Un nuevo estudio de BlackRock analiza el progreso de los fondos de pensiones de prestación definida a escala mundial mientras estos se encaminan hacia dos posibles escenarios futuros muy distintos entre sí. Dicho estudio compara los cambios que están experimentando los planes de empleo de prestación definida —cuyo uso está disminuyendo— con la evolución de los sistemas públicos de pensiones y de otros planes individuales, que buscan fortalecerse a largo plazo.
El estudio Common challenges, diverging paths («Retos comunes, caminos diversos») —basado en una encuesta realizada a 300 altos ejecutivos de planes de empleo y planes individuales, y en entrevistas con destacados directores de inversiones— revela que los encuestados hicieron hincapié de forma unánime en la importancia de que las prácticas de gestión y las políticas de inversión evolucionen para dar respuesta a los retos económicos, financieros y demográficos que ambos tipos de planes de pensiones deben hacer frente.
Al mismo tiempo, este análisis pone de manifiesto una divergencia en las áreas de interés. En lo que respecta a los planes de empleo, la reducción del riesgo, sus posibles desenlaces y la coordinación transfronteriza de los mismos por parte de las multinacionales constituyen las principales prioridades. En cuanto a los planes individuales, el aumento de la capacidad para invertir en activos privados es una de las cuestiones clave.
Según explica Edwin Conway, responsable global del negocio de clientes institucionales de BlackRock, “los principales participantes en el ámbito de las pensiones son los protagonistas de una transición histórica y urgente en el modo en que las sociedades planifican sus sistemas de pensiones. La gestión de este entorno cambiante, la búsqueda de estilos de inversión eficientes que arrojen mayores rentabilidades, y la manera de abordar los retos surgidos de los nuevos regímenes regulatorios y de gestión serán aspectos esenciales para los planes de pensiones en general. Si bien sus caminos difieren en numerosos ámbitos, ambos desempeñan un papel fundamental a la hora de reconfigurar el panorama de la jubilación a escala mundial”.
Retos comunes
En los últimos tres años, se ha intensificado la atención sobre las prácticas de gestión y las políticas de inversión tanto de los planes de pensiones de empleo como de los individuales, ya que la preocupación sobre la gestión de los riesgos y la obtención de una rentabilidad adecuada es generalizada. Casi tres cuartos (74%) declaran haber revisado su apetito por el riesgo durante el periodo, y el 72% dice haber hecho lo propio sobre su política de inversión. Cerca del 70% mejoró su plataforma de gestión de riesgos, mientras que el 69% reforzó el control sobre las comisiones de inversión.
El principal obstáculo para cambiar las prácticas de gestión y las políticas de inversión —tanto para los planes de empleo como para los individuales — es, con diferencia, la falta de recursos financieros, como confirma el 65% de los encuestados.
Disminución del riesgo
La encuesta reveló que casi tres de cada cuatro (73%) planes de empleo de prestación definida pretenden reducir el riesgo en cartera, y que esta cifra se eleva a casi cuatro de cada cinco en Estados Unidos y a nueve de cada diez en el Reino Unido, siendo los planes de mayor tamaño (con más de 25.000 millones de dólares en activos gestionados) los que más enfocados están reducir su perfil de riesgo.
Más de la mitad de los planes de empleo que continúan reduciendo el riesgo en cartera esperan que esta estrategia provoque su inmunización —es decir, que el plan llegue a un punto en el que sea autosuficiente— y facilite su salida del balance. Los acuerdos de transferencia del riesgo se consideran una solución parcial. Muchos directores de inversiones señalan que el posible interés por los acuerdos de transferencia del riesgo supera con creces la capacidad actual de las aseguradoras para asumirlos, y que la demanda de instrumentos de cobertura bien podría ser superior a la oferta a medida que más fondos empiezan a reducir su exposición al riesgo.
El estudio también mostró que el 78% de los planes de empleo a escala global ya ha dado los primeros pasos hacia la homogeneización transfronteriza de los planes de prestación definida. De este porcentaje, dos de cada cinco (39%) han recurrido a estrategias de inversión o gestoras, mientras que un 26% adicional ha implementado una asignación estratégica de activos homogénea para algunos o todos sus planes. Aproximadamente una décima parte de los encuestados (11%) afirma haber consolidado realmente sus activos y un quinto de los planes de empleo (22%) no espera realizar ningún tipo de homogeneización transfronteriza.
