Frente a la volatilidad, los mayores riesgos y unos rendimientos todavía bajos, los inversores institucionales están elevando su exposición a activos de mayor riesgo en busca de mejores rentabilidades, según una encuesta internacional a inversores institucionales realizada por Natixis Global Asset Management. Los encuestados han señalado que están redoblando sus esfuerzos en gestión de riesgos para conjugar mejor los objetivos de crecimiento a largo plazo y las necesidades de liquidez, pero afirman que necesitan mejores formas de identificar el riesgo en sus carteras.
Las conclusiones de esta encuesta ofrecen una perspectiva sobre cómo los inversores institucionales, considerados generalmente como los más grandes y preparados del mundo, están usando el riesgo en beneficio propio. La gestora encuestó a 500 responsables de fondos de pensiones públicos y empresariales, fundaciones, fondos de aseguradoras y fondos de inversión estatales en Norteamérica, Latinoamérica, Reino Unido, Europa continental, Asia y Oriente Próximo. Colectivamente, gestionan activos por valor de 15,5 billones de dólares.
Según los resultados, el 62% de los gestores institucionales a nivel global piensa que pueden manejar el riesgo de mercado a corto plazo a pesar del incremento de la volatilidad, que en su opinión plantea el mayor riesgo para sus resultados. Sin embargo, la mayor preocupación de estas entidades son los bajos rendimientos. “Ante la expectativa de aumento de la volatilidad y persistencia de los bajos tipos de interés, pocas entidades están recurriendo a las estrategias de inversión tradicionales para alcanzar sus objetivos de rentabilidad”, explica Natixis. En sus esfuerzos por gestionar los riesgos, creen que las técnicas más efectivas son la cuantificación de riesgos, la diversificación en diferentes sectores, la cobertura de divisas y el mayor uso de las inversiones alternativas.
Gestionar el riesgo
La encuesta pone de relieve que el porcentaje de entidades que usan globalmente las inversiones alternativas para gestionar el riesgo ha crecido considerablemente, del 53% en 2015 al 76% actualmente. En el caso de los inversores españoles, esta porcentaje se sitúa en el 71%. Además, el 56% asegura que su empresa está invirtiendo más en activos ilíquidos hoy que hace tres años.
“Los factores de riesgo cambian a lo largo del tiempo, pero el reto al que se enfrentan los inversores institucionales sigue siendo el mismo: ofrecer resultados a largo plazo mientras lidian con las presiones a corto plazo en los mercados”, señaló Sophie del Campo, directora general de Natixis Global AM para Iberia, Latinoamérica y US Offshore.
“Debido a los mandatos que reciben, los inversores institucionales no tienen la opción de evitar el riesgo. Deben superar su desventajas o cambiar las reglas del juego, algo que están haciendo al equilibrar los riesgos y abrazar formas alternativas de construir carteras, siempre con un ojo puesto en el largo plazo”, añade.
Lograr crecimientos
La encuesta también aborda cuáles son los objetivos que se marcha. En este sentido, el 70% de los inversores globales cree que sus expectativas de rentabilidad son factibles, pero la confianza podría no ser tan fuerte como parece a primera vista.
De hecho, el 50% de los inversores institucionales prevé reducir sus supuestos de rentabilidad durante los próximos doce meses. Según apunta la gestora, la encuesta muestra que “una razón para recortar estas expectativas es el reto de encontrar rentabilidades: el 75% de los encuestados afirma que cada vez es más difícil encontrar alfa en unos mercados cada vez más eficientes”.
Aunque la mayoría confía en que podrá satisfacer sus pasivos a largo plazo, el 62% piensa que sus homólogos no lo conseguirá. El 80% de los inversores españoles y el 69% a nivel global coinciden en que las técnicas tradicionales de diversificación y creación de carteras deben reemplazarse con nuevos enfoques.
Atractivo alternativo
En este sentido, la encuesta ha puesto de relieve las siguientes consideraciones: en primer lugar, el 67% de los inversores institucionales globales piensa que las gestoras de capital riesgo ofrecen unas rentabilidades ajustadas al riesgo más altas que las clases de activos tradicionales y más de la mitad, el 55%, cree que el capital riesgo ofrece una mejor diversificación que los valores tradicionales.
El 73% considera que la deuda privada ofrece mejores rentabilidades ajustadas al riesgo que las inversiones tradicionales en renta fija. Las tres áreas que consideran más prometedoras son infraestructuras, atención sanitaria y la combinación de los sectores de tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones. Muchos también aseguran que podrían contemplar hacer un mayor uso de los préstamos directos y la deuda garantizada.
