Philip Saunders, portfolio manager de la gama Investec Managed Solutions Range, ofrece cuatro temas de inversión para 2014:
1) Siga evitando los dinosaurios mega-caps
Los índices bursátiles de todo el mundo están dominados por compañías que han visto tiempos mejores. Parecen baratas y ofrecen rentabilidades por dividendo atractivas pero también suelen enfrentarse a importantes retos estratégicos. Algunas prosperarán, rejuveneciendo su oferta, pero es probable que la mayor parte continúen languideciendo. Sin embargo, las small caps, mid-caps así como las large caps más pequeñas seguramente podrán seguir comportándose mejor que el mercado. Preferimos los valores growth de calidad, en especial en los sectores cíclicos; las acciones que verdaderamente están expuestas a la recuperación económica, y las small y mid-caps en todo el mundo. ¿Qué implica esto para el inversor? Creemos que esta visión es positiva para las estrategias de renta variable de gestión activa que tienen la posibilidad de separarse de forma significativa de los principales índices de referencia.
2) Incremente su exposición a la deuda y renta variable emergentes en momentos de debilidad
Los mercados emergentes han decepcionado en 2013, año en el que su menor crecimiento y la depreciación de sus divisas han provocado una rebaja sostenida en las previsiones de beneficios empresariales. Por su parte, esto ha afectado de forma negativa en la valoración de la renta variable. Actualmente, las valoraciones son atractivas tanto en términos absolutos como en relación a los mercados desarrollados. El rendimiento de los bonos ha corregido, en parte en tándem con los mercados desarrollados y en parte debido a problemas internos. Es muy poco probable que se de una crisis emergente marcada por el colapso de sus divisas, huidas de capital, grandes subidas de tasas de interés y un escenario de recesión; sin embargo, los mercados podrían seguir algo apáticos en el corto plazo. En todo caso, la estrategia de ir construyendo un portafolio de renta variable emergente a largo plazo a lo largo del año tiene buenas posibilidades de éxito, máxime con la oportunidad que ofrece la debilidad en sus divisas. ¿Qué implica esto para el inversor? En nuestra opinión, la oportunidad de añadir exposición a los mercados de deuda y renta variable emergentes aprovechando momentos de debilidad – pero con predisposición a ser paciente.
3) Los valores contrarian y de calidad continuarán sobresaliendo
Durante 2013, muchos inversores cometieron el error de asumir que la “calidad” es sinónimo de sectores defensivos de large-caps. La calidad implica estrategias de negocio consistentes, oportunidades de mercado duraderas, crecimiento a largo plazo, un buen manejo de las finanzas y elevados retornos sobre el capital invertido. Estas características se pueden encontrar en todos los sectores, tanto cíclicos como contra-cíclicos. Habitualmente, los valores de calidad no están baratos, más bien reafirman su condición con una valoración elevada; aún así, un crecimiento a largo plazo sostenido asegura retornos atractivos al inversor. La inversión contrarian, en valores y sectores que no están de moda, también puede ser muy rentable pero hay que tener en cuenta que el mundo esta lleno de trampas de valor; acciones que parecen baratas, pagan generosos dividendos pero cuyo negocio está en declive a largo plazo.
Las empresas en reestructuración están baratas porque conllevan un alto riesgo, pero la realización de ese valor depende del éxito de la reestructuración y de si los inversores recuperan la confianza en el valor. El mercado está plagado de inversores value, pero hay muchos menos que están dispuestos a pagar por la calidad, o que tienen el coraje suficiente para identificar negocios con verdadero potencial de reestructuración. ¿Qué implica esto para el inversor? En nuestra opinión, los inversores deberían estar en guardia ante las acciones con valoraciones bajas y yield alto que a menudo, están baratas por algo. Pagar por la calidad e invertir en valores verdaderamente contrarian debería seguir mereciendo la pena.
4) Las acciones del sector de recursos básicos dependen de su valor añadido, no del precio de las commodties
El precio de las commodities sigue evolucionando de forma lateral, con una mejora del sector energético, pero un empeoramiento de las acciones mineras, especialmente las mineras de metales preciosos, cuyo precio languidece. Las compañías energéticas se enfrentan a la reposición de sus reservas a un precio razonable mientras que las mineras se enfrentan a una racionalización de sus ambiciosos planes de expansión.
La reducción de costes, la mejora de las condiciones concesionales y el retorno de caja a los inversores han sido las claves para ambos sectores. Los inversores continúan desdeñando las acciones del sector minero, a pesar de que las valoraciones en términos de generación de caja son atractivas. Favorecen sin embargo las grandes corporaciones integradas, a pesar de que muchas están estratégicamente comprometidas, dejando de lado las empresas de crecimiento. Esta situación genera grandes oportunidades para la selección activa de valores. ¿Qué implica esto para el inversor? Creemos que las perspectivas para el sector de recursos básicos son mejores de lo que implica el actual pesimismo inversor, especialmente dada la oportunidad de generar valor añadido mediante la selección de valores.