Tras el periodo estival en Europa, mañana llega la primera cita relevante para los mercados: la reunión de septiembre del Banco Central Europeo (BCE). Con el discurso del presidente de la Fed en Jackson Hole aún resonando, los análisis que realizan las gestoras reflejan que Christine Lagarde tarde o temprano también tendrá que afrontar grandes decisiones.
En su último informe, los expertos de Bank of America reconocen que esperan “una pequeña reducción del ritmo del PEPP (Programa de Compras de Emergencia) esta semana”, pero destacan que “su convicción es baja”. Según su análisis, “el BCE tiene que tomar cuatro decisiones en los próximos meses: el ritmo trimestral del PEPP (la semana que viene, y de nuevo en diciembre); la fecha de finalización del PEPP, actualmente en marzo de 2022; el ritmo del APP (Programa de Compra de Activos) una vez finalizado el PEPP; y una posible desvinculación del APP de los tipos en la orientación futura”. En opinión del banco, “las respuestas a las tres últimas son cruciales para los mercados”, pero no creen que el BCE esté preparado para ello en la reunión de esta semana.
En un discurso pronunciado la semana pasada, el economista jefe Phillip Lane indicó que el BCE se centra en las condiciones de financiación (es decir, la variable de resultado), y no en un ritmo específico de los PEPP. El gobernador del Banco Central francés, Villeroy de Galhau, insinuó una posible desaceleración de las compras del PEPP en el cuarto trimestre. El gobernador austriaco Holzman, también ha insistido en esta idea. “Teniendo en cuenta los comunicados de los políticos, existe una probabilidad superior al 60% de que se anuncie una reducción del ritmo de compras PEPP esta semana; y esto ya se refleja parcialmente en el precio”, apunta Tomasz Wieladek, economista internacional en T. Rowe Price.
Según recuerda Wieladek, en la reunión de julio, se sugirió que el BCE desvinculará la orientación futura sobre los tipos de interés de la “forward guidance” sobre la expansión cuantitativa. “La orientación actual del programa ampliado de compra de activos (APP) dice que terminará poco antes de que empiece a subir los tipos de interés, clave para el BCE. De la reunión del Consejo en julio, parece que varios miembros estaban preocupados por el impacto que tiene para el BCE el forward guidance en los tipos. Les preocupaba que el posicionamiento actual implicara que el QE durara tanto como los tipos de interés bajos, lo cual es cierto. Acordaron debatir la orientación a futuro sobre la QE en una reunión futura. Así que en septiembre podría producirse un cambio en la expansión cuantitativa”, explica.
Por su parte, Erick Muller, responsable de producto y estrategia de inversión de Muzinich & Co, añade: “Si bien no puede sorprendernos que el ritmo del PEPP tenga que incorporar la probable mejora de las previsiones del BCE en la reunión de septiembre, sí puede sorprendernos la posición tan abierta y firme expresada por muchos gobernadores y la capitulación por parte de los doves, con una ausencia total de reacción a este cúmulo de declaraciones sobre la bajada del PEPP”.
Un recorte entre pequeño y modesto
¿Qué pasará a partir de septiembre? Las reflexiones son diversas, pero la mayoría se centran en que los estímulos se acabarán retirando. “Una moderación en el ritmo de las compras de activos tiene que ocurrir en algún momento si el BCE quiere evitar utilizar toda la dotación del PEPP mucho antes de la fecha prevista de finalización del programa. Hacerlo en esta reunión tiene mucho sentido: el ritmo se elevó en marzo en respuesta a un endurecimiento no deseado de las condiciones de financiación. Y aunque el ruido de los halcones ha contribuido a un ligero aumento de los rendimientos durante la semana pasada, las condiciones son mucho más favorables que hace seis meses. Además, es casi seguro que el BCE hará algunas revisiones al alza de sus previsiones de crecimiento e inflación en esta reunión, lo que ayudaría a explicar un menor ritmo de compras”, apunta Adrian Hilton, jefe de divisas de Columbia Threadneedle Investments.
Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, coincide en que una de las novedades de la reunión del jueves es que se anuncie un nuevo ritmo de compras del PEPP. “El BCE compra actualmente 80.000 millones de euros al mes en el marco del programa de compras de emergencia para casos de pandemia (PEPP), más 20.000 millones de euros al mes en el marco de los programas ordinarios de compra de activos (APP), y en esta reunión el Consejo de Gobierno volverá a examinar el ritmo de compra del PEPP teniendo en cuenta una nueva ronda de proyecciones macroeconómicas trimestrales. Esperando un nuevo ritmo de compras del PEPP de 60.000 millones de euros al mes, en línea con el ritmo de compras de principios de año y con nuestra opinión de que el BCE reducirá el ritmo de compras netas mensuales con el tiempo, desde los actuales 100.000 millones de euros al mes hasta los 60.000 millones de euros al mes en el segundo trimestre de 2022”, explica Veit.
