A tan solo diez meses de registrar la mayor expansión económica de su historia, EE.UU. ha asumido el liderazgo en el crecimiento económico mientras Europa y Asia han pasado a ser más dependientes de esa fortaleza. «Hay indicadores como el ISM manufacturero y la confianza de los consumidores que están en máximos, lo cual no sorprende teniendo en cuenta que la tasa de paro es la más baja de los últimos 50 años», explica Manuel Arroyo, director de estrategia de JP Morgan AM España y Portugal, durante un encuentro informativo. En este sentido, destaca que lo anormal es que los salarios hayan empezado a subir recientemente. «Si hubiera un aumento mayor de los salarios, la Fed se vería presionada a subir más los tipos».
En cuanto a Europa, desde JP Morgan AM consideran que la ralentización será coyuntural y «volverá a haber un mayor crecimiento». No habrá sincronización, sin embargo, en política monetaria. «No hay presiones en Europa y Japón para subir los tipos de interés», destaca Arroyo.
El presupuesto de Italia y el Brexit son los asuntos que añaden volatilidad al mercado europeo aunque, para Arroyo, «es más importante el conflicto entre Italia y el mercado que el conflicto entre Italia y la Comisión Europea». Sobre el Brexit, espera un acuerdo antes de marzo de 2019 en el que Reino Unido acepte algún tipo de regulación.
Guerra comercial, el peor escenario descartado
Según JP Morgan AM, el peor escenario de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China está ya descartadado, pero lo que sí se contempla es que finalmente EE.UU. aplique nuevos aranceles al 25% de las importaciones de China. Este escenario tiene un impacto de entre el 0,1% y el 0,2% en el PIB de EE.UU. y del 0,8% en el PIB chino.
¿Cómo reposicionar las carteras para el fin de ciclo?
Volatilidad, incertidumbre política, guerra comercial, fin de ciclo… con todos estos frentes abiertos, los inversores se ven en la obligación de reposicionar sus carteras y, para ello, desde JP Morgan AM recomiendan reducir el riesgo infraponderando la renta variable y otorgando mayor peso a otros activos como los bonos convertibles o estrategias como las long/short y de retorno absoluto. «Seguimos apostando por renta variable, pero empezamos a incorporar otras estrategias descorrelacionadas con el mercado», señala Arroyo.
«Por una parte, los bonos convertibles permiten participar de la mitad de la subida de la bolsa, pero con menos de la mitad del riesgo. Por otro lado, en las estrategias long/short y de retorno absoluto se aprovecha la capacidad de reducir la correlación con el mercado», añade Arroyo.
Con todo siguen «largos» en renta variable estadounidense y apostando por el sector financiero ya que, en su análisis, las valoraciones están en la media histórica. «El PER de la bolsa estadounidense y la europea está en la media histórica mientras que Japón es el mercado desarrollado más barato. Los mercados emergentes están también por debajo de la media histórica en términos de valoración», afirma el experto.
De hecho, la posibilidad de que la rentabilidad de la deuda soberana estadounidense, con el bono a 10 años (Treasury) por encima del 3%, haga que los inversores abandonen la renta variable en favor de lar renta fija está sobre la mesa. La pregunta de qué rentabilidad debe ofrecer el bono estadounidense para que sea más atractivo que la renta variable tiene difícil respuesta, pero si echamos mano de los datos históricos, habría que espera hasta el nivel del 5% o el 6%. Eso sí, Arroyo puntualiza que «estamos en un mercado de renta fija distorsionado por los bancos centrales y nadie sabe si en esta ocasión se va a esperar tanto».
Una de las señales que puede anticipar la llegada de la próxima recesión está, precisamente, en la curva de tipos de interés. Cuando ésta se invierte y la deuda a corto plazo ofrece mayor rentabilidad que la deuda de períodos más largos la expansión económica puede tocar a su fin. Como explica Arroyo, «historicamente la bolsa sigue subiendo una media de 17 meses después de que se invierte la curva de tipos, lo que nos deja al menos varios trimestres por delante para seguir sobreponderando la renta variable». Eso sí, empezando a preparar la cartera para lo que vendrá.