MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE, ha realizado, a partir de un conjunto de variables demográficas, económicas y de políticas públicas, un “Indicador de Eficacia en la Gestión de la Pandemia (IEGP)”, según el cual Corea del Sur, Noruega y Nueva Zelanda serían los países con mayor eficacia en la gestión de la pandemia del COVID-19 que se declaró en marzo de 2020.
A este grupo le siguen Islandia, Dinamarca y Japón, mientras que España se sitúa en el puesto 18. Así consta en el informe “COVID-19: un análisis preliminar de los impactos demográficos y sobre el sector asegurador”, que se ha presentado en Madrid en un encuentro en la sede de Fundación MAPFRE y que ha contado con la participación de Manuel Aguilera, director general de MAPFRE Economics; Ricardo González, director de análisis, Estudios Sectoriales y Regulación del Servicio de Estudios; y Juan Abarca, presidente de la Fundación IDIS.
Para llegar a esa conclusión, los expertos analizaron los excesos de mortalidad observados durante los años 2020 y 2021 para un total de 39 países para los cuales existe información específica disponible. Se trata de un indicador sintético, construido a partir de 5 índices parciales bajo el racional de que los países que tuvieron menores excesos de mortalidad, una mejor recuperación económica en 2021 frente a la caída de 2020, una mayor capacidad sanitaria instalada para responder a la atención de la población frente a la emergencia sanitaria, que han logrado mayores avances para alcanzar una pauta de vacunación completa de su población y que mantuvieron menores niveles de restricción a las actividades económicas y al contacto social, debieran ser los que, en conjunto, tuvieron una mejor gestión de la pandemia.
“Una vez observados los resultados, consideramos que, obviamente, disponer de sistemas sanitarios robustos es fundamental para reducir los excesos de mortalidad, pero también lo es disponer de sistemas de alertas tempranas y sistemas de información con datos compartidos a nivel global para poder adoptar con prontitud otro tipo de medidas en las primeras fases de la expansión de la pandemia, algo sobre lo que se han producido muchos avances a raíz de esta gran crisis mundial”, ha explicado Manuel Aguilera, director general de MAPFRE Economics.
En el caso concreto de España, se observa que la primera ola pandémica provocada por la variante original del virus SARS-CoV-2 tuvo un impacto muy acusado, el cual se reflejó en los excesos de mortalidad de los meses de marzo y abril de 2020, con una mortalidad por cada 100.000 habitantes 59,2% y 75,9%, respectivamente, por encima de la mortalidad media de esos mismos meses de los cuatro años previos y entre los mayores excesos de todos los países analizados en la primera ola pandémica. Sin embargo, se nota una positiva reacción y una notable mejoría durante las siguientes olas.
A su vez, con base en los excesos de mortalidad calculados, se presenta un análisis de las correlaciones que pueden encontrarse entre los excesos de mortalidad y una serie de variables estructurales y coyunturales que pueden tener un vínculo causal sobre el comportamiento de los excesos de mortalidad en los años de la pandemia. En este sentido, se buscan correlaciones con el nivel de renta per cápita de los países, medidas de eficacia de los sistemas sanitarios en periodos pre-pandémicos y el impacto económico durante la pandemia, entre otras variables. “La pandemia ha golpeado especialmente a la región de América Latina. No obstante, pese a la debilidad de sus sistemas de salud, ha realizado un gran esfuerzo a la hora de vacunar a su población, como pone de relieve ese indicador parcial para construir el IEGP en la mayor parte de los países de la región que figuran en la lista de países que analizamos en el estudio, especialmente el caso de Chile”, concluye Aguilera.
Impacto en el sector asegurador
La crisis provocada por la pandemia ha tenido consecuencias significativas que han afectado al volumen de negocio asegurador y a su rentabilidad. Este impacto puede identificarse a partir de sus efectos económicos, financieros, legales (relacionados, entre otros aspectos, con las cláusulas de exclusión en los contratos de coberturas en situaciones de pandemia), sobre los sistemas sanitarios y sobre los parámetros técnico-actuariales por el impacto en las variables biométricas que pueden afectar a la esperanza de vida de la población mundial.
En paralelo, los esfuerzos realizados por las entidades aseguradoras para mantenerse operativas durante los confinamientos han motivado la aceleración de los procesos de digitalización, lo que evitó que la suscripción del negocio asegurador y la atención a sus clientes se vieran paralizadas, y ha motivado el avance de muchos de los planes de inversión en medios y perfiles tecnológicos. Precisamente, esto motivó, junto a otros factores como las rápidas medidas fiscales y monetarias adoptadas por los distintos países, que el volumen de primas a nivel global cayera menos que el PIB (-1,3% frente al -3,1%, respectivamente).
La recuperación económica vivida en 2021 se trasladó a los mercados aseguradores a nivel global cuyo volumen de negocio se recuperó con un crecimiento de las primas de seguros mundiales en términos reales en torno al 3,4%. Las primas de seguros agregadas de los mercados de las economías emergentes (excluida China) constituyeron el motor del crecimiento, ascendiendo al 5,7% en términos reales.