a Europa y de establecer una estrategia, hay que tener muy en cuenta también al Banco Central Europeo y cuáles pueden ser sus próximas actuaciones. “Hay que entender la labor de soporte que está haciendo el BCE para entrar en el juego de las duraciones con los activos. Según nuestras previsiones, no creemos que vaya a tocar los tipos de interés a corto plazo, pero sí hay que seguir la revisión de su política que quiere hacer. En este sentido, el mayor riesgo que tienen las carteras europeas no tiene que ver con los tipos de interés, sino que se trata de algo más táctico. Es decir, el acertar con los activos que eliges para aportar alfa a la cartera”, explica el gestor.
En este sentido, señala que desde Neuberger Berman pueden ofrecer soluciones de inversión con poco riesgo y basadas en la gestión activa de las duraciones, por ejemplo, dentro del crédito corporativo o apostando por duraciones muy cortas pero con gran liquidez. “Dos de los fondos que consideramos que mejor funcionan en este entorno son Ultra Short Term Euro Bond Fund y Euro Bond Absolute Return Fund. Ambos cumplen con una de las claves para este entorno: una diversificación bien orientada. Con esto quiero decir que esa diversificación también aporte descorrelación”, añade Barbe, tras matizar que las dos estrategias cumplen con los criterios ESG.
Oportunidades de inversión
A la hora de hablar de cuáles considera que son los activos más atractivos en renta fija, Barbe asienta una premisa: “Son fundamentales la gestión activa y análisis interno”. Un binomio que considera imprescindible a la hora de interpretar los activos, de donde procede su rentabilidad y qué riesgo pueden aportar a las carteras.
“El mercado está soportado por los bancos centrales y esto es algo que no va a cambiar a corto plazo, pero sí se puede verse afectado por el sentimiento negativo que generen las cifras macroeconómicas, ya que vamos hacia un menor crecimiento global. Un sentimiento que también estará afectado este año por la incertidumbre en torno a las elecciones presidenciales en Estados Unidos y la evolución de China y de Europa. A estos eventos se suma otro cambio: el repunte moderado de la inflación. Para todo ello hay que preparar las carteras y la forma de hacerlo es ser muy selectivo con los activos”, apunta Barbe.
Para la gestora, los activos de renta fija en mercados emergentes serán uno de los grandes protagonistas este año. Según explica Rob Drijkoningen, co-responsable de renta fija de mercados emergentes y gestor senior de carteras de Neuberger Berman, todo está a su favor: “Son mercados que crecen más que los mercados desarrollados, que están atrayendo grandes flujos de inversión, que algunos activos en moneda local son atractivos y con unos fundamentales que se mantendrá positivos gracias al apoyo que están dando los bancos centrales al mercado y a la inflación limitada”.
Entre las regiones que ve con más potencial está la deuda corporativa asiática. De hecho, la gestora confirma que, a lo largo de 2020, lanzará su tercera estrategia dentro de Asia. “Nos gusta en particular China, ya que tiene un gran universo en esta clase de activo y, cada vez, crece más en el espacio del dólar. En nuestra opinión, tienen una relación riesgo/rentabilidad que históricamente ha sido atractiva y que puede ofrecer una beneficiosa diversificación a largo plazo”, afirma Drijkoningen.
Para el gestor de mercados emergentes, los bonos chinos también representan una buena oportunidad, ya solo por ser uno de los mercados más grandes del mundo. “Puede que los bonos sean más conocidos entre los inversores, en comparación con el crédito corporativo, pero en ambos casos el país está apostando por atraer flujos. China está haciendo un gran esfuerzo por abrir el mercado a inversores internacionales, y muestra de ello es que el país ha aumentado su peso en algunos de los índices de referencia más relevantes del mundo”, argumenta.
Sobre los activos de renta fija que mejor lo hicieron en 2019 y de los que se puede esperar cierta continuidad habla el CIO de Neuberger Berman. “Los bonos, en general, están atascados, sus precios y rentabilidades son bajas, y pese a todo no tuvieron un mal 2019. El crédito lo hizo bastante bien, en particular algunos activos de high yield, así como las carteras que han estado muy diversificadas. De cara a este año, nos gustan los bonos flotantes. Es un amplio mercado donde se puede encontrar activos con una buena estructura de deuda”, concluye Tank.
Perspectivas para 2020
Por último, los gestores de Neuberger Berman tienen claro qué esperan de este año. En primer señalan que, tras la disminución del crecimiento mundial durante la mayor parte de 2019, la actividad económica está “empezando a despegar”. Esto se verá ayudado también por las menores tensiones entre Estados Unidos y China: “La reducción de la escala de las guerras comerciales entre ambos países debería mejorar el sentimiento empresarial global y el de los flujos hacia los activos de la Unión Europea”.
Respecto a los riesgos, explican que siguen siendo en su mayor parte geopolíticos y relacionados con cuestiones comerciales con la Unión Europea y China, ya que en la actualidad los gobiernos de los países de Europa central y oriental se consideran estables. “En nuestro escenario central, con un crecimiento de límites modestos, queremos que la moneda europea aprecie”, concluyen.