2018 será un año de crecimiento económico, el segundo en el que, además, este crecimiento es sincronizado en todas las regiones del mundo. Que sea un buen año tiene una evidente lectura positiva, pero también nos envía el mensaje de que el ciclo expansivo está cada vez más próximo a su fin. «Somos optimistas y eso nos hace preguntarnos cuándo llegará la próxima recesión, pero eso no significa que 2018 vaya a ser muy bueno y 2019 muy malo», afirma Lucía Gutierrez Mellado, estratega de JP Morgan AM para Iberia.
Durante su encuentro trimestral con periodistas, G. Mellado ha dibujado un ejercicio muy parecido a 2017, con crecimiento mundial por encima del 3%, fundamentalmente gracias al consumo y la recuperación del sector inmobiliario. En cuanto a la inflación, esperan un repunte como consecuencia de que la capacidad instalada es cada vez menor y esto hará presión al alza en los precios. «Otras razones son la presión salarial por la caída del desempleo y una confianza de los consumidores al alza», explica la experta. Con todo, no esperan repuntes muy fuertes y que esto se convierta en un problema para los bancos centrales.
De hecho, los bancos centrales vuelven a moverse todos en la misma dirección aunque a ritmos distintos. «Aunque se empiece a normalizar la política monetaria, se va a hacer de forma muy gradual», afirma. Una normalización que constittuye, a su juicio, uno de los riesgos principales del año. «Esto ha sido un experimento y deshacer todo lo que se ha hecho puede tener un impacto importante», añade. En este sentido, esperan tres subidas de tipos por parte de la Fed mientras que Europa y Japón continúen reduciendo el balance de deuda.
El mayor impacto, en los bonos gubernamentales
El activo que recibirá un mayor impacto serán los bonos gubernamentales. «Veremos un aumento de la oferta neta de bonos y un repunte en las tires, pero será muy discreta», destaca G. Mellado. En su opinión, deberíamos ver un crecimiento más fuerte, una inflación más alta o unas subidas de tipos más agresivas para que la rentabilidad de los bonos subiera más.
En cuanto a la renta variable, desde JP Morgan AM siguen apostando por la estadounidense a pesar de las altas valoraciones. Según los datos que manejan, la renta variable europea o de Reino Unido está igual que hace un año y en la media de los últimos 25 años en términos de valoración. Respecto a la japonesa, está muy por debajo de la media. En el caso de la estadounidense, su valoración, ligeramente por encima, se justifica tanto por los beneficios empresariales como por la debilidad del dólar que favorece las exportaciones. Eso sí, Gutiérrez Mellado advierte: «Desde 2009 la rentabilidad anual ha sido del 19% y tenemos que esperar retornos más discretos aunque atractivos frente a otros activos».
En Europa, el viento a favor está en el fin de la incertidumbre política. «Esta incertidumbre era lo que provocaba que estuviéramos más cautos. Esperamos que este año la tónica se repita porque Europa se ha quedado muy por detrás de EE.UU.».
Sobre los mercados emergentes, no tienen una visión pesimista sino «moderadamente optimista» debido al nivel de deuda corporativa de China. «Hay que tener en cuenta que existe una economía planificada y no se puede separar tan facilmente la deuda pública de la privada. Si lo analizamos en términos homogéneos, el nivel de deuda es el mismo que el de Italia y Japón, pero con un potencial de crecimiento muy por encima», señala. Además, el potencial económico es todavía mucho si tenemos en cuenta, advierte la experta, que solo el 56% de la población vive en zonas urbanas.
En conclusión, para JP Morgan AM, 2018 será un nuevo año de crecimiento sincronizado con repunte moderado de la inflación y normalización de las políticas monetarias. En este contexto, esperan buen comportamiento para la renta variable y discreta subida de rentabilidad en los bonos gubernamentales.