Con la llegada de Donald Trump a la presidencia, un nuevo ciclo proteccionista ha comenzado para Estados Unidos, con la retirada del país del Tratado Transpacífico (TPP) y con la promesa de llevar a cabo la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). En esta nueva etapa, las repercusiones para los socios comerciales con una mayor dependencia en la economía estadounidense ya han empezado a sentirse. Los vínculos que hasta ahora unían América Latina con Estados Unidos se están viendo amenazados, mereciendo una mención especial el caso de México, economía que representa el 69% de las exportaciones totales de Estados Unidos hacia Latinoamérica y el 77% de las importaciones de Estados Unidos desde la región. Pero, ¿qué pasaría si China aprovechase la actual coyuntura para posicionarse como el nuevo mayor socio comercial en la región? Con este telón de fondo, Mark Mobius, presidente ejecutivo de Templeton Emerging Markets, habla sobre la evolución de las relaciones de América Latina con el gigante asiático en una entrevista en exclusiva para Funds Society.
En los cinco años transcurridos desde 2010 a 2015, el comercio entre Estados Unidos y América Latina se incrementó en un 23%, desde los 595.000 millones hasta los 731.000 millones de dólares, mientras que, el comercio de China con Latinoamérica se incrementó en un 29%, pasando de 173.000 millones de dólares a 222.000 millones de dólares. A día de hoy, China sólo representa un tercio de la actividad de comercial entre Estados Unidos y América Latina, pero crece a un ritmo mucho mayor.
El comercio entre China y América Latina ha crecido a un ritmo considerable, no solamente durante los últimos 5 años, sino en la última década. “En 2005, China exportó a América Latina cerca de 21.000 millones de dólares e importó unos 25.000 millones, pero en 2015, esta cifra crece hasta los 120.000 millones en el lado de las exportaciones y los 102.000 millones de dólares en las importaciones. En 2005, cerca del 5% de las importaciones realizadas en América Latina llegaban desde China, mientras que, en 2015, este porcentaje alcanzó un 13%. En el lado de las exportaciones de Latinoamérica hacia China, éstas pasan del 4% registrado en 2005, a un 11% diez años después. Claramente la interdependencia entre China y América Latina está creciendo”, comenta Mobius.
Relación comercial con los países de la región
Por países, los principales importadores de productos chinos son México, Brasil y Chile. Del total de importaciones realizadas por países latinoamericanos a China, México representa un 28%, Brasil, un 23%, y Chile un 11%, mientras que Argentina, Panamá y Colombia se sitúan entre el 6% y el 7%, con el resto de países de América Latina con una participación menor al 6%. “La tendencia muestra que México parece estar creciendo a un ritmo mayor en términos de importaciones desde China”, señala el veterano gestor.
En términos de exportaciones desde América Latina a China, Chile ha liderado en la región con un 18% de las exportaciones totales, seguido por un 10% en México, Perú con un 8% y el resto de países con un 7% o menos. “La cuota de Chile ha disminuido recientemente debido a la caída de los precios del cobre, la principal exportación de este país. Pero las importaciones desde México han aumentado debido a las exportaciones de partes de automóviles y otros productos manufacturados. Con la recuperación de los precios de las materias primas, parece que podría haber una recuperación en las exportaciones de China a Chile, si los precios del cobre siguen la tendencia de otros minerales como el litio. En el caso de México, si las exportaciones de productos manufacturados hacia Estados Unidos se vieran restringidas, los exportadores mexicanos podrían considerar incrementar sus exportaciones a China y otros países”, añade.
Cuando se le pregunta a Mobius sobre qué actividades podrían acelerar los lazos entre China y América Latina, el experto en mercados emergentes sugiere que China podría incrementar sus importaciones en materias primas y aumentar la inversión directa en la región. “Las inversiones de capital chino en minas de extracción de América Latina acelerarían el proceso de integración. En el lado de las importaciones, China podría invertir más en instalaciones industriales en América Latina, para poder introducir una producción más orientada a la exportación hacia China. Claramente China necesitaría asegurar que el balance comercial con América Latina no se desordenaría mucho, lo que implica asegurar que los países de América Latina producirían productos que podrían ser exportados a China. En vista de una menor dependencia de China en el crecimiento de las importaciones de las materias primas, América Latina tendría que crecer como una base de producción de mano de obra para China, conforme los salarios se incrementan en este país. La tendencia observada en las exportaciones de productos realizados en México para China, es una muestra de ello”.
Por último, Mobius compara hasta qué punto China podría sustituir a Estados Unidos como motor del crecimiento económico mundial: “En ese sentido, China está comenzando a rivalizar con Estados Unidos y Europa. En la actualidad, China es el mayor exportador a nivel mundial y el segundo mayor importador, por debajo de Estados Unidos y la Unión Europea, con cerca de 2,3 billones de dólares en importaciones anuales cada uno. En cualquier caso, China les sigue de cerca, con 2 billones de dólares en importaciones. Cifra que sitúa al país asiático por delante de Alemania, con 1 billón de dólares en importaciones. El comercio de China con el resto del mundo está creciendo a un elevado ritmo, y es razonable asumir, dada la alta tasa de crecimiento de China, que en algún momento superará a Estados Unidos y Europa en términos de sus importaciones, convirtiéndose en un mayor motor para el crecimiento económico mundial”, concluye.