Si uno se limita a mirar el desempeño de los mercados el año pasado y echar un vistazo rápido a los datos macro (tipos bajos, crecimiento sostenible o economías casi en pleno empleo) podría decirse que el momento del mercado es perfecto. Pero en opinión de Gregory Venizelo, Senior Credit Strategist at Research y Core Investments en AXA Investment Managers, si rascamos un poco, encontraremos numerosos retos que los gestores e inversores deberán tener en cuenta este año.
“La política de los bancos centrales ha amortiguado el impacto de la guerra comercial. Ahora que las tensiones entre China y Estados Unidos se han relajado, las instituciones monetarias simplemente se han puesto en pausa, pero siguen sirviendo de soporte al mercado”, señala a la hora de empezar a hablar de las perspectivas para este año, para el que augura una ralentización en el crecimiento, en especial en Europa.
Esta situación, a la cual le acompaña un horizonte de bajos tipos de interés y una inflación que poco a poco irá subiendo, se prolongará a lo largo del año. “Estamos atascado en lo que llamamos un crecimiento secular”, matiza. Ahora bien, en su opinión, hay varios aspectos que comienzan a coger fuerza y que podrían suponer un giro para actual contexto macro: que los tipos de interés reales bajen, que se reanude la expansión del balance del banco central, que se recupera el impulso del crédito chino, que se mantenga la “tregua” alcanzada en la guerra comercial, que vuelva la liquidez del dólar y que los precios del petróleo se mantengan estables.
Estas tendencias permitirán que los activos de riesgo se recuperen y vuelvan con fuerza. De hecho, Venizelo considera que los fuertes rendimientos que logró esta clase de activos en 2019 fue en gran medida gracias a los bancos centrales y el efecto de su política. “Si miramos la composición de los rendimientos que obtuvo la renta variable en 2019 vemos que ha sido una cuestión de valoración, y no de dividendos o de beneficios empresariales. Lo que ocurra en 2020 y de donde venga su retorno será la clave para esperar o no una corrección de los mercados de renta variable”, apunta.
Respecto a la renta fija, se muestra optimista y considera que puede haber otro año bueno en crédito. “Veremos un año con los spreads más ajustados, en parte porque los bancos centrales están dispuestos a actuar ante cualquier evento, si fuera necesario. El inversor va a tener que ser muy cuidadoso y estar seguro al elegir el crédito, para que aporte en la cartera”, explica. Y añade que uno de los grandes que ha notado como analista es que el comportamiento de los créditos CCC no van a servir más como indicador adelantado de una crisis, debido a la gran participación de los bancos centrales en el mercado.
Pese a la “aparente tranquilidad” de los mercados, Venizelo identifica varios riesgos a vigilar en los próximos once meses: la política global y su impacto en los mercados (las elecciones en Estados Unidos y el Brexit son dos claros ejemplos, en su opinión), el efecto del coronavirus en la economía global y la geopolítica. Por último, evita hablar de burbuja cuando se le preocupa por el preocupante nivel de deuda que hay en general en el mercado. “El crédito corporativo ha aumentado a nivel global, sobre todo el que de calificación BB. Interpreto esto como una consecuencia de las políticas de compras de los bancos centrales, pero no creo que vaya a ser un problema a medio plazo”, afirma.
Oportunidades de inversión
Este panorama estará acompañado, en su opinión, por tres claves a la hora de invertir: los bancos centrales, los criterios ESG y la productividad. Abordando por orden cada una de estas claves Venizelo explica: “Del Banco Central Europeo (BCE) esperamos un cambio en su objetivo de inflación y que mientras continúe manteniendo una postura flexible e incluso que haya más QE, porque su objetivo seguirá siendo mantener el crecimiento. Respecto a la inversión bajo criterios ESG, veremos cada vez inversiones más concentrada en proyectos, sectores o tipos de actividad. Y, por último, la productividad será muy determinante y se buscará sobre todo en la digitalización”.
Venizelo señaló que la gestora se siente positiva en renta variable. “Para nosotros tiene especial interés la renta variable de mercados emergentes y algunos sectores como los bancos, las posiciones más cíclicas europeas, el sector del gas y el petróleo. En renta variable estadounidense, estamos positivos en el sector industrial y en el consumo discrecional”, apuntó y recordó que en mercados desarrollados prefieren la renta variable europea.
En cambio, en renta fija, la firma se mantiene neutral en bonos gubernamentales europeos, tanto de países core como periféricos, así como en el Reino Unido y los treasures norteamericanos. “Nos gusta más los bonos vinculados a la inflación, tanto europeos como estadounidense, porque creemos que poco a poco irá aumentando. Y también nos gusta el high yield europeo”, concluye.