Las commodities son uno de los segmentos de inversión donde las valoraciones son más importantes en comparación con otros sectores, en parte porque son más volátiles y están más expuestas a la evolución del ciclo. Esta es una de las característica que destaca Michael Hulme, responsable de Commodities de Cargminac, a la hora de hablar de cuáles serán los motores que impulsen este segmento en 2018.
“Es un industria más dura que otras por ser mucho más cíclica, por eso, para nosotros, es fundamental abordar estos activos con un enfoque bottom-up. Igualmente, es importante entender el recorrido que han tenido y el papel que juegan en la historia, en las empresas y en las economías”, explica.
De hecho, insiste en que el stock picking es fundamental dentro del proceso de gestión de activos que hace la gestora. “Una parte de nuestras carteras es selección directa de acciones, pero otra parte es a través de ETF y de futuros para lograr una mayor diversificación. Pero desde luego, la clave con las commodities es el análisis e intentar no predecir su comportamiento, sino lograr un equipo de inversión con la máxima experiencia”, matiza Hulme.
A la hora de seleccionar los valores, Hulme intenta reducir el universo invertible buscando negocios que presenten múltiplos, con un EBITDA sólido y un precio coherente en mercado.
Para visualizar ese matiz histórico al que hace referencia pone de ejemplo la historia del carbón, que ha pasado de ser un elemento fundamenta a un contexto actual en el que hablamos de economías bajas en carbón. Igualmente insiste en que “identificar los principales inputs” sobre las materias primas es importante. Y como ejemplo pone el petróleo y el desarrollo del fracking, gracias a la tecnología. “En el petróleo hemos visto como los cambios tecnológicos y un exceso de la oferta en el mercado hicieron que el precio cayera, aunque a lo largo de 2017 se ha ido recuperando”, apunta.
Factores clave
Entre los factores que Hulme destaca a la hora de hablar de commodities para este año señala a China y a la evolución del crecimiento global. “El gigante asiático supone el 50% de la demanda de petróleo, por ejemplo; así las perspectivas sobre su crecimiento son determinantes. Además, como es lógico, valoramos el tono de la economía global, que consideramos que ahora mismo vive una robusta recuperación y, por ende, de un demanda que crece”, añade.
El segundo aspecto es geopolítico y se refiere a la OPEP, y a su acuerdo sobre la reducción de producción. En su opinión, “creemos que el acuerdo se mantendrá, pero se jugará a mantener un precio alto del barril de petróleo ante la salida a bolsa de Aranco, la petrolera saudí”.
A la hora de identificar las principales tendencias para este 2018, Hulme pone el ojo en la demanda de los metales relacionados con la tecnología, los semiconductores y los vehículos eléctricos; como el silicio, el cobre o el zinc. “Tenemos que tener en cuenta que esta tendencia imparable hacia vehículos eléctricos o el internet de las cosas implica mucho desarrollo de baterías, de gasto de electricidad, petróleo y semiconductores. Su evolución dependerá el éxito en la aceptación de estas nuevas tecnologías”, afirma.