El dólar, el euro y la libra esterlina centran el último informe sobre perspectivas trimestrales de Ebury, fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas. En su análisis destaca una conclusión clave para los inversores: la subida del dólar será limitada.
Según explican, “el escaso margen de maniobra para que la Reserva Federal dé una sorpresa, y nuestra visión generalmente positiva sobre el sentimiento de riesgo y la economía mundial en 2022, hacen que sigamos siendo bajistas con respecto al dólar, sobre todo teniendo en cuenta que la divisa cotiza ahora a niveles bastante elevados”, prevé. En este sentido, Ebury fija el cruce euro/dólar en el segundo trimestre del año en el nivel de 1,12.
El índice del dólar alcanzó máximos de varios meses a principios de año, un movimiento que achacamos al reciente giro hawkish de la política de la Reserva Federal. La inflación general ha llegado a máximos de varias décadas, y en marzo el FOMC subió los tipos de interés por primera vez desde que estallara la pandemia. La invasión de Ucrania por parte de Rusia intensificó los flujos de activos refugio hacia el billete verde, lo que llevó al índice del dólar a sus posiciones más fuertes desde mayo de 2020. “Al igual que al principio de la pandemia, el dólar se ha convertido en la moneda refugio preferida, en parte debido a la poca dependencia de las importaciones energéticas de Rusia”, indican.
De cara a este segundo trimestre, Ebury reconoce que estos últimos acontecimientos, así como la evolución de la inflación y del mercado laboral estadounidense, y teniendo en cuenta el agresivo ciclo de endurecimiento que descuenta el mercado, es probable que la subida del dólar sea limitada. “A diferencia de otros bancos centrales, especialmente el BCE, creemos que hay muy poco margen (si es que hay alguno) para que la Fed supere las expectativas del mercado en cuanto a subidas este año. El escaso margen de maniobra para que la Reserva Federal dé una sorpresa, y nuestra visión generalmente positiva sobre el sentimiento de riesgo y la economía mundial en 2022, hacen que sigamos siendo bajistas con respecto al dólar, sobre todo teniendo en cuenta que la divisa cotiza ahora a niveles bastante elevados. Dicho esto, corregimos a la baja nuestras previsiones sobre el euro/dólar para reflejar así el relativo aislamiento de la economía estadounidense del impacto económico a la baja de la guerra en Ucrania”.
El euro y el resto del BCE
Según señalan, a esta previsión contribuye también el cambio de postura del BCE hacia una postura más agresiva, que favorecerá un repunte del euro. Evaluando su comportamiento, Ebury apunta que “con sólo un par de excepciones, el euro se ha comportado peor que el resto de sus pares del G10 en los últimos seis meses”. A su entender, esto se debe a la postura todavía bastante prudente en materia de política monetaria adoptada por el Banco Central Europeo, que se espera que vaya por detrás de la mayoría de los principales bancos centrales a la hora de subir los tipos de interés en el actual ciclo de subidas. “Dicho esto, vemos las consecuencias inflacionistas a medio plazo de la crisis, y eso podría animar al BCE a subir los tipos de interés a un ritmo más rápido de lo que el mercado está calculando actualmente, sobre todo en 2023”, matiza en su informe.
Y añade: “Esperamos una nueva recalibración del APP en abril, con una primera subida de tipos en septiembre, como muy tarde, posiblemente de 25 puntos básicos. Y creemos que a esto le seguirá otra subida de tipos en diciembre, y un ritmo de subidas mucho más agresivo en 2023 de lo que el mercado está calculando actualmente. Todo ello, a nuestro juicio, dará lugar a un repunte del euro, dado que hay mucho menos margen para que los tipos de EE.UU. prevean nuevas subidas en 2022, y los diferenciales de tipos de interés existentes se reflejan en gran medida en los precios del mercado”, explica la entidad.
La última pata del G3: la libra esterlina
En último lugar, el informe de Ebury se centra en el comportamiento de la libra esterlina. En su opinión, fue una de las divisas que mejor se comportó dentro del grupo del G-10 en 2021, aunque en lo que va de año, y debido a la invasión de Ucrania, se ha depreciado frente a la mayoría de los pares con menor riesgo.
“La libra tuvo un comienzo impresionante en 2022, alcanzando a mediados de enero máximos de dos meses y medio frente al dólar. Este movimiento se vio favorecido por la relajación de las restricciones impuestas para frenar el virus en Reino Unido y por las expectativas de que el Banco de Inglaterra subiera los tipos de interés este año a un ritmo agresivo. Sin embargo, desde entonces, la divisa británica ha cedido todas sus ganancias frente al dólar, y ha caído con fuerza después de que la invasión de Ucrania desencadenara la aversión al riesgo en los mercados. El cruce libra/dólar cayó brevemente por debajo del nivel de 1,30, aunque desde entonces se ha recuperado de algunas de estas pérdidas”, explican.
Su principal perspectiva para esta divisa es que, en vista del giro de la política monetaria del Banco de Inglaterra, están ajustando a la baja nuestras previsiones sobre la libra esterlina, ligeramente más de lo que hemos hecho con nuestras previsiones sobre el euro. “Esta modificación a la baja también refleja el riesgo para el crecimiento creado por la guerra en Ucrania, que creemos que añade algo de prima de riesgo a la mayoría de las monedas europeas”, afirman.