“En realidad, una de las dos grandes amenazas para alcanzar el máximo empleo es la alta inflación”, afirmó Powell durante la conferencia de prensa, y agregó que la pandemia era la otra. Esta contundente afirmación explica el cambio abrupto de su política monetaria: aceleración de la reducción de su programa de compras de activos, tres subidas de tipos en 2022 y comenzar a reducir su balance.
Las medidas anunciadas ayer se mantuvieron en línea con las previsiones que tenían las gestoras. “Dentro de su declaración, la afirmación en torno a la inflación y las perspectivas de crecimiento ha cambiado materialmente. En consonancia con el comentario de Powell ante el comité bancario del Senado, el FOMC ya no considera que la inflación sea transitoria, sino que sigue viendo una desinflación a corto plazo a medida que se alivian los desequilibrios de la oferta y la demanda y se desvanecen los efectos de la pandemia. En cuanto al crecimiento, la Fed ha ajustado sus perspectivas para tener en cuenta las últimas variantes de riesgo, pero ha ajustado su visión basándose en la última evolución del mercado laboral. Esta opinión está en consonancia con sus proyecciones económicas, que se han ajustado a la baja para la tasa de desempleo y al alza para la inflación en 2022 y 2023”, apunta Simon Harvey, analista senior de Mercado FX en Monex Europe.
En opinión de Bill Papadakis ,estratega macro de Lombard Odier, lo más interesante es que la Fed deja sobre la mesa una subida de tipos en primavera. “Si bien la aceleración del tapering era esperada después de que el presidente Powell aludiera a esta posibilidad en su reciente comparecencia en el Congreso, el giro de la Fed ha sido más sorprendente con respecto al tipo de interés oficial, ya que una fuerte mayoría en el dot plot espera ahora tres subidas de tipos a lo largo de 2022. La combinación de un tapering más rápido y la expectativa de tres subidas el próximo año abre la posibilidad de un despegue de los tipos de interés en primavera, poco después del fin de las compras de activos. Este escenario estaría en consonancia con el giro de la Fed hacia una mayor preocupación por la inflación y la consideración de los riesgos de ómicron como relativamente limitados”, explica Papadakis.
Se podría decir que los “halcones” han dado un golpe de timón y realizado un cambio de rumbo. En el resumen actualizado de las proyecciones económicas, el FOMC señala ahora que considera apropiadas tres subidas de tipos en 2022 y 2023 y dos más en 2024. “Esto supone un cambio sustancial respecto a su valoración en la reunión de septiembre, en la que sólo se consideraba apropiada una subida de tipos en 2022. Estamos de acuerdo y seguimos pronosticando sólo dos subidas de tipos el año que viene, cuando la relajación de los cuellos de botella de la oferta, los efectos de base y una política fiscal menos favorable contribuirán a unas lecturas de inflación más bajas”, matiza David Kohl, economista jefe en Julius Baer.
Sobre qué significa este cambio de timón, Tiffany Wilding y Allison Boxer, economistas para EE.UU. de PIMCO, sostienen que la Fed está demostrando su voluntad de volver a situar la política monetaria en un posición neutral. “La Reserva Federal ha sabido sortear con maestría el ajuste de las expectativas del mercado sobre la trayectoria de la política monetaria sin endurecer sustancialmente las condiciones financieras. De hecho, el propio índice de condiciones financieras de Estados Unidos de PIMCO ha cambiado poco en los últimos meses. Sin embargo, incluso después de la proyección actualizada de la senda de tipos de diciembre, la incertidumbre y el potencial de volatilidad permanecen a medida que la Fed avanza hacia una orientación algo más estricta de la política monetaria en 2022. En particular, el presidente Powell señaló después de la reunión que la Fed discutió la posible secuencia para el cierre del balance, una incertidumbre añadida sobre la trayectoria del endurecimiento de la política monetaria”, explican las economistas de PIMCO.
Christian Scherrmann, economista de Estados Unidos para DWS, se plantea si la decisión que ha tomado la Fed está impulsada por miedo a la inflación o por las esperanzas de máximo empleo. “Parece que la decisión de ayer fue un primer movimiento de la Fed para restaurar su credibilidad como institución gestora de la inflación. Pero su anuncio, más duro, también se justifica por el mayor optimismo de que el progreso hacia el máximo empleo se ha acelerado. El objetivo del máximo empleo, sin embargo, sigue siendo algo difuso. Basándose en los comentarios de ayer, lo que la Fed ve como máximo empleo podría ser una situación en la que la tasa de participación de la población activa se mantenga por debajo de los niveles previos a la pandemia. Sin embargo, esto implica un mayor nivel de salarios y, por lo tanto, un nivel de inflación algo mayor, que no es lo que vemos en las previsiones actualizadas que miran más allá de 2022. Así, siguen mostrando la habitual convergencia hacia el paradigma histórico de la inflación del 2%”, argumenta Scherrmann.
