Uno de los activos que más ha crecido y se ha desarrollado durante la última década han sido los que están vinculados a los mercados emergentes. Desde Erste AM consideran que los bonos corporativos de los mercados emergentes son una clase de activos atractivos, en particular para inversores institucionales con un horizonte de inversión más largo.
“Las compañías basadas en los mercados emergentes son significativamente menos apalancadas que las empresas del mundo desarrollado. La calificación crediticia promedio está entre el BBB- a BB +, es decir, en el umbral del segmento de alto rendimiento”, explica Péter Varga, gerente senior de Fondos Profesionales, Emerging Market Corporates con Erste AM.
Sin embargo, considera que la carga de deuda agregada de todas las compañías de mercados emergentes es sólo la mitad de la de los emisores de alto rendimiento de los Estados Unidos. “Para los emisores, esto significa: rendimientos similares a los del segmento estadounidense de alto rendimiento con un riesgo fundamental mucho menor”, dice el experto.
Habitualmente son los inversores institucionales los que más se interesan por los bonos corporativos de los mercados emergentes, pero también pueden ser un opción para los inversores particulares. En opinión de Varga, y dado el cambio demográfico que está experimentando la sociedad, se puede esperar que la cantidad de inversiones de los inversores minoristas en bonos de mercados emergentes aumente.
“La gente está envejeciendo y, por lo tanto, es probable que mueva sus inversiones de acciones a bonos», afirma. Esto debería poner el foco en los bonos corporativos de mercados emergentes, ya que ofrecen un rendimiento a largo plazo del 5% o 6% en dólares. Sobre una base de riesgo ajustado, esto supera a las acciones. Incluso en tiempos de crecientes rendimientos, los márgenes son suficientemente altos para absorber efectos negativos.
La experiencia de Erste AM
Varga ve claro el potencia de los mercados emergentes. “Desde nuestro inicio en esta clase de activos, el universo de bonos corporativos de mercados emergentes ha madurado notablemente. Fuimos uno de los gestores de activos pioneros en esta clase de activos y ahora vemos cómo el mercado ha quintuplicado su tamaño”, afirma.
Este experto está convencido de que en el futuro, los bonos de compañías basadas en mercados emergentes, es decir, los bonos corporativos de mercados emergentes, podrían incluso jugar un papel más importante, por desde la gestora apuestan por ofrecer estrategias de inversión.
La gestora cuenta con el fondo Erste Bond Emerging Markets Corporate, que lanzó en 2007. Desde entonces, Varga y su equipo han alcanzado un rendimiento anualizado del 6,35%. El equipo de gestión del fondo ha recibido numerosos premios debido a este récord, uno de los cuales fue una calificación Morningstar de cinco de cinco posibles estrellas. Los activos gestionados actualmente ascienden a 431 millones de euros (al 30 de junio de 2017) y el equipo de gestión de fondos gestiona cerca de 1.700 millones de euros de bonos corporativos de mercados emergentes, que incluyen fondos mutuos y mandatos institucionales.