El riesgo político en Europa ha sido un determinante clave de la evolución de los diferenciales de la deuda pública a 10 años frente a Alemania. Además de en los países periféricos, esta circunstancia es más visible en Francia. El equipo de análisis de NN Investment Partners ha detectado desde octubre un importante aumento de la rentabilidad del bono francés a 10 años frente a su homólogo alemán. De esa forma, Francia se ha distanciado claramente de otros países centrales, como Austria y Países Bajos.
Sin embargo, explican, en los últimos meses el diferencial con respecto a Alemania ha aumentado algo incluso en los Países Bajos, circunstancia seguramente achacable también a los riesgos electorales en ese país. Pese a ello, el diferencial germano ronda en la actualidad los 10 puntos básicos y últimamente incluso se ha estrechado, al indicar las últimas encuestas un acortamiento de la distancia entre el partido que las encabeza, el PVV, y su inmediato perseguidor, el VVD.
En Francia también se ha registrado hace muy poco un estrechamiento del diferencial, que cabe atribuir a la subida y liderazgo de Macron en las encuestas.
Los “paños calientes” tienen que acabarse
“En Europa el riesgo político se concreta en gran medida en la posibilidad de que un estado miembro de la UE abandone el euro. No obstante, también puede afectar a un gobierno de la línea convencional o al conjunto de los gobiernos de la UEM, de faltarles determinación para acometer reformas estructurales internas o reformas institucionales en toda la UEM. Este tipo de parálisis política puede apresar a la región en un círculo vicioso formado por una combinación de tasas de crecimiento persistentemente bajas, reducida inflación, un aumento de la carga de la deuda y una creciente polarización política”, escribe la gestora en su informe semanal.
Para NN IP, esta especie de equilibrio “de circunstancias” podría prolongarse durante mucho tiempo, pero no indefinidamente. Los líderes políticos tendrán que propiciar cambios drásticos en algún momento. Así, los países centrales podrían abandonar la UEM si no aprecian que las reformas en los países periféricos rinden réditos suficientes para revertir el nivel cada vez mayor de transferencias (implícitas) y reparto de riesgos.
Más reformas en la UE
Ahora bien, dicen, los países periféricos también podrían irse si se niegan a aceptar las restricciones que les impone la normativa común. El hecho de que en la economía real los mercados o los agentes no siempre descuentan correctamente los riesgos viene a complicarlo todo. En particular, podrían concurrir poderosas fuerzas retroalimentadoras. “En el ámbito de la deuda soberana, ello se concretaría en una brusca ampliación de los diferenciales de la deuda pública, mientras que en el plano bancario se plasmaría en una retirada masiva de depósitos desde países con riesgo a países europeos seguros. Las autoridades de la zona euro tienen que encontrar soluciones para cortocircuitar estos procesos”.
En opinión de la firma, reviste la máxima importancia que las autoridades aprovechen la actual bonanza económica para dotar de mayor equilibrio y solidez a las instituciones de la región.
“Sus probabilidades de éxito pasan en buena medida por atajar las revueltas electorales en la zona. Aunque no se trata solo de mantener a raya a los populistas en el presente ciclo electoral, por mucho que esa sea cuestión vital. Si los partidos tradicionales logran ese objetivo, pero después no consiguen fortalecer suficientemente a la región para capear la próxima desaceleración económica, los problemas a que se enfrentaría la zona euro tal como la conocemos serían insuperables”, concluyen.