Es probable que aumente la presión para que los planes individuales de menor envergadura adopten medidas de consolidación. Únicamente un reducido número de planes individuales ha adoptado políticas de consolidación y menos de un quinto las está llevando a cabo actualmente o planea hacerlo. Al mismo tiempo, los grandes fondos están realizando un esfuerzo mayor que los de menor tamaño a la hora de fortalecer sus organizaciones e incorporar los recursos necesarios en un contexto más complejo. Los planes de mayor envergadura (aquellos con más de 25.000 millones de dólares en activos gestionados) tienen más probabilidades de haber reforzado las prácticas de gestión mediante la revisión de las funciones de su junta directiva y empleados. La diferencia que se aprecia en las tendencias de dotación de personal es especialmente acusada, ya que casi tres cuartas partes de los grandes planes declaran haber incrementado su plantilla, mientras que menos de la mitad de los planes de menor tamaño (aquellos con entre 1.000 y 10.000 millones de dólares en activos gestionados) comparte esta afirmación.
Por tanto, si bien es posible que las consolidaciones de alto nivel, como las realizadas en el Reino Unido, sean más la excepción que la norma, puede que presagien una mayor actividad.
Camino hacia la eficiencia
Los planes de pensiones suelen mostrar predilección por las estrategias indexadas. La mayoría de los encuestados afirma que el 40% o más de su exposición a renta variable se gestiona a través de estrategias indexadas. Asimismo, más de un cuarto gestiona el 40% o más de su asignación a renta fija mediante mandatos indexados, y cerca de tres quintos de los participantes esperan aumentar su asignación a renta variable o renta fija de gestión indexada.
Casi tres cuartos de los encuestados (74%) utilizan estrategias de inversión basadas en factores, un porcentaje superior al 61% que afirma hacer uso de los factores para comprender mejor la rentabilidad y el riesgo de las carteras. Esta resultó ser la razón más común para el uso de factores según una encuesta realizada por BlackRock y EIU al respecto en 2016. La mayor parte de los encuestados tanto de empleo como individuales espera aumentar sus inversiones en estrategias basadas en factores, si bien los individuales muestran un mayor interés. Tanto en los planes de empleo como en los individuales, el uso de factores es más común entre aquellos de mayor envergadura, mientras que los de tamaño medio son los que más probabilidades tienen de aumentar su exposición a este tipo de estrategias.
En este sentido, Edwin Conway añadió: “Ambos tipos de planes de pensiones siguen buscando la generación de alfa, si bien se muestran más selectivos y ponen más atención a la hora de identificar dónde estas estrategias tienen más sentido. El elevado número de planes de pensiones que invierte en estrategias basadas en factores no es sorprendente, dada la gran variedad disponible; no obstante, esperamos presenciar un crecimiento aún mayor del número de planes que recurren a factores para fundamentar sus decisiones de asignación de activos. Los factores pueden constituir una importante herramienta para los planes de pensiones a la hora de comprender su riesgo y rentabilidad. Esta información puede resultar inestimable para determinar qué estrategias son adecuadas según los objetivos del plan y cuáles podrían sustituirse por otras de menor coste y que presenten una mayor diversificación”.
Por último, el estudio de BlackRock pone de manifiesto el papel cada vez más importante que desempeñan los activos privados en las carteras de los planes pensiones públicos y de otros planes individuales, al contar con horizontes de inversión a muy largo plazo. La tendencia observada durante los últimos cinco años de incrementar la asignación al capital riesgo, a la deuda privada, a los activos inmobiliarios y a las infraestructuras se mantiene, ya que estos fondos buscan diversificar y acceder a posibles primas por asumir riesgos derivados de la falta de liquidez y la complejidad. El estudio revela que muchos de los planes individuales han tomado medidas para facilitar este tipo de inversiones: el 70% está ajustando sus políticas de inversión para permitir la exposición a nuevas clases de activos privados y el 65% está contratando profesionales de la inversión para centrarse en este tipo de activos.