“El Banco de Inglaterra por fin ha reaccionado ante el resultado del referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea”, explicaba ayer Mitul Patel, responsable de tipos de interés de Henderson Global Investors, después de conocerse la decisión del organismo de recortar las tasas en 25 puntos básicos. La decisión deja los tipos en el 0,25%, su punto más bajo en los 322 años de historia del Banco de Inglaterra, recuerda Toby Nangle, de la gestora británico-americana Columbia Threadneedle Investments.
Además del primer recorte de tipos en siete años, el organismo ha anunciado otras medidas, “un programa acomodaticio polifacético”, como lo ha llamado el experto de Henderson. “En primer lugar, no sólo ha reducido los tipos, sino que ha sugerido que podría recortarlos hasta niveles cercanos a cero. En segundo lugar, ha ampliado su programa de compra de activos, estableciendo la adquisición de 60.000 millones de libras en deuda pública británica y 10.000 millones en bonos corporativos. En tercer lugar, ha introducido un programa denominado Term Funding Scheme (TFS) para contribuir a que la reducción de los tipos bancarios llegue a la economía real”.
En general los gestores no dan las intervenciones del BoE por concluidas. “Podría afirmarse que la decisión ha marcado el nacimiento del «lo que sea necesario» de Mario Draghi en versión Carney. La pregunta clave que se hacen los inversores ahora es si funcionará y, en caso contrario, qué otras herramientas tiene a su disposición el Banco de Inglaterra”, se preguntan los gestores de fondos de renta fija británica de Fidelity, Ian Spreadbury y Sajiv Vaid. Para los expertos, aunque podría parecer que el Banco de Inglaterra está quedándose sin margen de maniobra, lo cierto es que el Banco de Japón y el Banco Central Europeo han demostrado este año que cualquier cosa es posible en el plano de la política monetaria.
“¿Veremos tipos negativos en el Reino Unido? Es improbable en estos momentos, pero en nuestra opinión es totalmente posible a más largo plazo. El gran interrogante que se plantea es si los tipos negativos realmente son una estrategia que funciona. También se podrían tomar medidas de relajación cuantitativa más contundentes en el futuro, medidas que, naturalmente, podrían adoptar muchas formas”, añaden desde Fidelity.
Según explica Azad Zangana, economista senior para Europa y estratega de Schroders, «en el acta de la reunión del Comité de Política Monetaria, el organismo ha dejado constancia de que la mayoría de los miembros contemplan un mayor recorte en los tipos de interés» en el futuro. “Esperamos más medidas expansivas en los próximos meses cuyo énfasis seguirá intentando mitigar los efectos negativos sobre los beneficios del sector financiero. En este sentido, cabría pensar en un recorte adicional –de menos de 25 puntos básicos-, más compras de deuda del sector privado y un programa QE más abierto”, explican en NN IP.
“El comunicado del BoE abre de manera muy explícita la puerta a nuevos anuncios por venir en todos los frentes: nos prepara sobre todo para un nuevo aumento en el tamaño de su balance en los próximos trimestres y anuncia explícitamente una nueva bajada de su tipo de referencia a cero (o a 0,1%) de aquí a final de año, aunque parece que excluye por el momento cualquier posibilidad de llevar su tipo de referencia a terreno negativo”, dicen desde Groupama AM.
Los estímulos fiscales, también necesarios
También, los gestores hablan de estímulos fiscales en el caso de que los estímulos monetarios fracasen. “En ese caso, una mejor opción para estimular la economía sería que el Banco de Inglaterra se embarcara en un programa de estímulos presupuestarios. No obstante, todavía es demasiado pronto para empezar a hablar de helicópteros arrojando billetes y demás”, dicen en Fidelity.
Henderson opina, en este sentido, que “el Banco de Inglaterra ha optado por usar todo su arsenal de una sola vez y, si bien ha proclamado que existía un mayor margen de maniobra, es poco probable que los mercados consideren que, llegados a este punto, la política monetaria pueda hacer mucho más para impulsar tanto el crecimiento como la inflación. La atención probablemente se centre en la política presupuestaria a medida que nos adentremos en el cuarto trimestre, mientras que la política monetaria seguirá brindando un apoyo continuado a los precios de los activos”, explican desde la gestora.
En esta línea, Schroders se pregunta si estas medidas serán suficientes. “Las medidas anunciadas amortiguarán la ralentización de las expectativas de crecimiento en los próximos meses pero, desde nuestro punto de vista, sólo estimularán marginalmente la economía”. La previsión de esta gestora contempla que el Reino Unido sea capaz de evitar una recesión técnica, pero aun así sitúa en el 40% las probabilidades de que su economía entre en recesión y cree que el gobierno necesita dar un paso al frente e introducir estímulos fiscales.
“El Banco de Inglaterra (BoE) está observando una presión alcista sobre la inflación debido a la depreciación de la libra esterlina y en dirección contraria, una presión a la baja, por el momentum que vive el crecimiento tras la votación del Brexit. Los datos de consumo y confianza de los negocios ya reflejan estas tendencias y, por ahora, el BoE ha elegido mirar a través de los tipos de interés inducidos por la subida de la inflación, porque espera que esto sea temporal”, explica Willem Verhagen, de NN IP. Tras el anuncio, la libra caía ayer un 1,25% frente al dólar y un 1,12% frente al euro. El FTSE 100 reaccionaba positivamente, mientras la rentabilidad de la deuda pública caía hasta marcar nuevos récords por la banda inferior.