Como cabía esperar, las empresas han estado emitiendo deuda corporativa de forma agresiva para sacar partido de un anticipado «despegue» de la Fed, obligando a los mercados de deuda a digerir lo que está en camino de ser un récord de 1,15 billones de dólares en nueva deuda corporativa con calificación investment grade este año, lo que representa un incremento del 15% con respecto al año pasado. La ola de nuevas emisiones provocó una ampliación de los diferenciales, y la renta variable también se vio sometida a presión debido a la desaceleración del crecimiento de los beneficios empresariales, así como la intensificación de la volatilidad del mercado y la incertidumbre que rodea el crecimiento mundial y la subida de los tipos por parte de la Fed.
A pesar de estas preocupaciones, las perspectivas sobre los mercados de crédito desarrollados, y en particular el mercado de crédito estadounidense, siguen siendo halagüeñas. Estos son los tres argumentos a favor del crédito del CIO de Crédito Global de PIMCO, Mark Kiesel:
1. La expansión económica probablemente mantendrá los impagos en un bajo nivel.
Los mercados de crédito tienden a mostrar un buen comportamiento en un entorno de expansión económica y una rentabilidad mediocre en épocas de recesión. En Estados Unidos, una tasa real de crecimiento económico del 2,25%– 2,75% no es «ni muy caliente, ni muy fría», y los diferenciales de crédito están también cerca del «punto óptimo», teniendo en cuenta que el mercado se encuentra en un periodo de expansión económica. Cabe destacar que los actuales diferenciales de crédito resultan atractivos con respecto a los niveles históricos, a la luz de la tasa de crecimiento económico actual.
Gracias a los sólidos fundamentales del sector privado y el apoyo ofrecido por los bancos centrales de todo el mundo, la expansión económica debería continuar favoreciendo un entorno de menores tasas de impago para los mercados de crédito, excepto un probable aumento en la tasa de impago en algunos créditos de mayor riesgo en los sectores relacionados con la energía y las materias primas.
“Creemos que las perspectivas globales del mercado de high yield fuera del sector de las materias primas siguen siendo alentadoras teniendo en cuenta nuestra opinión favorable sobre el crecimiento económico de los mercados desarrollados. Es importante destacar que los niveles de rendimiento del segmento de high yield, excluidos los sectores energético y de metales, han aumentado y, en nuestra opinión, estos niveles resultan atractivos, sobre todo en el mercado estadounidense, donde los fundamentales siguen siendo favorables”, estima el CIO de Crédito Global de PIMCO.
2. El aumento de los tipos de interés debería reducir los diferenciales de crédito.
En los entornos caracterizados por unos tipos de interés bajos, se tiende a aumentar la emisión de deuda corporativa, ya que las empresas tratan de conseguir financiación barata; de hecho, en los últimos años, las empresas han emitido un volumen importante de nueva deuda corporativa para refinanciar y alargar el perfil de vencimientos en sus balances. Al mismo tiempo, un reducido nivel de tipos de interés en términos absolutos atrae normalmente menos demanda, ya que un gran número de inversores cuentan con objetivos de rendimiento y rentabilidad mínimos.
Sin embargo, dice Kiesel, es probable que, a lo largo del próximo año, se registren tanto un aumento de los tipos de interés debido a la mejora de los fundamentales del sector privado, como una inflación ligeramente superior y un endurecimiento gradual de la política monetaria de la Reserva Federal. En un entorno de tipos de interés más altos, se debería producir una reducción de las nuevas emisiones de deuda corporativa, mientras que la demanda de activos vinculados al crédito por parte de los inversores probablemente aumentará como consecuencia del mayor nivel de los rendimientos. Históricamente, los mercados de crédito tienden a mejorar su comportamiento tras las subidas de los tipos por parte de la Fed, con unos diferenciales de crédito más reducidos tan solo seis meses después de la primera subida de tipos.
Además, los mayores rendimientos de la deuda corporativa en un contexto de un mercado de renta variable que se mueve en un rango limitado deberían traducirse en un giro en la asignación de activos desde la renta variable hasta la deuda corporativa, particularmente si el crecimiento de los beneficios se desacelera el próximo año, dado que actualmente los rendimientos generales de la deuda corporativa son atractivos en relación con la rentabilidad por flujos de caja libre de la renta variable.
PIMCO también va con buenos ojos los préstamos bancarios en un entorno de crecientes tipos de interés.
3. Los diferenciales crediticios resultan interesantes con las valoraciones actuales.
Para los inversores, la principal ventaja que brinda la gran cantidad de nueva oferta de deuda corporativa es que los diferenciales de crédito se han ampliado sustancialmente este año, explica Kiesel.
El abundante volumen de nuevas emisiones corporativas ha desempeñado una valiosa función para las empresas, pues ha contribuido a mantener las futuras tasas de impago en niveles bajos, ya que los balances han mejorado durante el proceso de «alargamiento» de los vencimientos de la deuda. Debido a los reducidos vencimientos a corto plazo y al favorable crecimiento económico, existe un número limitado de catalizadores a corto plazo fuera de las áreas relacionadas con las materias primas para el repunte de los impagos.
«Teniendo en cuenta que las valoraciones actuales ya «descuentan» un repunte de los impagos, creemos que los argumentos a favor del crédito son convincentes y que los inversores deberían considerar la posibilidad de sacar partido de las atractivas valoraciones actuales para añadir riesgo de crédito de forma selectiva», concluye Kiesel.
Un inversor tiene dos opciones para adquirir exposición a los mercados de crédito:
- Comprar directamente deuda corporativa.
- Añadir exposición sintética a través de swaps de riesgo de crédito (CDS).