El panorama que surja tras la Gran Recesión traerá consigo algunos de los mayores cambios vividos por la Humanidad a lo largo de su historia, entre ellos una redefinición del panorama económico mundial, que situará su centro de gravedad en los países emergentes, en particular en el eje Asia-Pacífico. Es hacia ese centro de influencia mundial hacia donde se dirigirán los nuevos flujos de capital financiero, capital humano y capital intelectual, lo que conllevará grandes oportunidades pero, a la vez, numerosos retos a los que habrán de enfrentarse tanto los estados como los ciudadanos.
Analizar ese mundo económico surgido tras la crisis y los desafíos y oportunidades a los que nos enfrentamos fue el argumento central de la última reunión del foro de expertos de la Fundación de la Innovación Bankinter, cuyas conclusiones han sido hechas públicas en un informe titulado: “Claves para el nuevo equilibrio global”.
Sobre los nuevos flujos de capital financiero, se hace referencia en el informe al creciente protagonismo adquirido por los fondos soberanos, vehículos de inversión estatales que cada vez concentran un mayor poder y que, en ocasiones, pueden albergar en sus criterios de inversión razones geopolíticas con capacidad para mover voluntades. Los expertos también hicieron referencia a la futura autosuficiencia energética de Estados Unidos, gracias a la nueva tecnología del ‘fracking’, lo que puede hacer que Washington pase de importador a exportador neto de energía, lo que traerá grandes implicaciones geopolíticas y cambios en sus relaciones con otros países productores (OPEP, Rusia, etc.).
Respecto a los flujos de capital humano, los expertos de la Fundación del banco español Bankinter auguran que la población mundial pasará de 7.000 a 9.000 millones de personas a final de siglo, con velocidades demográficas distintas en función de las zonas geográficas. A ese respecto, los expertos señalaron el importante papel que jugará la educación en este nuevo entorno: a mayor educación de la población, mayor crecimiento económico y más sostenible. Es por ello que uno de los grandes retos será el de ofrecer una educación sostenible a los millones de jóvenes que querrán aspirar a ella. También es de esperar que se produzcan grandes movimientos de talento creativo en busca del mejor entorno para desarrollar sus capacidades.
En cuanto al flujo de capital intelectual, entendido como todo lo intangible, se verá muy influido por la educación de las personas y por el entorno colaborativo que propician las nuevas tecnologías. En ese sentido, la posibilidad de que la Red se ponga al servicio de la ciencia, facilitando a nivel mundial el intercambio de información, puede propiciar el crecimiento económico.
Consejos para España
La nueva publicación de la Fundación contiene igualmente algunas recomendaciones para España, entre ellas: poner en marcha programas de atracción de inversores, potenciar la ‘marca España’, eliminar barreras para la llegada del talento creativo, explorar nuevos territorios para las exportaciones, fundamentalmente Asia, así como una firme decisión política de combatir la corrupción, devolver la lógica económica a las decisiones de los gobernantes y la estabilidad a la estructura territorial del país.