Alrededor de un tercio de los inversores institucionales globales reconoce tener planes para aumentar la exposición a activos reales, como los inmuebles, las infraestructuras y la financiación de aviones, durante los próximos doce meses. Como se ha visto con sus opiniones generales sobre los mercados privados, en el 63% de los responsables institucionales el objetivo primario a la hora de invertir en activos reales es conseguir rentabilidades más altas.
Cerca del 60% de los inversores institucionales españoles afirma estar aumentando la exposición a las estrategias con inversiones alternativas este año. La adopción de las inversiones alternativas no se limita a las carteras de crecimiento, ya que el 87% de los encuestados -77% a nivel global- señala que los activos alternativos también pueden desempeñar un papel importante en las inversiones orientadas a la gestión de pasivos.
Conjugando elementos
Mientras que los inversores institucionales globales piensan que las inversiones alternativas ayudan a diversificar y gestionar el riesgo, el 55% afirma que sus necesidades de liquidez han limitado su capacidad para invertir en activos alternativos.
Hasta el 71% de los inversores institucionales cree que los requisitos más exigentes en materia de solvencia y liquidez definidos por los reguladores en todo el mundo han provocado que se preste más atención al corto plazo y a los activos más líquidos. “Esto ha creado importantes obstáculos a la hora de satisfacer pasivos que se extienden a lo largo de varias décadas”, apunta Natixis. Los encuestados afirman que su principal prioridad en materia de gestión de riesgos es conjugar los objetivos de crecimiento a corto plazo con las necesidades de liquidez a largo plazo.
La inversión con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno, conocidos con las siglas inglesas ESG, está adquiriendo una mayor dimensión para los equipos de inversión y proporciona un baremo para identificar empresas y tendencias de inversión que podrían brindar oportunidades de crecimiento a largo plazo para las carteras.
Cerca del 60% de los inversores encuestados asegura que el análisis de los aspectos ESG es una forma de generar alfa. El mismo porcentaje afirma que es una forma de reducir los riesgos de noticias negativas, como las demandas judiciales, los daños medioambientales y el descontento social. Mientras que el 62% cree que los criterios ESG serán de uso habitual por parte de todos los gestores dentro de cinco años.
Gestión activa
Casi el 85% de los inversores institucionales españoles cree que los mercados actuales son más favorables para la gestión activa, lo que supone un incremento del 6% con respecto a 2015. Mientras que las proyecciones en materia de gestión pasiva se han reducido considerablemente año tras año.
En 2015, los inversores institucionales preveían un aumento del 9% en las inversiones pasivas en los siguientes tres años. Ahora su percepción ha cambio y prevén un incremento de tan solo el 1% de aquí a 2019. Cuando se les pide que comparen las ventajas relativas de las inversiones activas y pasivas, el 86% de los institucionales globales indica que la inversión activa es más apropiada para generar alfa, para generar rentabilidades ajustadas al riesgo, para acceder a oportunidades en los mercados emergentes y para invertir con criterios ESG.
Para el 75% de los inversores institucionales, los particulares no son totalmente conscientes de los riesgos de la indexación, que puede provocar en ellos una falsa sensación de seguridad. En este sentido, Sophie del Campo afirma que “aunque los inversores institucionales aprecian las ventajas de las inversiones pasivas para objetivos concretos, creen que los inversores particulares, que han pasado a confiar demasiado en la indexación, podrían tener dificultades. La gestión activa es clave en entornos como el actual, donde encontrar valor y gestionar el riesgo es cada vez más complicado”.
El reto de la gestión de los pasivos
La gestión de los pasivos reviste la máxima importancia para los inversores institucionales. Siete de cada diez entidades encuestadas han adoptado estrategias de gestión de activos y pasivos para ayudarles a adecuar las ventas de activos y los flujos de rentas a los gastos futuros con el fin de gestionar el riesgo de liquidación. Muchas de estas estrategias se han basado en activos de renta fija de alta calidad, pero las entidades están usando ahora una amplia gama de instrumentos en sus inversiones orientadas a la gestión de pasivos. Algunos de estos instrumentos son las estrategias de cobertura los bonos indexados a la inflación y los bonos nominales.
Sin embargo, también están buscando un conjunto más amplio de opciones. Alrededor de tres cuartas partes de los inversores institucionales señalan que las inversiones alternativas tienen un importante papel que desempeñar en la gestión de carteras LDI, ya que ofrecen unos valiosos rasgos de diversificación y atenuación del riesgo y complementan el conjunto de la cartera.
Un número importante de ellos, un 62%, cree que a pesar de usar estrategias LDI, la mayoría de entidades no conseguirá alcanzar sus objetivos a largo plazo. En este sentido, tres de cada cinco afirman que falta innovación en soluciones LDI, aunque solo un 41% está dispuestos a pagar una prima por disfrutar de soluciones LDI innovadoras.