La reacción de los mercados
Por ahora, sobre la respuesta en los mercados, Carlos del Campo, miembro del departamento de Inversiones de Diaphanum, apunta: “La reacción de las bolsas fue positiva ya que el mercado interpreta que los tipos de interés reales seguirán siendo lo suficientemente reducidos como para encontrar alternativas atractivas a la renta variable en un mercado repleto de liquidez. Tras el anuncio, los bonos cayeron en precio, si bien permanecen por debajo de los máximos de los últimos meses. En nuestra opinión, la retirada de estímulos será una de las principales claves para el próximo ejercicio ya que una normalización de la política monetaria abrupta podría generar volatilidad en un mercado con unas valoraciones por encima de la media histórica”.
Según los datos que recogen esta mañana los analistas de Banca March, las bolsas norteamericanas rebotaron tras las palabras del Presidente de la Fed dejando al S&P 500 muy cerca de nuevos máximos apoyado principalmente en la tecnología (+2,75%), muy influida por un comportamiento hierático de la parte larga de la curva de bonos; mientras que en Europa, la sesión fue insulsa, pues los mercados estaban a la espera de la Fed.
En este sentido, Morgane Delledonne, directora de análisis de Global X ETFs, coincide en que los mercados han acogido con satisfacción el esperado cambio de postura de la Fed para contener las presiones inflacionistas. “Tanto el S&P 500 como el Nasdaq subieron tras el anuncio de la Fed de duplicar el ritmo de reducción de los tipos de interés y su indicación de tres subidas de los tipos de los fondos federales el próximo año, lo que indica que la decisión fue menos dura de lo esperado. Esta decisión probablemente presionará al Banco de Inglaterra y al Banco Central Europeo para que también adopten un tono más agresivo ante el aumento de la inflación. Sin embargo, es probable que la variante ómicron, que se está extendiendo rápidamente en la región, limite su amplitud de acción”, destaca.
Por último, Harvey puntualiza que la reacción del mercado se debió al tono del presidente Powell en la sesión de preguntas y respuestas, ya que la conferencia de prensa “aportó muy poca información adicional”. Según el analista, a pesar de mostrar una mayor sensibilidad al actual contexto de inflación, “Powell siguió sonando más conservador en comparación con lo que sugiere el gráfico de puntos, ya que destacó los riesgos en torno a las proyecciones económicas y reforzó el mensaje de que el gráfico de puntos es simplemente una guía indicativa. Este tono más conservador de Powell hizo que la reacción inicial del mercado se revirtiera a lo largo de la conferencia de prensa, y el dólar retrocedió todas sus ganancias frente al euro, la libra y las monedas de las materias primas. Al mismo tiempo, el diferencial a dos y diez años volvió a los niveles anteriores a la declaración, ya que los tipos delanteros se moderaron de nuevo por debajo del 0,7%”.
Sobre qué efectos tendrá sobre los activos esta nueva postura de la Fed, Jonathan Duensing, Director de Renta Fija de Amundi en Estados Unidos, apunta: “A pesar de que la Fed ha pasado a reducir la política monetaria acomodaticia, ésta seguirá siendo acomodaticia en 2022, con el tipo de interés de los fondos federales muy por debajo del tipo neutral, un nivel en el que la política monetaria no estimula ni frena el crecimiento económico. Estas condiciones financieras favorables apoyarán a la renta variable y a otros activos de riesgo. La solidez de los fundamentales del consumo, incluido el fuerte crecimiento de los ingresos y las elevadas tasas de ahorro, debería seguir apoyando a los mercados de la vivienda, lo que respalda nuestra opinión positiva sobre las inversiones titulizadas”.
Inflación: de transitoria a peligrosa
La inflación en EE.UU. se encuentra en máximos históricos desde 1982 con una tasa de paro muy cercana al pleno empleo. En opinión de Seema Shah, estratega jefe de Principal Global Investors, pareciera que la Fed acabara de despertar a las presiones inflacionistas que consumen la economía estadounidense. “Con el IPC rozando el 7%, no debería sorprender que la Fed acelere el tapering y que la previsión media indique tres subidas de tipos de interés en 2022. Es posible que las presiones sobre los precios disminuyan el año que viene, pero la inflación se asentará en un nivel incómodo para la Fed, lo que es un añadido transitorio”, señala.
De hecho, la Fed revisó, de nuevo, agresivamente al alza la inflación esperada para 2021 hasta el 5,3% y 2,6% en 2022 con una tasa de paro que volverá a caer hasta el 3,5%, un nivel suficiente para llevar los tipos hasta el 0,9% a finales de 2020. «La gran pregunta para los mercados ahora es si la economía estadounidense podrá digerir este ritmo de subidas sin acabar padeciendo dolor de estómago. Después de los 20 meses que hemos pasado, quizá seis subidas en un periodo de dos años parezcan demasiadas. Pero si se compara con los ciclos de subidas anteriores, sobre todo de 2004 a 2006, cuando la Fed realizó 17 subidas consecutivas, confiamos que la economía estadounidense pueda soportarlo. No sólo eso, sino que la inflación estadounidense lo necesita”, añade Shah.