Según Gaite Ali, principal gestora de la estrategia Morgan Stanley Latin American Equity, en 2016 debería haber una modesta aceleración del crecimiento de Latinoamérica con la recuperación del crecimiento del producto interior bruto de México, Perú, y Chile. Mientras que Brasil debería todavía sufrir una contracción, pero con una menor intensidad y Colombia debería continuar experimentando una desaceleración en su economía.
Las tendencias para 2016 son en líneas generales muy similares a las del 2015: bajos precios en las materias primas y cambios en los gobiernos de la región.
Incertidumbre política en Latinoamérica
Las últimas elecciones presidenciales de Argentina, en las que el país ha decido tomar rumbo hacía la ortodoxia económica es un punto positivo a medio plazo para la región.
En abril, tendrán lugar las elecciones presidenciales de Perú. Hasta la fecha, los candidatos líderes en las encuestas tienen una inclinación mayoritariamente positiva hacia el desarrollo de negocio y mercados, e implicarían una continuidad en las políticas.
En Brasil, continuaran las discusiones sobre la falta de consenso político hasta que no se llegue al final del escándalo de corrupción “Lava Jato”, que sigue bajo investigación judicial. También está la cuestión de la moción de censura o “impeachment” a la presidenta Dilma Rousseff, que sigue pendiente de ser resuelto y que cabría esperar hasta que el congreso decida los siguientes pasos a seguir.
En Colombia, el largo esperado acuerdo entre los rebeldes de las FARC y el Gobierno, debería ser anunciado, proporcionando beneficios a largo plazo al país.
Precios de materias primas y comportamiento de las divisas de la región
Es muy poco probable que los precios de las materias primas se recuperen significativamente, pero el tipo de cambio de las divisas de la región debería ser algo más estable, conforme los bancos centrales de la región han subido sus tasas de referencia y la mayoría de las divisas han realizado ya la mayor parte del ajuste. El real brasileño será probablemente la divisa más volátil, mientras la confusión política continúe y las preocupaciones sobre la trayectoria fiscal continúen presionando la moneda. El peso argentino, que fue devaluado en diciembre 2015, debería todavía experimentar nuevas depreciaciones como parte del proceso de normalización. Desde Morgan Stanley esperan que peso mexicano tenga todavía recorrido para recuperarse en el medio plazo.