Nueva York vuelve a ser la ciudad más inteligente del mundo, según el índice IESE Cities in Motion 2017, elaborado por el Centro de Globalización y Estrategia del IESE bajo la dirección de los profesores Pascual Berrone y Joan Enric Ricart. El estudio analiza la situación de 180 ciudades de 80 países.
Completan el top ten de las ‘smart cities’ otras tres ciudades estadounidenses, cuatro europeas y dos asiáticas: Londres, París, Boston, San Francisco, Washington, Seúl, Tokio, Berlín y Ámsterdam.
Este año, Miami se sitúa en el puesto 48, dos por debajo de los resultados conseguidos el año pasado, al obtener 70,06 puntos de los 100 posibles. Esto sitúa a la ciudad como la número 11 dentro de Estados Unidos. Aún así, el análisis del IESE considera que Miami pertenece al grupo de ciudades consolidadas que afrontarán menos desafíos que el resto en los próximos años o que cuentan con las herramientas para superarlos.
En esta cuarta edición del estudio, los autores analizan 79 indicadores de diez áreas distintas: economía, tecnología, capital humano, cohesión social, proyección internacional, medio ambiente, movilidad y transporte, planificación urbana, gestión pública y gobernanza. Los resultados muestran que todas ellas están lideradas por ciudades europeas y norteamericanas, excepto la de tecnología, donde se impone Taipéi.
Resultados mixtos
Miami se encuentran dentro del ranking en posiciones altas porque obtiene muy buenos resultados en varias dimensiones, pero relativamente malos en otras. Así, mientras la ciudad obtiene buenas notas en capital humano, economía o planificación urbana, su ratio se ve arrastrado por las calificaciones en movilidad y transporte, cohesión social o medio ambiente.
En el lado positivo, de las diez principales variables estudiadas, la capital del Estado de Florida destaca en el capítulo de Gestión Pública, dónde se alza con el puesto número 9 de todo el índice, sólo superada en Estados Unidos por Washington, Baltimore, Nueva York y Boston.
“Se espera que dos tercios de la población mundial residan en ciudades en el año 2050, aunque, en muchas zonas geográficas, este hecho es ya una realidad. Si bien esta tendencia de aglomeración en ciudades tiene una serie de aspectos positivos (como la innovación, la creación de riqueza y la competitividad económica), también presenta un lado oscuro, en el que los grandes retos globales ponen en riesgo la sostenibilidad de las ciudades”, explican los autores del informe.