A dos meses de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, las novedades en torno al proceso del Brexit siguen sucediéndose. La semana pasada el líder laborista Jeremy Corbyn advertía que buscaría todos los caminos legales para evitar un salida sin acuerdo, mientras que el primer ministro británico, Boris Johnson, se plantea pedir a la reina Isabel II se intervenga y suspenda el Parlamento.
En opinión de Dennis Shen, analista soberano de Scope Ratings para el Reino Unido, la suspensión del Parlamento no significa que vaya a ver un Brexit sin acuerdo. «Si la preocupación del primer ministro es que el Parlamento socave el uso de la amenaza de un Brexit sin acuerdo como palanca ante la UE, la suspensión del Parlamento le permitiría presumiblemente aumentar la presión para obtener concesiones. En este caso, la amenaza de un Brexit sin acuerdo perdería fuerza si una mayoría parlamentaria favoreciera una moción para bloquear una salida sin acuerdo o extender el Artículo 50 en las próximas semanas», afirma Shen.
Mientras siguen estas ideas y venidas, la libra sigue sufriendo. El ejemplo más claro es que la moneda abandonó el optimismo después del anuncio de Johnson y su decisión de suspender el Parlamento. “La libra se desplomó cerca de un 1% frente al dólar, tras el reporte de la BBC de que Boris Johnson se prepara para suspender al Parlamento hasta mediados de octubre”, apuntan los analistas de Monex Europe.
Según Eoin Walsh, gestor de TwentyFour AM, la libra esterlina es, obviamente, el primer instrumento que recibe el impacto de la decisión de suspender el parlamento británico, pero ya ha sido golpeada con bastante fuerza este año. «La divisa ha caído más de un 8% frente al dólar estadounidense desde sus máximos de este año, y más de un 6% frente al euro. También es una forma muy líquida, simple y barata de posicionar una operación contra el Reino Unido si cree que es probable que el resultado final de esta situación sea un Brexit sin acuerdo. Es casi seguro que la libra esterlina se verá afectada de nuevo si hay un Brexit duro, pero también podríamos ver un fuerte retroceso si se llega a un acuerdo. Dado que es probable que el BCE vuelva a recortar los tipos de interés, el euro tampoco se encuentra en terreno firme», apunta.
No solo la libra sufre, también la economía británica. Según indican desde Schroders, el Reino Unido registró la mayor caída de PIB entre los grandes Estados miembros de la UE en el segundo trimestre. La economía se contrajo un 0,2% tras un primer trimestre razonablemente fuerte con un crecimiento del 0,5%. “Como habíamos predicho, la acumulación de inventarios a principios de año antes de la fecha límite original del Brexit de marzo no pudo mantenerse. De hecho, los inventarios cayeron en el segundo trimestre, lo que provocó una importante ralentización de la actividad. Dado que el Gobierno aún tiene previsto abandonar la UE, es probable que los inventarios vuelvan a aumentar en el segundo semestre del año. Esto debería ser suficiente para evitar una recesión técnica”, Azad Zangana, estratega senior para Europa de Schroders.
Según el sentimiento del mercado, una salida sin acuerdo se ha ganado fuerza, pero las gestoras se mantienen cautas. Desde Aberdeen Standard Investments señalan: “A pesar de que nos resulta imposible predecir el resultado de un brexit duro, parecería lógico pensar en un escenario similar al que hemos descrito antes. Sin duda, la agitación social sería fuerte. Una vez más, los títulos con exposición doméstica serían los más afectados por las ventas, mientras que las empresas con sesgo internacional y defensivas probablemente se comportarían mejor. Sin embargo, como inversores, es nuestra labor mirar más allá del ruido a corto plazo y ser capaz de ver el escenario a largo plazo. Esto también significa que debemos sentirnos cómodos con el riesgo a nivel de compañías que asumimos en nuestras carteras”.
En este sentido Walsh añade: «Los bonos soberanos británicos han tenido un buen comportamiento en lo que va de año, en parte impulsados por un el giro global hacia la calidad en los bonos, pero también sin duda como resultado de los acontecimientos que se han ido produciendo en el parlamento del Reino Unido y el aumento de las expectativas de que un Brexit duro podría convertirse en realidad el 31 de octubre. El riesgo más obvio de tener gilts en cartera dependerá de si el gobierno de Boris Johnson se viene abajo y toma el control un gobierno dirigido por los laboristas».
La gran pregunta es qué ocurrirá. En opinión Gilles Moëc, economista jefe del Grupo Axa, Axa Investment Managers, “es improbable que pueda tener lugar ningún resultado positivo sobre Brexit, como un acuerdo, una extensión o un segundo referéndum, sin que primero se agrave el actual sentimiento de crisis en Reino Unido y en los activos del Reino Unido”.
Desde Janus Henderson Investors consideran que la respuesta de la libra a todo el ruido político interno ha sido bastante moderado. “En cierta medida la libra se ha recuperado, a pesar del aumento de las expectativas de inflación, ya que las preocupaciones sobre el crecimiento real han estado muy patentes. A pesar de esto, el índice FTSE 100 se ha beneficiado de la moneda más débil, superando a otros mercados europeos hasta ahora y manteniendo la relación habitual de que una libra más baja sea buena para el mercado expuesto internacionalmente”, explica Oliver Blackbourn, gestor del equipo de Multiactivos en Janus Henderson.