Al igual que existe un cambio estructural en la economía global, las reglas del juego también están cambiando en el mundo en desarrollo y la inversión en emergentes requiere ahora, y sobre todo con la retirada de estímulos cuantitativos en Estados Unidos, hacer entre ellos más diferenciación que nunca, según explica José Luis Jiménez, director general de March Gestión. “Las subidas de tipos en Estados Unidos siempre han ido aparejadas de tensiones, porque son catalizadores de una salida de capitales ante el menor atractivo relativo del mundo emergente”, explica. Pero eso no significa que esos cambios estructurales que están dando un mayor protagonismo a países como Brasil, México o China estén en peligro. Para Jiménez, la negativa reacción de los mercados en los últimos meses ha sido exagerada y las caídas son más bien “un toque de atención para diferenciar los países buenos de los menos buenos en términos de riesgo”.
Entre los que cree que serán más castigados están aquellos más débiles y con mayores necesidades de financiación y que cuentan con déficits gemelos (fiscal y por cuenta corriente), con problemas para estimular su economía y proteger una divisa depreciada y luchar contra la inflación al mismo tiempo, como Brasil. Pero, aunque es cauto en Latinoamérica por el sobrecalentamiento que se ha producido en los últimos años en mercados como este último, considera que la presión se ha extendido a otros de forma más injustificada, y es positivo en países como Colombia, Chile o México. “Hay países de América Latina que lo han hecho muy bien en la última década: han construido sólidos sistemas de pensiones y han avanzado mucho en la construcción de infraestructuras y en las mejoras para financiarse”, explica. Por eso cree que en algunos casos, en mercados con superávit por cuenta corriente, fuertes reservas y cuentas saneadas, la volatilidad que han sufrido las divisas es exagerada: confía en que tras el pánico se verá lo bueno y en que la situación generará oportunidades de compra interesantes.
“De aquí a finales de año las caídas remitirán porque vienen dadas por un efecto pánico no siempre justificado. Los inversores tienden a ser binomiales, sin grises y sin matices, y si antes tendían a pensar en los emergentes de forma muy positiva, ahora los rechazan porque creen en la recuperación del mundo desarrollado. Las caídas generan la oportunidad de tomar posiciones en momentos bajos del ciclo”, explica. Una posición optimista a pesar de que su estrategia de bolsa emergente pierde dinero en lo que va de año. En la gestora son positivos con la bolsa del mundo emergente y neutrales con su deuda pública.
Carteras polarizadas en un entorno más volátil
Y es que Banca March vislumbra un escenario de mayor volatilidad y carteras polarizadas, con la mayor parte del peso distribuido entre la liquidez y la renta variable, en un entorno marcado por el sufrimiento de la renta fija y la mayor dificultad para encontrar valor en el activo ante la retirada de estímulos de la Fed, si bien desde el banco matizan que aún no habrá subida de tipos: “Hasta que el paro en EE. UU. no baje del 6,5% no habrá subida de tasas. Quizá el mercado ha ido demasiado deprisa y ha descontado demasiado pronto”, afirma Miguel Ángel García, director de Estrategia de Mercados de Banca March.
En la gestora son neutrales con la liquidez, en la medida en que los depósitos ofrecen menos retornos que en el pasado y son muy positivos con las bolsas, sobre todo con las emergentes y también con la europea y japonesa (y neutrales con la estadounidense y la española). “El activo está generando cada vez un mayor apetito a nivel global, debido tanto a las atractivas valoraciones como a la falta de alternativas y por su capacidad de generar retornos a largo plazo”, dice Jiménez. De hecho, uno de los nuevos paradigmas de la inversión es entender que “los tiempos de retorno pueden ser elevados” y que “la rentabilidad es una moneda de dos caras y tiene un precio: el riesgo”. Debido a esta visión, la gestora ha aumentado el peso de la renta variable en su sicav mixta de perfil conservador registrada en Luxemburgo, porque cree que “la bolsa aportará más valor en el futuro que la renta fija”.
En March Gestión son negativos con la deuda pública de calidad, y neutrales con los bonos corporativos (“donde las rentabilidades no serán altas pues el recorrido es muy limitado”, según Jiménez, con la excepción de oportunidades en activos como las cédulas hipotecarias españolas) y de gobiernos periféricos como el español, donde creen que puede haber algunas oportunidades de compra en momentos puntuales de tensión pero vislumbran un recorrido limitado una vez la prima de riesgo ha bajado de los 300 puntos básicos. “La caída desde los 500 puntos ha sido muy rápida pero ahora se ha estabilizado en torno a los 250 y, aunque tenderá a bajar y llegar por debajo de los 200 puntos básicos, convergiendo con el bono alemán, los movimientos serán más lentos”, dice García.
Oportunidad en bolsa española
Unos movimientos de ajuste que pueden beneficiar también a la bolsa. De hecho, los gestores ven oportunidades para ir tomando posiciones en la bolsa española, sobre todo con una perspectiva a medio plazo, en la medida en que empiezan a verse señales positivas como la reciente llegada de inversores internacionales al sector financiero (con la entrada de inversores latinoamericanos en el capital de Sabadell o la venta de EVO Banco a un fondo estadounidense). Ése ha sido y será, dicen, uno de los sectores que más tire del Ibex y que ha incorporado la estrategia de renta variable española de March Gestión. “El inversor va saliendo de depósitos y pagarés y tiene oportunidades para diversificar sus carteras en renta variable global y también española, que puede subir de forma muy abrupta en cuanto la percepción cambie y los fondos vayan entrando en el activo”, apostilla Jiménez.