Según las previsiones del gestor de PIMCO, PEPP finalizará el año que viene, potencialmente en marzo de 2022. “Esperamos que el APP regular se incremente de 20.000 millones de euros a 60.000 millones de euros al mes a cambio, ya que el progreso hacia el objetivo de inflación a medio plazo del 2% sigue siendo escaso. También esperaríamos que el BCE mantuviera la práctica de realizar evaluaciones conjuntas periódicas de las condiciones de financiación y las perspectivas de inflación para derivar las cantidades de compra de activos, y que hiciera hincapié en las flexibilidades existentes del APP, en particular en relación con un mecanismo de transmisión deteriorado que debería disipar las preocupaciones sobre la capacidad y la voluntad de desviarse de la clave de capital cuando sea necesario”, añade.
Otros gestores van más allá. Por ejemplo, en opinión de Mark Nash, gestor de fondos de renta fija de Jupiter AM, “se espera que el BCE ponga en marcha el tapering en el cuarto trimestre, por delante de la FED”, lo que, según comenta, era algo que “no se esperaba”. Nash considera que «la historia europea es, actualmente, mucho menos centro de atención de lo que merece, ya que la reducción de la Fed se considera el mayor problema». Sin embargo, “la inflación general europea se situó la semana pasada en el 3% interanual, y la subyacente, en el 1,6% interanual, la más alta de los últimos años”, advierte el gestor.
Una opinión que no comparte Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, quien ve claro que se anuncie una “pequeña reducción del ritmo de compras”, pero no un tapering. En este sentido explica: “En menor medida que en EE.UU., la inflación en la zona euro está aumentando rápidamente, reflejando en particular estas perturbaciones mundiales. Esto está jugando a favor de los halcones del BCE y está planteando dudas sobre la posibilidad de un tapering del BCE. Aunque esta semana esperamos que el banco central anuncie una pequeña reducción del ritmo del PEPP para los próximos tres meses, esto no se calificaría de tapering propiamente dicho, ya que no nos diría nada sobre la zona de aterrizaje final de los programas cuantitativos. Para ello, seguimos pensando que habrá que esperar hasta diciembre”.
Perspectivas económicas
El segundo punto relevante de la reunión de mañana será la nueva ronda de proyecciones macroeconómicas trimestrales que ofrezca la institución monetaria. Según François Rimeu, estratega senior de La Française AM, el BCE mantendrá un tono optimista ante los avances de la campaña de vacunación europea, a pesar de la ralentización en China y Estados Unidos. “Sin embargo, el banco central subrayará que siguen existiendo incertidumbres relacionadas con el COVID-19. Esperamos que las nuevas proyecciones macroeconómicas muestren una mejora del crecimiento en 2021 (4,8% frente a 4,6% en junio) y una mayor inflación en general, pero especialmente en 2021 (2,2% frente a 1,9% en junio)”, afirma Rimeu.
Por su parte, Veit añade: “No esperamos una revisión significativa al alza de la previsión de inflación del IPCA para 2023, que es del 1,4%, y es probable que haya que esperar hasta la reunión de diciembre para conocer el futuro del PEPP más allá de su primera fecha de conclusión, marzo de 2022”.
Es más, el gestor de PIMCO advierte de que si bien es probable que las previsiones para 2021 y 2022 se revisen al alza, es poco probable que las expectativas para los últimos años del horizonte de previsión se modifiquen significativamente. “En la actualidad, la inflación de la zona del euro está impulsada casi exclusivamente por los efectos de base de los precios de la energía y no ha habido señales de un repunte sostenido de las presiones de los precios subyacentes. Incluso la menor revisión al alza haría que el BCE siguiera proyectando un sustancial rebasamiento del objetivo de estabilidad de precios en el horizonte político pertinente”, matiza Veit.
Un horizonte dovish
Desde un punto de vista de mercados, Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA Investment Managers, considera que para la política monetaria, ahora no es el momento de endurecer. “La inflación ha subido, pero es probable que la mirada ex-post de los índices de precios muestre un salto de un paso en el nivel de precios durante la era COVID, más que un empinamiento de la curva de precios. El discurso de Jay Powell en Jackson Hole sugirió que hay que tomar dos decisiones sobre el tapering y la subida de tipos. La decisión sobre el tapering se basa en el progreso hacia los objetivos económicos de la Fed, lo cual es cierto. Esto permite cierta flexibilidad en cuanto al calendario y la escala de la reducción de las compras de activos. Para las subidas de tipos, necesitamos ver el pleno empleo y una clara evidencia de que la inflación se sitúa en el objetivo de la Fed. Estas condiciones están muy lejos. Todavía no puedo ser tan bajista en cuanto a los tipos cuando la senda de expansión del PIB se ha vuelto un poco más volátil”, añade Iggo.
