El entorno macroeconómico en Europa está mejorando. Las previsiones de crecimiento para la zona euro son más optimistas, por varias razones, como son el QE del BCE, el incremento del consumo o la caída del desempleo, entre otros motivos. Además, debido a esta recuperación económica y al descenso de los precios del petróleo, los beneficios de las empresas europeas están siendo revisados al alza. Y cuentan en general con unos buenos niveles de flujo de caja. Todo esto, unido a que las valoraciones de la renta variable europea de media cotizan a precios razonables, mantiene el atractivo de los valores del Viejo Continente. Así lo cree Michael Clements, responsable de RV europea de SYZ AM y gestor de los fondos Oyster European Selection y Oyster European Opportunities, recientemente en Madrid.
En su opinión, se trata de un potencial que están viendo los inversores y se están registrando entradas de flujos procedentes de otras regiones. Por ejemplo, los inversores asiáticos están muy activos en Europa, en busca de altas rentabilidades por dividendo. Así, se están recuperando los flujos después de que en 2014 cayeran las entradas por la crisis entre Rusia y Ucrania y los peores datos económicos registrados. Y las perspectivas para los próximos dos o tres años son favorables. “Aún queda recorrido en la renta variable europea, aunque cada vez es más complicado encontrar valor”, apunta el gestor.
Dada su condición de stock picker y declarado inversor contrarian, Clements trata de identificar las oportunidades que hay en el mercado. Para ello antes de incluir una compañía en la cartera, él y su equipo (formado por Claire Manson y otros cuatro analistas) someten a las candidatas a un riguroso proceso de análisis para asegurarse de su potencial de revalorización a medio y largo plazo. Entre otros aspectos, las compañías deben presentar buenas ventajas competitivas, ser líderes en sus industrias, contar con una marca global y un balance saneado. Pero, además de todas estas características, tienen que estar baratas. “Lo difícil no es encontrar buenas compañías, porque hay negocios muy buenos, sino encontrarlas a buen precio”, remarca Clements.
Esta visión contrarian y el deseo de encontrar valores baratos es lo que ha llevado al gestor a aprovechar momentos como el conflicto entre Rusia y Ucrania, para entrar en Rusia. “Los inversores abandonaban el mercado por el miedo y las sanciones, pero los fundamentales de las compañías son buenos y para un inversor a largo plazo como yo era una buena oportunidad”. Esta visión también está haciendo que actualmente busque oportunidades en el sector energético, después de lo que han sufrido las compañías con la caída de los precios del crudo.
Y también es esta la razón por la que recientemente han incorporado la compañía de relojes Swatch a la cartera. Las acciones de la firma habían caído mucho, pero sus fundamentales son buenos. Es propietaria de grandes marcas como Omega, Breguet o Longines, es dominadora de su mercado y entre otros aspectos, cuenta con un balance sólido. Sin embargo, el mercado se ha centrado en los temores sobre que se desacelere el consumo en China, ha sufrido el shock del franco suizo y además le ha penalizado el próximo lanzamiento del Apple Watch. No obstante, a largo plazo sus perspectivas son buenas y cuenta con un negocio sólido, además de que las valoraciones están baratas. Por todo ello, Clements y el resto de su equipo han decido añadir Swatch a la cartera.
Dada su condición de stock picker la composición de la cartera es el resultado de la selección de valores individuales, pero actualmente predominan el caso de Oyster European Opportunities los sectores de consumo discrecional, industrial, bienes de consumo y financiero. En el fondo Oyster European Selection (que tiene una cartera más concentrada de entre 30 y 40 valores), también destacan los valores de consumo discrecional, industrial, y financieros. No obstante, el fondo no invierte en bancos, ya que Clements considera que son casos de inversión difíciles donde los márgenes están muy vinculados a los riesgos que asumen las entidades. Por este motivo, prefiere invertir en gestoras de fondos o aseguradoras, cuyo negocio es más sencillo.