Mientras Europa y América siguen viviendo el momento más duro de esta pandemia, tanto en lo económico como en lo social, China comienza a ver la luz al final del túnel. Hace una semana, una encuesta realizada por Fidelity International entre analistas señalaba que China es uno de los países que mejor se está posicionado para salir de la crisis que ha generado el COVID-19. El gigante chino será de nuevo el catalizador de los mercados asiáticos y globales.
Un día significativo será el próximo 8 de abril, ya que, previsiblemente, Wuhan anunciará el levantamiento de la cuarentena a su población. En opinión de Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM, es una gran noticia que, tras dos meses de contención, el número de contagios se haya detenido, pero aún es pronto para considerar que la crisis ha terminado.
Según en análisis de Waechter, la recuperación de China es la esperanza actual para occidente. “China sigue siendo una fuente sólida de impulso en el enorme y muy dinámico mercado de Asia: ninguna otra economía emergente genera este tipo de oportunidad”, señala. Una afirmación que lanzan sin dejar de reconocer que la economía china atraviesa un ajuste estructural a la baja.
“La economía estaba en una transición a partir de un crecimiento liderado por el sector industrial y hacia una expansión económica basada en el sector servicios. Esto se traduce en una tasa de crecimiento más baja de la que habíamos considerado anteriormente. Caerá de 10% en el pasado a 4% en el futuro inmediato. Asimismo, podría tener dos tipos de consecuencias. Primero, el gobierno va a intentar incrementar la ventaja de China en términos de tecnología y biotecnología, además de tratar de inmunizar a la economía china de cualquier impacto negativo a futuro. Segundo, muchas empresas que no son chinas intentarán reubicar su inversión en China. Actualmente, perciben que su cadena de suministro es demasiado dependiente de China y continuarán invirtiendo en Asia, pero con mayor diversidad”, señala.
En este mismo sentido Charlie Sunnucks, gestor de fondos y mercados emergentes de Jupiter AM, destaca que China tuvo un 2019 duro y que las perspectivas sobre la confianza empresarial son bajas. “La verdad es que el mercado chino ha sido uno de los que mejor se ha comportado en lo que va de año en términos de rendimiento de los índices. Sin embargo, esto subestima la debilidad del mercado en general, ya que más del 30% del índice está compuesto por los gigantes de Internet Alibaba y Tencent, empresas online que se benefician del tiempo que la población pasa en casa. Además de estas dos empresas, ha habido muchas otras cuya valoración ha sufrido mucho, generando oportunidades de compra a precios muy convincentes”, matiza.
Pese a las flaquezas que la economía China mostraba, el equipo de renta variable de M&G sostiene que el mercado chino se ha mantenido “notablemente bien” desde que comenzó esta crisis. “De hecho, es uno de los mercados de valores de mejor rendimiento a nivel mundial, lo que tal vez sea sorprendente dado que el virus se originó allí y, de hecho, la economía china siempre se ha percibido como un sustituto del crecimiento económico mundial”, explican en su último informe.
El control del virus y la paulatina recuperación de la actividad económica, hace que los analistas comiencen a valorar cómo será la potencial recuperación del país y el efecto que tendrá. “Las métricas de la actividad industrial se están recuperando. Los expertos parecen predecir que una vez que el pico inicial de los casos de virus disminuya, veremos un pico secundario cuando se reanude el contacto físico. Sin embargo, se espera que este pico secundario sea menos pronunciado, dada una cierta inmunidad residual”, apuntan desde M&G.
Sobre cómo será esa recuperación en China, Waechter explica: “Una V no parece posible, ya que hay demasiadas interacciones entre China y el resto del mundo. Hemos visto el perfil de V durante la crisis del SARS en 2002/2003 debido a que China no estaba integrada a la economía global. Esto ha cambiado drásticamente, ya que China es ahora el mayor exportador del mundo y solamente por debajo de EEUU en importaciones. Una recuperación U sugeriría que después de un largo periodo de estancamiento, la economía puede recuperarse rápidamente. ¿Qué podría causar esta espontánea recuperación? Si debo elegir un perfil de recuperación favorito sería el de una V abierta, lo cual demuestra un fuerte impacto negativo al inicio, un persistente efecto negativo y una recuperación gradual”.