Por su parte, Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management, matiza: “A pesar del menor ritmo de compra, creemos que Lagarde se esforzará por mantener una postura dovish, destacando que la recalibración no representa un movimiento de reducción, sino simplemente un reajuste a la evolución económica y a las recientes tendencias de las condiciones de financiación -extremadamente acomodaticias-. Por ahora, sospechamos que el BCE, al igual que otros Bancos Centrales como la Fed, preferirá mantener una postura extremadamente acomodaticia con respecto a la trayectoria de posibles subidas de tipos de interés. Se espera que el debate sobre el futuro del QE, es decir, el grado de flexibilidad que se dará al programa APP, se produzca más adelante”.
En esta visión coinciden la mayoría de las gestoras, también Paul Diggle, economista jefe adjunto de Aberdeen Standard Investments: “Incluso si el BCE anunciara una reducción del PEPP, seguiría manteniendo el antiguo programa QE del APP durante mucho tiempo, mientras que no se vislumbra el fin de los tipos de interés negativos en la Eurozona. Así que, con el tiempo, el BCE podría parecer un destacado dovish en medio del movimiento global hacia una política monetaria ligeramente más estricta, abriendo algunas implicaciones interesantes para la inversión”.
Esta postura dovish también tiene que ver con la actualización de las perspectivas que haga el BCE este jueves y que, previsiblemente incluirá, un aumento de las cifras de crecimiento e inflación. Según adelantan Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments, y Elisa Belgacen, estratega de crédito senior en Generali Investments, “ese aumento de la inflación no tendrá repercusiones políticas, ya que se considerará transitorio y no alterará la orientación del BCE sobre los tipos de interés”. En este sentido añaden: “En cualquier caso, el reciente flujo de datos juega a favor de las palomas y esto también debería reflejarse en los comentarios de la presidenta Lagarde”.
Sin embargo, ¿hasta cuándo podrá mantener Lagarde el consenso dentro de la institución monetaria para mantener ese horizonte dovish? En opinión de Franck Dixmier, director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, los “halcones” están despertando. “El BCE tendrá que abordar algún día el elefante en la habitación: la pandemia ha llevado a niveles récord de deuda a los países de la zona euro y ha sido un catalizador para la divergencia entre los estados. El BCE ha asumido un papel en el límite de su mandato al mantener un nivel de represión financiera que hace que la carga de la deuda sea sostenible, un mecanismo indispensable para algunos países de la zona euro. Cualquier posible cuestionamiento de este apoyo podría plantear problemas fundamentales que es demasiado temprano en esta fase de recuperación para que los gobiernos los aborden. No obstante, los debates comenzarán y los mercados probablemente encontrarán argumentos para justificar una mayor volatilidad. En este contexto, los paralelismos con la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, que ya han señalado su intención de reducir sus propios programas de apoyo implementados durante la crisis de salud, no son relevantes”, apunta Dixmier.
Frente a este “elefante en la habitación”, la mayoría de los análisis ponen el foco en diciembre. “Probablemente, medidas de mayor calado, como que se va a hacer cuando en marzo de 2022 el PEPP finalice o la refinanciación de los TLTROs, sean pospuestas para las reuniones de finales de año. Para mucho más adelante quedarán las decisiones de tipos de interés, sobre todo tras la actualización de estrategia llevada a cabo en el mes de julio, con la que se garantizan tipos bajos hasta que se alcancen niveles de inflación superiores al 2% de manera prolongada en el tiempo”, concluye Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G Banca Privada.
Todo este contexto tiene un importante impacto en el posicionamiento de las carteras, en particular en las de renta fija. “Dado el precio que ahora tiene el BCE, preferimos expresar este sesgo de corta duración a través de EE. UU. dado que la economía se encuentra en una etapa más madura de su ciclo de crecimiento e inflación y el cambio radical de la Fed podría ser más duradero que el ajuste gradual que está realizando el BCE y teniendo en cuenta, además, que aún faltan varios años para las discusiones sobre las subidas de tipos del BCE”, afirma Mohammed Kazmi, macroestratega y gestor de carteras de renta fija de UBP.