Entre un brote inflacionario que tiene a los inversionistas en vilo, el freno de las políticas monetarias laxas y el riesgo geopolítico, la tolerancia al riesgo se ha puesto un poco más tibia. Y una de las consecuencias de eso es que los portafolios globales se están alejando de los mercados emergentes como conjunto.
Según estimaciones del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés), marzo trajo la primera salida neta de flujos de portafolios no residentes en un año para los activos del segmento. Aunque los resultados no fueron transversales, con América Latina destacando como la región con mayores ingresos de flujos.
La entidad señaló que 9.800 millones de dólares salieron del mundo emergente, con una fuerte desinversión en activos chinos como principal motor, rompiendo con una racha de entrada de capitales. La última venta neta registrada por el IIF fue en marzo de 2021.
¿A qué se debe esta salida de capitales? Según destacó el economista de la entidad, Jonathan Fortun, se trata de un tema de aversión al riesgo. “Vemos inversionistas con una sensibilidad al riesgo más alta, a medida que la ansiedad va creciendo entre eventos geopolíticos, condiciones monetarias más restrictivas, inflación al alza y temores de que muchas economías no se recuperarán lo suficientemente rápido de la pandemia”, comenta en un informe reciente.
En ese contexto, agrega, han visto a los inversionistas “ser más selectivos” con sus posiciones.
Compras y ventas
Si bien el segmento emergente como conjunto registró una venta neta en marzo, las estimaciones del IIF muestran que América Latina destacó como el principal destino de capitales internacionales.
Los mayores mercados de la región recibieron 10.800 millones de dólares en flujos de portafolio. Esto, según Fortun, se puede explicar “por el consenso general de que las economías latinoamericanas se beneficiarían de los desarrollos de mercados recientes”.
Por el contrario, la mayor desinversión se dio en activos chinos, una de las categorías más populares de los últimos años.
“Una constante a lo largo de los altos y bajos de las dinámicas de flujos de capitales de los últimos años ha sido China, que ha visto flujos de entrada estables a medida que los inversionistas extranjeros construían su exposición”, señala Fortun, incluso a través de shocks específicos al país, como la guerra comercial y el inicio del COVID-19.
Sin embargo, destaca el economista, en marzo “nuestro indicador muestra un importante episodio de flujos de salida, que le pega más fuerte a China”. Esto, agrega, se trata de “una dinámica sin precedente que sugiere una rotación de mercado”.
En el desagregado, las carteras internacionales enajenaron 11.200 millones de dólares en bonos chinos y 6.300 millones de dólares en acciones locales.