Bajo unas perspectivas especialmente sombrías, hasta 400 tenedores de deuda venezolana habrían sido invitados hoy a Caracas para negociar las condiciones de la reestructuración de la deuda. Las informaciones que llegan de Bloomberg apuntan a que el Palacio Blanco se habría vestido de gala para acoger unas reuniones cruciales, que sin embargo habrían tenido una fría acogida en el lado de los bonistas.
Entre la espada y la pared estos son los elementos de un escenario que por momentos se convierte en trampa para los acreedores. Si acuden a la cita, se arriesgan a sanciones, si no van, el gobierno de Maduro dirá que puso todo de su parte para negociar.
1.- Estados Unidos: Las sanciones impuestas por la administración Trump dificultan la refinanciación o reestructuración de la deuda venezolana, lo que resta atractivo a viajar a una de las ciudades más peligrosas del mundo. El 70% de los acreedores es de nacionalidad estadounidense o canadiense y tienen prohibido hacer negocios con el gobierno de Maduro, explicó AFP.
2.- Unión Europea: En la línea de lo estipulado por Estados Unidos, los 28 representantes de la UE decidieron hoy imponer sanciones que incluyen el embargo al comercio de armas o equipos para la represión y la prohibición de viajar a territorio comunitario, así como la congelación de bienes para determinados cargos del gobierno de Maduro que se determinarán en los próximos días.
3.- La vieja guardia: La asistencia a la reunión por parte de el vicepresidente, Tareck El Aissami, y el ministro de Hacienda y Finanzas, Simón Zerpa, –ambos sancionados por Estados Unidos– pone en un aprieto a los bonistas. “Al menos una persona que planeaba participar en las reuniones se retiró después de ver las etiquetas con los nombres de El Aissami y Zerpa”, explicó a Bloomberg una de sus fuentes.
4.- Falta de transparencia: “La falta de un orden transparente de los acreedores, que permiten saber el valor de lo que se puede recuperar es en este caso un escenario improbable”, explicaba NN Investment Partners.
5.- Agencias de rating: Fitch, Standard and Poor’s y Moody’s ya rebajaron la calificación de la deuda venezolana, pero muchos analistas esperan que tras acabar el periodo de gracia dado para el pago de los intereses, las agencias de rating empiecen a declarar, en cuestión de días, que el país ha entrado en ‘default’ plenamente.