Tras decepcionar en diciembre, la decisión adoptada ayer el Banco Central Europeo supone para George Efstathopoulos, gestor de fondos multiactivos en Fidelity International, un claro mensaje de Draghi, que debería ser positivo para los mercados financieros pero sobre todo para la economía real.
El BCE bajó en su reunión de ayer los tipos de interés del 0,05% al 0%, elevó el volumen del QE de 60.000 a 80.000 millones mensuales –a partir de abril- e incluyó la compra de deuda corporativa en su plan de compra de activos. El organismo que preside Draghi comprará bonos denominados en euros con grado de inversión emitidos por las sociedades no bancarias establecidas en la zona del euro.
La principal novedad corrió a cargo de una nueva serie de LTRO (préstamos de liquidez a la banca a muy largo plazo), cada uno con una duración de cuatro años, a partir de junio de este año. El interés de estos créditos podrá reducirse hasta un mínimo del -0,4% y el último de ellos tendrá lugar en marzo de 2017.
“Desde que el Banco de Japón introdujo tipos de interés negativos mediante la adopción de un sistema de tres niveles a principios de año, los inversores europeos estaban preocupados con la posible adopción de un esquema similar que comprimiría aún más los márgenes netos de interés para los bancos europeos, impactando así sus beneficios pero también su capacidad de incrementar la concesión de préstamos y asumir riesgos. Sin embargo, mediante la nueva serie de LTROs los bancos básicamente van a verse subsidiados para prestar. Esto es muy positivo para el sector bancario, que ha estado sobrevendido y bajo presión en los últimos meses”, explica Efstathopoulos.
Para el gestor de Fidelity, el incremento del programa de compra de activos en 20.000 millones de euros al mes también es mayor de lo que esperaba el mercado. Además, el universo elegible se ha expandido para incluir los bonos investment grade, “algo positivo para los activos de riesgo en un momento en el que los spreads de los bonos corporativos están cotizando en máximos de los últimos años”, añade.
Efstathopoulos estima que los bonos soberanos periféricos también se beneficiarán “pues el BCE puede ahora comprar más deuda pendiente”, dijo.