Según Schroders, cuando esto acabe, es probable que haya un debate sobre la mejor manera de proporcionar estímulo, en China como en otros lugares. «Las medidas adoptadas hasta ahora parecen haber sido razonablemente eficaces para limitar las quiebras y los despidos, que es la respuesta que las economías occidentales todavía están luchando por configurar. El siguiente paso es cómo impulsar la demanda. El consumo sin duda se ha hundido, por lo que dar dinero a los consumidores puede parecer atractivo», apuntan.
Tendencias de inversión
De cara a los inversores, Álvaro Cabeza, Country Manager UBS AM Iberia, las oportunidades de inversión también irán volviendo a medida que todo esto pase. “Continuará la volatilidad en los mercados, pero las tendencias fundamentales a largo plazo en China y Asia permanecen intactas, por lo que el impacto a largo plazo para los inversores en los próximos tres a cinco años debería ser pequeño”, argumenta.
En este sentido, Cabeza identifica una serie de tendencias, tanto en China como en Asia, que consideran interesantes para sus estrategias de inversión:
- La consolidación dentro de muchas industrias en China ya que las empresas más pequeñas tendrán muchas dificultades
- El cambio de «offline» a «online» en muchos sectores, especialmente en la educación, los servicios financieros y el diagnóstico de atención sanitaria
- Inversión en I+D e innovación, impulsada por la creciente demanda de soluciones automatizadas
- Cambios en la cadena de suministro; el sudeste asiático y la India podrían beneficiarse
De cara a ver futuras oportunidades de inversión en China y en el mercado asiático, Fabrice Jacob, CEO de JKCapital Management, perteneciente al Grupo La Française, advierte: “La pregunta crítica en la mente de todos es si vamos a ver una segunda ola de brotes de COVID-19 en China. Desafortunadamente, la situación en Corea, Singapur y Hong Kong se ha deteriorado en los últimos días, ya que los ciudadanos de estos países regresaron de Europa, trajeron de vuelta la enfermedad y no respetaron la disciplina de cuarentena”
Resto de mercados emergentes
Mientras China intenta dejar atrás el brote de coronavirus y reactivar su economía y sus mercados, el resto de países emergentes, especialmente de Asia, lo miran con expectación. En este escenario, el CEO de JKCapital Management destaca que “los mercados acabarán por encontrar su suelo cuando el virus se estabilice, sobre todo teniendo en cuenta los niveles masivos de estímulo monetario y fiscal que se han puesto en marcha en prácticamente todo el mundo”.
Además, el experto ve señales alentadoras en los mercados de renta fija y variable asiáticos: “en el mercado asiático de high yield hemos empezado a ver anuncios de recompra de bonos corporativos, mientras que los principales mercados de acciones de Asia han seguido siendo muy líquidos”. Y, es que, en algunas plazas “los inversores se ven atraídos por lo que podrían percibir como una oportunidad de compra única en la década”.
En opinión de James Donald, responsable de mercados emergentes de Lazard Asset Management, el COVID-19 ya pesaba sobre las perspectivas de la demanda de petróleo y el crecimiento global. Y eso tendrá consecuencia sobre el resto de mercados emergentes. “La semana pasada ha empeorado considerablemente la brecha de crecimiento/valor y, cuando la situación cambie un poco, podríamos ver un cambio importante en el liderazgo del mercado. Los mercados emergentes dependen del crecimiento y se esperaba este año que la prima de crecimiento económico comience a volver a favorecer a los mercados emergentes frente a los países desarrollados. Se retrasará hasta la segunda mitad de 2020 o potencialmente 2021”, afirma.