Para Itaú, la subida de 25 puntos de la tasa de política monetaria hasta situarse en el 3%, la segunda en el ciclo de normalización, estaba claramente descontada por el mercado. Esto es debido a que la actividad doméstica continúa fuerte y las “mediadas de inflación a la brecha de producto están aumentando gradualmente”.
De igual forma para BICE inversiones, “la decisión obedeció principalmente al contexto local, en consideración al mayor dinamismo de la economía hacia fines del 2018, especialmente en sectores que poseen un vínculo más estrecho con la inversión.” Y destacan, que, aunque la inflación se ha mantenido controlada por precios que experimentan una mayor volatilidad, los precios más vinculados a la evolución de la economía han seguido en aumento.
Sin embargo, ambas entidades señalan que el consejo vincula el ritmo de futuras subidas al impacto del sector exterior en la economía chilena. Así pues, desde Itaú destacan que “el comunicado de prensa que anunció la decisión atenuó el sesgo alcista debido al crecimiento más débil que lo esperado en las principales economías del mundo (lo que ha llevado a una postura de política monetaria más acomodaticia por parte de sus bancos centrales). “
En conclusión, tanto Itaú como BICE coinciden en el que el proceso de normalización continuará, pero a menor ritmo del inicialmente previsto. Desde Itaú señalan que mantienen “nuestra visión de un ciclo gradual de normalización, con riesgos claramente inclinados a menos alzas. Además, el momento para futuras alzas de tasas ahora parece depender más de los datos. Sin embargo, como la tasa de la política permanece lejos de niveles neutros (4,0%-4,5%), y el banco central considera que la brecha de producto está casi cerrada, se justifica la continuación de un proceso de ajuste gradual.” Por su parte, desde BICE Inversiones concluyen que las futuras subidas “respondería a la evolución de los riesgos del frente externo sobre la trayectoria de inflación y actividad”.
Con respecto al impacto de esta subida en el peso chileno, BCI Estudios estima que es positivo y señala que: “vía diferencial de tasas de interés y un mejor sentimiento de mercado hacia economías emergentes, el peso chileno recupera valor y el tipo de cambio se acerca a 660 $/USD. Coherente con fundamentos económicos, el tipo de cambio continuaría retrocediendo gradualmente y se ubicaría en torno a 650 $/USD a fin de año, sujeto a una moderación de los riesgos externos”