El Banco Central Europeo (BCE) cumplió y superó ayer las expectativas de los analistas sobre su reunión de junio. La institución monetaria ha demostrado que los mercados no deben dudar de su capacidad para afrontar una crisis que, según los cálculos presentados por Christine Lagarde, va a conllevar una caída del 8,7% del PIB en la zona euro este año.
“El BCE ha dado más de lo que se esperaba para la reunión de hoy, tanto por el tamaño del complemento del PEPP, se esperaba un aumento de 500 mil millones de euros y se anunciaron 600 mil millones de euros, como por la extensión del programa hasta junio de 2021”, apunta Esty Dwek, responsable de estrategia global Natixis IM Solutions (Natixis IM).
De esta forma, Dwek señala que «Lagarde ha demostrado a los mercados que no deben luchar contra el compromiso o el poder del banco central», como ya ha venido haciendo la Fed, a la vez que permite al BCE «actuar como un respaldo para los spreads periféricos y para el crédito». La ampliación del PEPP anunciada ayer también “demuestra mayor cooperación en toda Europa”, algo que solo puede ser bien recibido por los mercados.
Las gestoras coinciden en el mensaje que ha mandado el BCE. “En última instancia, esto es una importante señal de que el BCE está comprometido a estimular durante el tiempo que sea necesario. También sugiere que no están indebidamente preocupados por la interferencia de la Corte Constitucional Alemana en los programas de alivio cuantitativo”, añade Oliver Blackbourn, gestor del equipo de Multiactivos de Janus Henderson.
Una valoración que también comparte Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments: «Junto con los recientes anuncios fiscales o propuestas de gasto fiscal adicional, esta medida refuerza una narrativa emergente en los mercados de que la respuesta monetaria y fiscal europea está dando un paso adelante, siendo un gesto significativo y coordinado».
Otras voces, como la de Philippe Waechter, jefe de investigación económica de la gestora Ostrum AM (gestora de Natixis Investment Managers), se muestran más críticos sobre el mensaje que el BCE está lanzando. En su opinión, “no es totalmente convincente”.
“Como sugiere el economista Frédéric Ducrozet, al ritmo de las compras actuales, la cantidad de 1,35 billones de euros se agotará completamente el 21 de febrero. ¿Deberíamos esperar una extensión de casi 600.000 millones de nuevo hasta finales de junio? Esta cuestión de la calibración del plan es también una fuente de preguntas cuando miramos las previsiones publicadas hoy por la institución monetaria.Si la capacidad de proyección del BCE es tan limitada, ¿cómo podemos entender y justificar el tamaño de las medidas de política monetaria aplicadas hoy en día? ¿Cuál es la racionalidad de los 600.000 millones? ¿Por qué no más directamente?”, cuestiona Waechter.
Impacto en el mercado
Estas medidas coinciden en general con lo que esperaba el mercado y la deuda soberana de los países periféricos ha reaccionado bien al anuncio. Según explica Jon Day, gestor de carteras de renta fija en Newton Investment Management y gestor del BNY Mellon Global Dynamic Bond Fund, el motivo es sencillo: dado el volumen de emisiones de países y empresas, al BCE no le quedaba otra opción que aumentar y ampliar su programa de compras.
“Sigue habiendo mucha incertidumbre sobre cuánto tardará en recuperarse la economía y la necesidad de liquidez para reforzar los balances continúa siendo elevada. Aunque las economías se verán respaldadas principalmente por el enorme gasto fiscal, el BCE está haciendo lo posible por ayudar a reducir la presión sobre el mercado a la hora de absorber las emisiones necesarias para financiarlo. Este aumento del PEPP debería cubrir la mayor parte de esas emisiones adicionales. Esto es importante porque los bonos soberanos, sobre todo los de los países del núcleo europeo, ofrecen unos rendimientos muy bajos que no resultan atractivos en divisa cubierta para los inversores extranjeros, lo que prácticamente convierte al BCE, que es insensible a los rendimientos, en el único comprador disponible”, argumenta Day.
En opinión de Dwek, de Natixis IM Solutions (Natixis IM), esta medida «debería mantener bajos los rendimientos y los márgenes contenidos a la vez que debería ser beneficioso para los activos de riesgo» y, además, «respaldar la reciente recuperación de los activos europeos a medida que se ponen al día con los EE.UU.».
Las gestoras consideran que el anuncio el BCE evita nuevos repuntes de las primas de riesgo que pongan en duda la capacidad de pago de los estados. Es cierto que el estímulo ha sido superior al consenso, aunque no se ha discutido la posibilidad de comprar bonos corporativos que caigan a high yield. “El paquete monetario total ya es superior a los 1,3 billones y contrasta con la falta de capacidad de reacción de la UE para aprobar un estímulo fiscal conjunto en un escenario de recesión que, el BCE ahora prevé del -8,7% para 2020 acompañado de una recuperación del 5,2% en 2021, sin presiones inflacionistas”, matizan desde Diaphanum.
