Las políticas de la Fed, la inflación y el aumento de casos de COVID-19 son lo más importante del mes para los inversores, según la última encuesta Marquee QuickPoll de 1.077 clientes inversores institucionales, divulgada por Goldman Sachs.
“Los inversores esperan que la Fed suba las tasas antes. Están interpretando los comentarios agresivos de la Fed en junio en el sentido de que habrá una primera subida antes de lo esperado”, dice el resumen del estudio.
El 58% espera la primera subida en 2022 y el 37% en la primera mitad de 2022. Por otro lado, los inversores continúan creyendo que la Fed no comenzará a disminuir en el futuro inmediato (más del 50% fijan la fecha en 2022). En otras palabras, el mercado cree que la Fed puede subir antes de lo esperado, pero esto se traducirá en tasas generales más bajas.
“Existe una profunda división sobre si el aumento de la inflación es transitorio. Si bien los precios están aumentando en todos los ámbitos, desde el petróleo hasta los costos de envío y los viajes en Uber, los inversores están divididos sobre si estos aumentos conducirán a una inflación sostenida”, agrega el informe al que accedió Funds Society.
Un sector prevé que el crecimiento continúe repuntando de manera cíclica, lo que ejerce más presión sobre los precios y obliga a la Fed a subir los tipos antes. Por otro lado, hay quienes creen en estos saltos de precios como un fenómeno transitorio que se desvanecerá a medida que expiren las prestaciones por desempleo, aumente la capacidad de producción tras la pandemia y los patrones de consumo vuelvan a la normalidad.
Los inversores siguen siendo optimistas con respecto a los activos reales, como las materias primas, que se beneficiarían en entornos reflacionarios e inflacionarios. Al mismo tiempo, son activos nominales constantemente cortos, como los bonos de mercados desarrollados, que sufrirían en ambos escenarios. Mientras tanto, las opiniones de los inversores sobre las divisas, los mercados emergentes y el crédito tienen más matices, dado que esos activos tienden a ser empujados en direcciones opuestas por la reflación y la inflación y pueden ofrecer más oportunidades para coberturas baratas.
El COVID-19 sigue siendo una preocupación, pero probablemente se convertirá en una historia más local. Las preocupaciones sobre COVID-19 aumentaron en julio y casi uno de cada cuatro inversores lo citó como la principal preocupación del mes en medio de un aumento de casos en países que habían sido líderes en la vacunación de su gente, especialmente el Reino Unido e Israel.
Con las brechas geográficas en las tasas de vacunación entre y dentro de los países, además de la divergencia regional en la respuesta de las políticas, es probable que los inversores comiencen a considerar al COVID-19 más como una colección de epidemias individuales con graves impactos regionales, en lugar de una sola pandemia con un impacto global, concluye el informe.