Carlos del Campo, del equipo de Inversiones de Diaphanum, explica que “la intervención de los bancos centrales sigue siendo clave para garantizar los niveles de liquidez y solvencia de empresas, evitando al mismo tiempo aumentos significativos de las primas de riesgo que pongan en duda la capacidad de pago de los estados”.
Perspectivas económicas
Para Diggle de Aberdeen Standard Investments, Lagarde también ha mandado un mensaje clave cuando ha explicado las perspectivas económicas de la zona euro. Las proyecciones muestran el PIB se contraerá un 8,7% en 2020, antes de crecer un 5,2% y un 3,3% en 2021 y 2022 respectivamente. Mientras tanto, el BCE espera una inflación media del 0,3% este año, y luego del 0,8% y el 1,3% en 2021 y 2022 respectivamente.
“Estas previsiones son en realidad ligeramente superiores a las nuestras, ya que consideramos que las fuerzas desinflacionarias están aún más arraigadas en Europa de lo que estima el BCE. Pero de cualquier manera, con la inflación todavía muy por debajo del objetivo incluso para 2022, no descartaríamos una mayor relajación del BCE. De hecho, Christine Lagarde en un momento dado sostuvo la perspectiva de otra evaluación de la dotación del PEPP en septiembre, cuando se actualizan las previsiones macroeconómicas de septiembre”, apunta.
En su opinión, esta mayor relajación del BCE se produce también en un contexto de mejora de la respuesta de la política fiscal europea. Según explica, “el promedio de la flexibilización estructural de los estados miembros individuales de la Eurozona es ahora de alrededor del 4% del PIB, con Alemania haciendo lo máximo incluyendo un presupuesto adicional de 130.000 millones de euros acordado ayer. Y a nivel supranacional, las medidas fiscales acordadas ya suman un 4% adicional del PIB de la Eurozona, y las propuestas del Fondo de Recuperación de la UE podrían añadir otro 5% del PIB de estímulo de la UE”.
Misma lectura del impacto que tendrá la decisión del BCE realiza Azad Zangana, economista y estratega senior de Schroders. “Se ha hecho evidente que los programas de QE del BCE se están utilizando ahora para financiar a los gobiernos, con cierto sesgo favorable a ayudar a los Estados miembros que están siendo castigados por los mercados por tener una mala dinámica de la deuda”, explica. Como recordó ayer Lagarde: «La combinación de la política fiscal y la política monetaria, que claramente en este momento, mientras se desarrolla, se complementan mutuamente, trabajan mano a mano, están alineadas con objetivos similares…».
Temas pendientes
Sobre los temas que el BCE tenía sobre la mesa, Ulrike Kastens, economista en DWS, lanza una última observación: la postura del BCE frente al Tribunal Constitucional alemán y su veredicto de mayo que el BCE se había excedido anteriormente en sus competencias, particularmente al no evaluar y explicar adecuadamente la proporcionalidad de sus medidas.
“En este contexto, la presidenta Lagarde subrayó varias veces el análisis coste-beneficio de las decisiones monetarias del BCE. Esto no altera la postura bien expresada del BCE de que sólo está sujeto a la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (y no a la de los tribunales nacionales individuales, incluido el del mayor Estado miembro de la zona del euro). Sin embargo, la conferencia de prensa sugirió que el veredicto alemán tendrá efectos indirectos. En particular, constituye un paso importante hacia una mayor transparencia, que en realidad podría ser bastante útil para aumentar la eficacia de la política monetaria”, explica Kastens.
«Los recientes pasos hacia una respuesta fiscal europea conjunta y el nuevo estímulo fiscal de Alemania deberían ayudar a mantener el sentimiento positivo en la eurozona durante más tiempo. Es suficiente para justificar la opinión de que los responsables de las políticas de la zona euro han coordinado, al menos por ahora, las respuestas a la crisis del coronavirus», añade Samy Chaar, economista jefe de Lombard Odier.
Por último, las gestoras también esperaban alguna aclaración sobre la deuda que tiene pensado comprar el BCE. En este sentido, Wolfgang Bauer, gestor del equipo de renta fija de M&G, matiza: “El BCE puso coto a la flexibilidad en cuanto a la calidad crediticia de las compras de deuda corporativa. En la reunión de hoy, la presidenta Lagarde ha dejado claro que el BCE no está preparado para dar el salto y empezar a comprar bonos con calificación inferior a grado de inversión, al menos por ahora”.
En opinión de Bauer, en vista del marcado repunte de los diferenciales de crédito de la deuda europea de alto rendimiento desde sus niveles de marzo —el índice iTraxx Xover ha caído desde más de 700 pb a alrededor de 375 pb—, podría haber llegado el momento de reducir la exposición y recoger parte de los beneficios. “La ausencia de una ventaja técnica derivada de las compras del BCE podría hacer que la clase de activos pase a ser vulnerable ante cualquier deterioro de la situación de la COVID-19 o ante unos datos económicos peores de lo esperado”, concluye.